LAS RISPIDECES DEL PODER EN CHUBUT COMO EMERGENTES DE LA COMPLEJIDAD DE LA COYUNTURA. LA INQUIETUD DE LOS INTENDENTES Y LAS REUNIONES CRUZADAS. ASUMIÓ JERÓNIMO, EL PILOTO DE TORMENTA QUE ELIGIÓ DAS NEVES

Nuevo piloto y nuevos paradigmas

Por Trivia Demir

La asunción del nuevo ministro Coordinador de Gabinete de Chubut, Jerónimo García generó por estos días una expectativa inusual en gran parte de la opinión pública y de los comideros políticos.
Es que por el momento, la designación paró en seco un simbronazo interno del núcleo duro del oficialismo, producto de denuncias externas, pero también de fuertes enfrentamientos entre propios. Es público y evidente como el debilitamiento físico del gobernador Mario Das Neves producto de la enfermedad que lo aqueja y que lo obligó a ocuparse de sí a través de numerosas terapias en lo que va del año, apresuró las rispideces y las pulseadas, un escenario donde los familiares en funciones tomaron mayor protagonismo defendiendo logros y modelos, ocasionando implosiones en las primeras líneas. El fusible que saltó fue el ex coordinador, Alberto Gilardino, y aunque a todas luces, se bajó la espuma, todo indicaría que aun las aguas corren revueltas. De hecho, ni siquiera se habría dado la clásica reunión entre el saliente y el entrante, por cortesía previsora de despechos, y además por traspaso de gestiones empezadas y temas de urgencia a abordar, en un Estado Provincial que ha venido remando la coyuntura desde el triunfo de la alianza Cambiemos a nivel nacional y que ya recambió el Coordinador en tres oportunidades.

Ruidos raros

Hay además, una fuerte sensibilidad entre los intendentes que guardan aspiraciones a futuro. Sobre todo en el caso del madrynense Ricardo Sastre que ya no puede repetir mandato. No es un dato menor que la noche anterior a la asunción del nuevo Jefe de gabinete provincial, se diera una reunión exclusiva entre un buen número de intendentes en Puerto Madryn con el objetivo de interactuar sobre sus realidades y además de hacer “causa común” frente a los conflictos de tratamiento que presuntamente se venía sufriendo desde Rawson. Una situación que ventila casi una réplica de lo que le sucede a la Provincia con Nación: poco diálogo, mucha incertidumbre de giros, pocos interlocutores válidos y baja densidad de obras y proyectos en un momento donde se hace difícil sostener la comida en hospitales y cárceles. Esas podrían ser a groso modo las quejas sintetizadas que intercambiaron el nutrido grupo de alcaldes que además se juntó para arengarse en lo que algunos describieron como un encuentro de “camaradería”.
A la mañana y previa a la asunción, Jerónimo García en carácter de diputado licenciado y ministro aún no asumido, García no perdió tiempo y se trasladó al Golfo Nuevo para tener una percepción de primera mano con el propio Sastre, en una reunión personal que habilitó además la asistencia del intendente a Fontana 50 unas horas después.
Incluso, terminada la ceremonia de asunción en Rawson, el propio Das Neves convocó a los intendentes a puertas cerradas en un intercambio donde se habrían analizado escenarios, reclamos y hasta habría rodado algún pedido de cabeza ministerial por parte de los alcaldes.

Un combo explosivo

Son numerosos los componentes que se dan para que el territorio de los desencuentros siga habitado por cucos y diálogos laterales. El principal es tal vez que el entorno íntimo de Das Neves, está excesivamente replegado hacia adentro ante la mayor vulnerabilidad del jefe, además de no superar la traumática experiencia de la traición de la gestión anterior. Esto genera un microclima difícil de sobrellevar para quienes se sienten adentro pero terminan confirmando que siempre están con un pie afuera, como les pasa a varios intendentes. A esto se suma la heterogeneidad de referentes, con experiencias, trayectorias, militancias e idiosincrasias absolutamente disímiles que conviven dentro del arco gobernante, que es tal vez otra de las complicaciones más importantes para “unificar la tropa” cuando el líder se corre un momento. Hay ministros que cuentan con la absoluta confianza y relación personal con Das Neves como para decir todo, pero hay otros que tienen que estar dando demostraciones de lealtad permanente, y los más jóvenes que no terminan nunca de pasar el examen de la prueba y error.
Todo esto no tiene que ver con un déficit partidario, ni siquiera con un modo de conducción, como intentan leer algunos, sino pareciera tener que ver mucho más con el cambio de paradigmas que se está dando en la política y que requiere una enorme transformación del modo de conducir y vincularse entre sí y con los gobernados. Como dijo recientemente un experto “no se puede aplicar a hoy, la lógica de anteayer”.

