UNA DURA TRAGEDIA MARCÓ A EDUARDO SEPÚLVEDA Y HOY ES EL ÚNICO ARGENTINO DEL TOUR DE FRANCE

Un rawsense contratado por uno de los grandes equipos del mundo

A sus 15 años perdió a su papá al sufrir un accidente en la ruta cuando volvían de disputar un campeonato que había ganado. Decidió seguir en su homenaje y hoy, tras su tercer Tour, fue contratado por uno de los grandes equipos del mundo
Eduardo Balo Sepúlveda vio cómo aquel domingo 30 de septiembre de 2007 su hijo de 15 años, heredero de su nombre, conquistó la 5ª fecha de la Copa Nacional Infanto Juvenil disputada en Bragado, provincia de Buenos Aires. Estaba contento por el logro de Balito. Al otro día, ya 1° de octubre, emprendieron juntos el largo viaje de regreso a Rawson, Chubut, de donde eran oriundos. Allí los esperaba el resto de la familia, los amigos, los vecinos y conocidos. Habían recorrido algo más de 400 kilómetros cuando a poco de llegar a General Conesa fueron víctimas de un vuelco en la Ruta Nacional 251. Eduardo (p), que acompañaba a su hijo a todas las competiciones, murió a sus 47 años como consecuencia de las serias lesiones sufridas en el accidente. Eduardo (h) salió ileso. Aquella tragedia marcó la vida del deportista argentino que viene de ser el único representante del país en el Tour de France 2017, el evento deportivo más convocante del mundo, y de fichar por Movistar Team, uno de los equipos más poderosos del planeta ciclismo.

El duro golpe

«La muerte de mi papá me afectó mucho pero creo que me ayudó a forjar el carácter. Yo tenía 15 años y tiempo después tomé la decisión de dedicarme a la bici porque era lo que él quería», contó en diálogo con Infobae Eduardo Sepúlveda (13 de junio de 1991) a quien de chico llamaban Balito como diminutivo del apodo de su padre pero que hoy, a sus 26, prefiere el de Sepu o Edu.
Fue aquel un tiempo de introspección en su vida. El golpe había sido demasiado fuerte y él era apenas un adolescente. El costo fue muy alto y cómo no pensar que si no hubiésemos hecho ese viaje… Pero no había muchos caminos para seguir. «O me estancaba o salía más fuerte», recordó Eduardo de esos días difíciles en los que decidió seguir en homenaje a su padre, respecto de quien había adquirido la pasión por la bicicleta ya que tanto él como su madre eran destacados aficionados del deporte del pedal allá en Chubut, la provincia que los vio nacer.

Una historia de lucha

Claro que en la Patagonia no había tanta actividad ni respaldo como Edu necesitaba para transformarse en quien quería. En sus tiempos de junior contaba con el apoyo de la secretaría de Deportes de Chubut y de las empresas del barrio que lo ayudaban. «Me acuerdo que una ferretería y otros negocios de la ciudad fueron importantes en los inicios», destaca de esos días en que, ante la ausencia de su padre, el resto económico de lo que su mamá tenía como empleada por horas no alcanzaba para casi nada.
Entonces viajó a Buenos Aires en busca de oportunidades y, una vez en la Capital, fue becado por la Nación que, además del soporte económico para las distintas competencias, le abrió las puertas del CENARD, donde vivió tres años. Los resultados que obtenía en los campeonatos nacionales llamaron la atención de los de acá, primero con el ingreso a la selección junior de Argentina, luego a la Sub 23, y de los de allá, cuando allá por 2012/13 recibió una invitación de la Unión Ciclista Internacional (UCI) para integrar un equipo de ciclistas de países subdesarrollados en la materia, oportunidad que le abrió las puertas del mundo.

El primer salto

Eduardo Sepúlveda junto a Walter Pérez, Marcos Crespo y Maximiliano Almada luego de ganar la medalla de Plata en la persecución del equipo masculino en el Velódromo Panamericano de Guadalajara, México, durante los XVI Juegos Panamericanos de 2011. Eduardo Sepúlveda tomó entonces el vuelo que lo llevó a la ciudad de Aigle, Suiza, donde se encuentra la sede central de la UCI.
«Ahí compartí una experiencia con gente de todo el mundo. Hicieron un equipo con ciclistas de Asia, África, Sudamérica y demás, y nos llevaron a correr la Copa de las Naciones, una competencia donde participan las potencias y nosotros fuimos bajo el nombre de Equipo Mixto y me fue bien. Salí segundo y me llamaron del equipo francés Fortuneo-Vital, que me hizo un contrato por cinco años, de 2012 a 2017″.

Brilla como el oro

Claro que en todo ese ciclo de esfuerzo hubo resultados. Fue oro en los campeonatos panamericanos de ciclismo de 2012, año en que además fue seleccionado como el mejor Sub 23; en 2013 ganó dos medallas doradas al consagrarse en persecución individual y por equipos, mientras que protagonizó grandes carreras en distintas ediciones del Tour de San Luis, todo lo que le permitió haber quedado preseleccionado para disputar su primer Tour de France, en 2015, y en 2016 fue el mejor argentino en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Río.

Con nuevo contrato

«En aquel primer Tour de France vez quedé shockeado, fue una experiencia muy fuerte. Había tanta gente que yo no podía entender. Siempre me acuerdo que cuando bajé de la bicicleta me quedó durante varios días el murmullo de la gente en el oído, como cuando volvés de bailar, pero por varios días. Siempre me acuerdo de ese primer día porque fue increíble, difícil de explicar», rememoró Sepúlveda desde España, donde vive sus primeros días como integrante del Movistar Team, uno de los equipos más importantes del mundo que lo contrató por los próximos dos años, para integrar el grupo que tiene como líder al colombiano Nairo Quintana. (Fuente: Infobae)

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