EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS PIDE PARAR LA DEMOLICIÓN EN LA IGLESIA SAGRADO CORAZÓN

Advierten que estarían en peligro murales que son Patrimonio Cultural de la Provincia

5Desde hace algunos meses, se está llevando adelante una importante obra de refacción y ampliación de la iglesia Sagrado Corazón del centro de Puerto Madryn. La misma triplicará el tamaño del templo, llevándolo de 300 a 960 metros cuadrados, adaptándola al crecimiento vertiginoso de la ciudad. Sin embargo, en medio de la obra, desde el Centro de Estudios Históricos de Puerto Madryn advirtieron que se estaba a punto de demoler dos paredes que tienen un mural del artista Marcos Acaro, declarado Patrimonio Cultural de la Provincia. La obra, que representa el Vía Crucis, ocupa las paredes que dan a la calle Marcos A. Zar y la contigua al Concejo Deliberante, por lo que deberá analizarse alguna opción para resguardar dicho mural. “Hay todo un proceso que está haciendo la Iglesia para ampliar la iglesia Sagrado Corazón, y el Centro de Estudios Históricos tomó intervención ayer y hoy para advertir a las autoridades municipales y provinciales del área de Cultura y al obispo de Comodoro Rivadavia, que dentro del templo hay unos murales que pertenecen a Marcos Aroca que ha sido un muralista muy conocido de Comodoro Rivadavia y que ha dejado obras en varios lugares de la provincia, incluso en la Casa del Chubut de la Capital Federal, y que han sido declarados en el años 2007 Patrimonio Cultural de la Provincia y bajo esa condición, son intangibles, o sea que se deben preservar tal como están”, explicó Patricio Castillo Meisen, vicepresidente del Centro de Estudios Históricos de la ciudad portuaria.

Sin alternativas

La obra de ampliación implica demoler por lo menos una de las dos paredes en la que se encuentra el mural, por lo que los especialistas están tratando de encontrarle alguna solución para preservar el mural: “La obra de arquitectura implica demoler por lo menos una de las paredes laterales del templo. Por eso hemos solicitado la intervención de las autoridades, hemos conversado con el cura párroco y con el arquitecto a cargo de la obra, para ver si dentro del plazo de la obra podemos encontrar alguna solución para preservar ese mural, ya sea desarmándolo, que parece ser la única forma posible, para volver a colocarlo en otro lado. La única alternativa posible es preservarlos, dentro de ese criterio de preservación hay que encontrar una solución arquitectónica o de ingeniería para eso. Los técnicos pueden dar la solución más correcta, pero insisto en que lo que hay que cumplirse es preservarlos”, manifestó Castillo Meisen.

La última misa

Este fin de semana pasado, se celebró la última misa en la vieja iglesia madrynense y fue allí donde los vecinos advirtieron acerca de esta posibilidad de demoler el mural: “Se celebró una última misa en este salón el domingo y algunos feligreses mencionaron esta situación en el día de ayer, ya que se invitaba a tomar fotografías porque eso iba a ser demolido. Personalmente desconocía que las obras implicaban que estos murales fueran demolidos, así que apenas nos enteramos, hemos puesto al tanto a las autoridades que han omitido todos los controles que deben hacerse en estos aspectos vinculados con el patrimonio cultural e histórico de la ciudad”, dijo el vicepresidente del Centro de Estudios Históricos de Puerto Madryn.

Complicado

El arquitecto Alejandro Panaccio, es el director de la obra y explicó lo difícil que resultará poder conservar estos dos murales, sobre todo teniendo en cuenta el presupuesto y el plazo para la finalización de la obra, que es antes de que culmine el año 2016: “El problema es más económico, porque se han visto en Argentina miles de ejemplos donde se han recuperado este tipo de murales, pero no está dentro de los valores que pueden manejarse en esta obra. Lo que más nos pone en reparo es que nosotros siempre le comunicamos a la provincia qué es lo que íbamos a hacer, el proyecto está en regla, pero sí es cierto que esto figura como patrimonio de la provincia y vamos a ver cómo podemos solucionarlo. A nosotros nos corre el tiempo para terminar la obra, tenemos un plazo, tenemos un monto y sabemos que todas estas cuestiones están fuera de un presupuesto para poder realizarlo”.

Obra de ingeniería

Con respecto a las posibilidades de preservar el Vía Crucis, Panaccio aseguró que requiere de una logística demasiado complicada y hasta quizás inviable en la ciudad: “Yo puedo dar una opinión de la parte logística, pero la parte estructural es muy difícil, porque nosotros empezamos un sector, que es la vivienda vieja del párroco y nos encontramos con que no tiene estructura de hormigón, no tiene algunas cuestiones que aportarían a poder correrlo o desplazarlo. Esto tiene más que ver con una obra de ingeniería, se maneja otro tipo de logística, que tienen que ver con plumas muy especiales y que es muy complicado por la calle, los cables, no es una obra sencilla. Vamos a ver qué se puede hacer, qué podemos aportar nosotros desde el lado de la iglesia, qué puede aportar la parte de Patrimonio Histórico, a ver si podemos hablar con algunas autoridades. Nosotros mientras tanto vamos a seguir con la obra, tratando de no tocar ese muro”.

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