Oportuna decisión

Mientras se dan todos estos tire y afloje en el entramado de relaciones de poder, la vida continúa, y no precisamente distendida. Para pincelarlo gruesamente basta pensar que el ministro de economía y Crédito Público, Pablo Oca deberá garantizar la rendición de los 300 millones girados por Nación para contar con otro tramo para sumar a la recaudación propia, a menos de diez días de pago de sueldos además de gastos corrientes.
En ese marco, alguien destacó en voz alta luego del acto que se desarrolló en un salón de los Constituyentes colmado, la intervención oportuna del Gobernador con la designación de una figura de experiencia política más que técnica, como Jerónimo García como un modo de afrontar “una crisis política y económica” en términos de estrategia. Porque también es evidente que en épocas de bonanza económica, entenderse en política, gestionar y lucirse es mucho más sencillo que en estos tiempos de incertidumbre financiera. Para los resbaladizos caminos que quedan por delante se requería alguien que conduzca en la misma dirección, pero encarrilando el exasperado colectivo público.

Nuevos paradigmas

Según el politólogo Pablo de San Román, tanto a niveles provincial, nacional como internacional hay ciertos paradigmas que, de alguna manera, van reconociéndose como globales. No importa tanto la geografía o el país, sino la problemática. Al vivir en un mundo tan integrado física, económica y culturalmente hay conflictos y tensiones sociales que son comunes a muchas sociedades, por no decir a todas. Y eso predispone a la Ciencia Política a pensar esquemas interpretativos que, de alguna manera, respondan a los cambios que se están produciendo. Son cambios no necesariamente económicos, no necesariamente de orden material, sino que tienen que ver con las conductas, con la psicología, con la cultura, que tienen que ver con la ética. Es decir, que lo que el análisis político está planteándose hoy -más allá de la matriz distributiva que produce el sistema económico- es el sistema de valores. Y a partir de replantearse el sistema de valores hay un replanteo sobre las estructuras de poder.
Entonces diría que, hay una corriente muy importante de replanteo de las prioridades dentro de las cuales la vida en comunidad pueda ser viable. Es una especie de reinterpretación de las características fundamentales del orden político que se dirigen hacia la idea de equilibrio, hacia la idea de sustentabilidad de las relaciones humanas. Es decir que hay una búsqueda de la razón moral, hay una búsqueda de recursos morales para transformar ciertas realidades, ciertas estructuras de poder que prevalecen en el mundo y que no necesariamente desembocan en la estabilidad y el equilibrio. El trabajo sobre el sistema de valores no se discutía históricamente. Hay mucho en política que hasta ahora se viene dando como sobreentendido, pero todo indicaría que reagrupar el equipo implica delinear táctica y estrategia nueva. Supone el desafío de la construcción de un orden político que garantice la estabilidad, pero más orientada hacia la gobernabilidad. De lo que se trata ahora es de analizar nuevos paradigmas éticos y políticos capaces de promover el desarrollo. Y el desarrollo no es solamente una cuestión económica, sino que también implica generar condiciones estructurales que respondan a una coincidencia en la percepción del progreso, y por ende de las prioridades que se encaran en cada municipio por ejemplo, y de lo que en esa línea tiene para aportar cada funcionario. “La vara está muy baja”, reclaman desde arriba cuando se peina el territorio con mirada de acciones locales, y es probablemente esto mismo lo que dificulta el entendimiento: Lo que se espera y lo que resulta.
Los nuevos paradigmas definitivamente ya requieren de un Estado que se mire menos el ombligo y abra el juego a los demás actores en términos de poder. Convertir al sector privado en aportantes de campaña o mecenas de urgencias, es poco menos que achicar cada vez más el círculo verde. Todo indicaría que Jerónimo García lo entiende perfectamente y sabe que adentro es como afuera y arriba es como abajo, al decir de los sabios de todos los tiempos, por eso comenzó con un amplio reacomodamiento de vínculos a la par de una rápida desdramatización de los desencuentros. Lo estructural a la par de lo coyuntural, un buen principio.

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