ENTRE LOS 24 CANTOS DE LA ODISEA DE HOMERO, Y LAS 24 HORAS DE LA VIDA DE UN PERIODISTA

La difícil tarea de acceder a la información pública

Por Lazarillo de Tormes

Como describiera el escritor Joseph Campbell, alrededor de la década del ’40, la estructura narrativa denominada “Camino del héroe” consiste en un ciclo en el que, el protagonista, se aleja o es arrastrado lejos de su hogar, adentrándose en un mundo repleto de amenazas y pruebas que debe sortear, cruzando distintos umbrales y resolviendo acertijos para llegar a la “prueba suprema” y, concluida de manera exitosa, retornar al hogar como emisario de aquella vivencia, para transmitir lo adquirido y “cambiar al mundo”.
Dicha estructura lineal es empleada en el ámbito teatral, literario y cinematográfico hoy en día, y lo cierto es que, el periodismo, muchas veces se asemeja a ese viaje.
En el ámbito periodístico, la elaboración de un artículo puede ser abarcada empleando diversas metodologías; por un lado, la recolección de testimonios a través de fuentes que se pronuncien sobre un hecho que ha sido noticia, o bien, sobre una cuestión puntual que se analiza. También, en ocasiones, la forma más “rica” e integral de hacer periodismo, surge de la recolección de datos e información, sin que necesariamente ello implique “encender el grabador” y luego plasmar, en más o menos líneas, el testimonio que refuerce dicha información.
La búsqueda del “dato”, pues, se traduce muchas veces en una auténtica odisea, más aún cuando no se trata de información oculta, sino pública en su sano concepto; es decir, disponible para cualquier ciudadano a quien le urja conocer la situación de determinado sector, oficina, ministerio o área encargada de abarcar algún aspecto de la vida de la sociedad.

Sin autorización para brindar datos

Como si se tratara de un poema épico de Homero, intentar dar “en la tecla” resulta, a veces, la tarea más ardua del periodista, sin mencionar al ciudadano de a pie, que, careciendo de los elementos o, por qué no, la “astucia” de los comunicadores, se emprende en la travesía de querer conocer aquella información, muchas veces de carácter público pero a la que no resulta tan fácil acceder, a través de los canales públicos.
Por ejemplo, para conocer la cantidad de escuelas que hay, actualmente, en la ciudad de Puerto Madryn, es necesario contactar a la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Educación provincial, y, como si aquél fuera un dato comprometedor, resguardado bajo siete llaves, es menester y requisito sine qua non enviar un mail, detallando expresamente el requerimiento, para que un equipo de trabajo encargado de elaborar dichas estadísticas, luego responda el pedido, o tal vez nunca lo haga, como ha sabido ocurrir.

La “fórmula de la Coca-Cola”

Otra “odisea homérica” es, por qué no, intentar conocer la cantidad de visitantes que ha tenido la Península Valdés durante el receso invernal, donde la propia Administradora (AANPPV) reconoce tener el dato, pero refiere que el mismo debe ser consultado directamente al Ministerio de Turismo; desde donde se informó, recientemente, que casi 700 visitantes extranjeros realizaron avistaje de ballenas, de un total de 2 mil turistas, cuando las propias cifras de la AANPPV dan cuenta de que, a ciencia cierta, fueron poco más de 200, en el marco de un sector que ha recibido duras estocadas, con el filo de las políticas nacionales que restringieron, entre otras cuestiones, los “feriados puente”.
Conocer los índices de desempleo de la ciudad puede suponer, para los valientes, una epopeya en la que la cifra real se desdibujará, en tanto no exista una metodología unificada donde dicha cifra se mida desde los distintos sectores afectados; es decir, los organismos públicos, los sindicatos y el sector privado; en el caso de los gremios, básicamente ninguno, a excepción del Sindicato Empleados de Comercio (SEC), sigue dicha problemática con números concretos.
Por el contrario, la “pelea” sindical contra el sector privado deja entrever su relieve, cuando ocurren despidos en empresas, pero, cuando se habla de desempleo, nadie sabe, a ciencia cierta, de qué está hablando.

Sin dato, hay dato

La Dirección municipal de Estadísticas tampoco releva ese dato, sino que, por el contrario, recolecta el índice de demanda laboral por parte de empresas, algo que resultaría fácil de dilucidar, teniendo en cuenta que, en el contexto económico actual, es una cifra que, matemáticamente, tiende a cero.
Dicho número ha quedado relegado al ámbito de la Encuesta Permanente de Hogares, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), por lo que habrá que esperar que, desde afuera, indiquen cuántos desocupados existen en Puerto Madryn.
Perseguir el “dato” para reforzar una noticia es, consecuentemente, un recorrido similar al que Odiseo transita en sus 24 cantos, donde la noticia, al igual que se expone en estas líneas, termina siendo la “ausencia del dato” o la falta de voluntad de dar a conocer ciertos aspectos de la realidad, apartados de las versiones “oficiales”.
Peor aún, la difícil tarea de acceder a la información pública, sorteando la burocracia, no solo crea vacíos institucionales, sino que resuelve por hacer que los “ciudadanos de a pie”, entre ellos quienes comunican su lectura de la realidad, se pregunten qué es lo que hacen, concretamente, en tal o cual organismo, ya que en ocasiones, no queda más que intentar acceder al “dato” a través de la rendija de la puerta… cerrada bajo siete llaves.

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