GESTIÓN AUSTERA EN CHUBUT LA PRIMERA SEMANA CON DAS NEVES DE LICENCIA. EL TRABAJO DE PINZAS OPOSITOR, EL ESCENARIO HOLOGRÁFICO DE LAS ALIANZAS POSIBLES Y LOS QUE SE APURAN Y PUEDEN PERDER

Y pasamos agosto…

Por Trivia Demir

Más allá del eclipse alegórico y resonante del 21 pasado, de las versiones apocalípticas que arrastra el credo para la mitad de 2017, y al asteroide gigante “Florence” que pasó ayer enjabonadamente a «sólo» 7 millones de kilómetros de la Tierra, hemos entrado en el noveno mes donde retornan las aves, brotan nuevos bríos y se reenergizan los mas sutiles sistemas.
La semana termina con una provincia aletargada al campas del descanso del gobernador Mario Das Neves, pero funcionando, más allá de las complicaciones evidentes de coyuntura. Con una impronta mucho más dinámica por parte del vicegobernador a cargo del Ejecutivo, Mariano Arcioni y de algunos ministros que pilotearon el fin de agosto con mano firme como Pablo Oca en Economía y Alberto Gilardino en Coordinación. Un mes complicado porque se va saliendo del simbronazo que generó aguinaldos, representa la mitad del año que falta, tarde para algunas gestiones y para iniciar proyectos, y temprano para planificar carteras en relación al próximo presupuesto; y en términos de inversores, se reconoce además como uno de los meses de menor liquidez.
Si para algo sirvió sin embargo esta semana fue haber servido de tester para medir el peso específico político que expone el oficialismo, sin el líder presente, a la luz del sinnúmero de operativos y especulaciones que inevitablemente echaron a rodar.

Arcioni, el piloto de la tormenta

No es un escenario precisamente ideal pilotear el destino de una provincia patagónica que en el mapa del Gobierno Nacional sólo representa un dígito de peso en términos electorales, en el marco de una coyuntura fuertemente endeudada y condicionada por organismos externos; tampoco haber heredado una provincia con un déficit de 12 mil millones de pesos tras la gestión Buzzi, y para colmo tener al líder convaleciente.
Para el escribano Mariano Arcioni, la prueba que le ha tocado es probablemente histórica: ser el encargado de secundar a Das Neves en el momento de más necesidad, y a la vez ser el candidato que encabezó la voluntad popular en las PASO elegido para ocupar una banca en el Congreso de la Nación Argentina, a dos meses para las elecciones. Doble rol que encaró con energía y hasta combinó con destreza durante estos días.
Con una agenda no muy trascendente pero sí nutrida y popular, compleja si se quiere en un momento donde no hay obras para inaugurar ni tampoco aportes para derramar, el vice fue ocupando el estrado y mostrando que tiene carácter y decisión a la hora de representar al Ejecutivo.
Pero si en tren de gestión se puede decir que tímidamente sin excesos ni protagonismos personalistas, el equipo de CHPT se la bancó, a nivel político se evidenciaron algunos síntomas para agendar.
Varios hechos evidenciaron la marcada de terreno política que debió liderar el `dasnevismo sin Das Neves´, y fue en dos direcciones claras: una hacia un sector de la oposición peronista que pretende subrayar el parate general, y otra hacia un sector de Cambiemos que se encargó de plantar presencia en territorio, equivocadamente en ausencia y con aviso, del jefe máximo chubutano.

Aves que revolotearon

La primer plantada de bandera fue contra los `vecinos cercanos´. El propio ministro de Coordinación de Gabinete, Alberto Gilardino, debió el martes pasado salir al cruce de declaraciones de dirigentes del FPV con respecto a la situación financiera de la provincia y sostuvo que “los que hoy hablan son parte del mismo espacio que endeudó la provincia”. “Hay que ver quiénes son los que hacen esas declaraciones y a que espacio pertenecen, no nos olvidemos donde estamos parados y qué fue lo que heredamos”. Al tiempo que recordó que “cuando Das Neves se fue en el 2011 La Provincia tenía superávit, había plata en las cuentas. Cuando llegamos nosotros, después de cuatro años de un desmanejo absoluto del gobierno de Buzzi, asumimos con un déficit de 12 mil millones de pesos que dejaron de deuda”. Con esto Gilardino les pidió una “autocrítica que no tienen” y definió el debate que intentan plantar como “un acto de campaña”.

Sobrevuela un pacto de gobernabilidad

Entre los rulos de un sector de la oposición estaría la por ahora peregrina idea de que el oficialismo acepte la situación en la que se encuentra a nivel financiero, de liderazgo político afectado por el estado de salud de Das Neves, y por la poca generosidad nacional, y recurra a aceptar un gobierno de transición. De esto por ejemplo ya salió a hablar el más inimputable de los oradores políticos: el “Tano” Di Pierro quien bregó por volver a unir al peronismo-FPV-dasnevismo. “Fue asi como recuperamos la provincia en 2003”, explicó palabras más menos.
Esta verbalización de posibles no es para nada casual y expone uno de los planes que sobrevuela el territorio. Con la ayuda que le proveerían a la gobernabilidad actual, la sumatoria del populismo buscaría garantizar una barricada contra el Radicalismo y el PRO en Chubut para 2019, algo que ven cada vez más cerca.

La otra pinza

Y si la avanzada del peronismo-FPV aparece como una de las patas de una pinza que se avizora en la manzana de Fontana 50 planteada en términos de salvataje ajeno y propio; la capitalización de la buena perfomance de Cambiemos no se hizo esperar en términos de politización, y es la otra pata de la pinza. La venida de Frigerio el pasado 17 de agosto a bajar personalmente asistencia en billetes a Comodoro, casi puenteando a Provincia y con el candidato legislativo sentado en la mesa de la gestión, abrió la puerta para el juego descarnado del proselitismo demagógico que suelen transpirar casi todo los gobiernos de turnos. Aunque el sudor de algunos huela a choripán y la de otros a dieta mediterránea.
Esta semana el subsecretario de Interior, Juan Carlos Morán, precisamente de la cartera de Frigerio, apareció traduciendo los términos del aporte que Nación le hizo a Chubut con 300 millones de pesos para atender urgencias. Fue Arcioni el mosquetero que le saltó en guardia cuestionando “que vengan a la provincia funcionarios nacionales de tercera o cuarta línea a opinar de ciertos temas desde el desconocimiento».
Aclaró en pos de reubicar transferencias que «Chubut no necesita mendigar absolutamente nada. La Provincia va a gestionar y este aporte lo venimos gestionando hace mucho tiempo y es una ínfima parte de lo que Chubut le dio a Nación, lo que le está dando, y lo que le va a seguir dando» y calificó los dichos de Morán como «falta de respeto para todos los chubutenses», cuestionando puntualmente el “tinte” político que pretenderían darle a cuestiones de gestión.
Hasta ahí todo parecía un espadeo entre funcionarios, candidatos y sectores en pugna de una elección en puerta, pero la cosa escaló cuando hubo cruces entre medios y referentes del propio gobierno a través de las redes y no sólo eso, hasta editorialización envalentonada de un histórico medio del Valle bastión radical, que mostró el típico reverdecer autócrata que le aflora en tiempos de bonanzas. En el fondo quienes miran la entretela fina que incluye a los avatares del destino, coinciden en que todas estas poses y probabilísticas, aunque marquen en el fondo la tendencia de donde se va parando cada uno, son apenas holográficas. Lo real y material es que por ahora en Chubut, pasamos agosto, que no es poco.

ÚLTIMAS NOTICIAS