El Gobierno sorprendió con una movida que descolocó a los gobernadores. Propuso prorrogar hasta 2019 el impuesto al cheque y seguir coparticipando con las provincias sólo un 30%, pero destinar el otro 70% a la Anses y no a rentas generales. El objetivo es complicar a los mandatarios provinciales el reclamo de la coparticipación total de ese tributo, ya que estarían yendo contra los jubilados, uno de los sectores más fieles a Cambiemos, que han sido beneficiados con la ley de reparación histórica, que causó el déficit que ahora se pretende reparar.
El proyecto fue presentado en forma paralela al Presupuesto 2018, cuyos ejes fueron expuestos por Nicolás Dujovne en la Cámara de Diputados. El Gobierno envió a la Cámara de Diputados el proyecto de ley para prorrogar hasta el 31 de diciembre de 2019 el impuesto a los créditos y débitos bancarios, más conocido como Impuesto al Cheque. La iniciativa no prevé cambios en la coparticipación, pero sí en el destino de lo recaudado, que ahora irá a la Anses.
La única modificación que propone el Gobierno en su iniciativa para prorrogar el gravamen es que el 70% de lo recaudado, que actualmente es destinado al Tesoro Nacional, vaya ahora a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), con el fin de «dotar a ese organismo de mayores recursos».
El proyecto para prorrogar el Impuesto al Cheque ingresó a la Cámara de Diputados conjuntamente con el Presupuesto 2018 que presentó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aunque el funcionario no se refirió a esta segunda iniciativa.
El impuesto al cheque fue creado en agosto de 2001 por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo como rápida, fácil y diaria recaudación. El gravamen nació como moneda de cambio a las presiones del FMI para garantizar ingresos públicos y evitar el default.
La idea en esos tiempos era que su vigencia se extendiera no más allá de seis meses, pero lo cierto es que el impuesto ya lleva más de 16 años y ahora el Gobierno tiene la intención de darle una sobrevida de por lo menos dos años más.
Algunos gobernadores venían reclamando que la parte de este impuesto que se reparten la Nación y las Provincias, que es un 30% de la recaudación, subiera a una cifra más cercana al 50%, pero en el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo eso no fue concedido y se mantiene el mismo esquema.
Durante los últimos días, los mandatarios manejaron esta posibilidad para que sus provincias fueran así compensadas ante la posibilidad de que se modifique el reparto del Fondo del Conurbano.
Vale recordar que la gobernadora María Eugenia Vidal reclamó ante la Corte Suprema de Justicia que se elimine el techo de $ 650 millones que en 1996 se le puso al monto que la Provincia percibe de ese fondo, dado que con el correr de los años terminó siendo el distrito que menos recibe de esa caja.

Más fondos para el ANSES

En paralelo al Presupuesto 2018, ingresó este viernes a la Cámara de Diputados una nueva prórroga del impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, más conocido como impuesto al Cheque, con un cambio sustancial: el 70% de la recaudación será destinado directamente a la ANSES.
La ley original, la 25.413, establece en su artículo 3 que el 70% de ese tributo -actualmente el tercero en nivel de recaudación- debe ser administrado por el Poder Ejecutivo, pero el gobierno de Mauricio Macri determinó que a partir de 2018 ese porcentaje quede “blindado” para la seguridad social.
El 30% restante de ese tributo continuará siendo coparticipable, a pesar del histórico reclamo de gobernadores por que el reparto sea total.
De acuerdo a las proyecciones del Presupuesto 2018, se recaudará por el impuesto al Cheque un total de 201.737 millones de pesos -32.007 millones más que el año pasado-, es decir, un 1,63% del PBI (Producto Bruto Interno).
El impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios volverá a ser así el tercero en volumen de recaudación, detrás del IVA -871.642 millones de pesos- y Ganancias -642.261 millones-, según las estimaciones del proyecto oficial.

Presupuesto de 25.000 millones

El proyecto de Presupuesto para 2018 que presentó el Ejecutivo el viernes en el Congreso contempla unos 25.000 millones de pesos de ingresos correspondientes al impuesto al revalúo, según indicaron fuentes de Hacienda. Y también el 70% de la coparticipación del impuesto al cheque, pese a que podría ser prenda de negociación con los gobernadores, pero asignado a los pagos de ANSeS.
Al ser un impuesto de adhesión voluntaria, los ingresos por el revalúo impositivo son difíciles de estimar, indicaron en Hacienda. Pese a esta “incertidumbre”, similar a la que despertó el blanqueo de capitales este año, el Ejecutivo incluyó una porción de su posible recaudación entre los recursos.
En el futuro, el revalúo, que contempla cuatro alícuotas según el bien y busca compensar la falta de ajuste por inflación durante 15 años, implicará una menor recaudación del impuesto a las Ganancias pero que podría ser compensada con una caída en la litigiosidad (el proyecto prevé que quien adhiere tiene que renunciar a iniciar un reclamo judicial).

Impacto en los ingresos

El aumento del 19% en los ingresos del presupuesto incluye una variación del 17,4% en los ingresos tributarios, por encima de la inflación del 15,7% promedio. En tanto, el proyecto tampoco contempla que la reforma tributaria que ingresará también al Congreso tenga impacto en la recaudación del sector público nacional el año que viene.
Con todo, se espera que la presión tributaria se reduzca de 24,9% en 2017 a 24,6% en 2018, debido a la baja en las retenciones a las exportaciones ya previstas para el sector agropecuario, una variación en los aranceles de importación que en Hacienda no especificaron, pero también porque el año que viene ya no contará con los ingresos por el blanqueo de capitales.
“Cuando hay crecimiento, la elasticidad de la recaudación es mayor a 1″, explicaron en Hacienda, sobre todo en el IVA. (Se espera que su recaudación neta aumente 20,5%, a lo que se suma 22,3% de Aportes y Contribuciones y 20,7% del impuesto a las Ganancias.)
Como parte de los ingresos, el Tesoro también contará con unos $ 140 mil millones de aportes del Banco Central, un 1% del PBI (desde el 1,5% de 2017). Y se entiende que el programa financiero del Ministerio de Finanzas alcanzará unos u$s 40 mil millones el año que viene.

Gastos

Del lado de los gastos, como parte de la necesidad de bajar un punto el déficit primario sobre el PBI, al 3,2%, se prevé que las erogaciones primarias crezcan por debajo de los ingresos, 14,8%.
El ajuste está focalizado en una reducción de 0,6 puntos del PBI en subsidios económicos, con fuerte impacto en las carteras de Energía y Transporte, y en una baja de 0,3 puntos del PBI sobre los gastos de funcionamiento del Estado.