LOS NIÑOS, LAS PRINCIPALES VÍCTIMAS

Desde enero se denunciaron 37 casos de abuso sexual en Madryn

La mayoría de las víctimas de casos de abuso sexual son niños y niñas, acaso una de las poblaciones más vulnerables de la comunidad debido a su corta edad. La problemática ocurre en todo el país y la ciudad de Puerto Madryn no se ha constituido como una excepción.
“En lo que va del año ingresaron a la Fiscalía cinco denuncias de abuso sexual con acceso carnal”, reveló el fiscal Jorge Bugueño, agregando que “en cuatro de los casos, las víctimas son niños menores de edad”.
En este contexto, según las estadísticas propias del Ministerio Público Fiscal, en el transcurso del 2017, fueron radicadas 37 denuncias sobre casos de abuso sexual, que incluyen todo tipo de delitos, desde tocamientos, contemplados bajo la figura del abuso sexual simple, hasta casos de acceso carnal, es decir, la violación.
Se trata de un flagelo que puede darse en un contexto independiente del nivel económico y social, donde la mayoría de los damnificados suelen ser niños de corta edad; el Código Penal prevé penas, según el tipo de abuso, entre 6 meses a 20 años de prisión, teniendo en cuenta los agravantes que pueden darse en algunos de los casos.

La edad promedio, seis años

De acuerdo a los casos que se reciben en la Fiscalía, el fiscal Bugueño precisó quiénes son las principales víctimas de abusos y quiénes son los agresores.
“En el 80 por ciento de los casos de abusos, el agresor es un familiar o está dentro del ámbito intrafamiliar, y en el 90 por ciento de ellos, los abusos se dan contra menores de edad, ya sea niños o niñas”, sostuvo, a la vez indicando que, lamentablemente, los principales agresores de los menores son parte del entorno familiar cercano.
“La edad media de inicio del abuso es de 6 años, y ocurre, en la gran la mayoría de las veces, en la propia casa de la víctima, donde el abusador impone su poder sobre el niño, al que amenaza o manipula para que crea que es un ‘juego secreto’ que debe quedar en silencio; el niño, generalmente, no habla por temor al castigo, por sentimientos de vergüenza y culpa, por miedo a las represalias del abusador”, explicó el fiscal.
Sobre esta línea, aclaró que “el abuso sexual en la infancia ocurre en todos los niveles socioeconómicos, y la mayoría en sus propias casas, donde el abusador tiene un vínculo afectivo que hace que la situación sea mucho más compleja”.

Predomina el “abuso sexual simple”

El Diario de Madryn tuvo acceso a las estadísticas que se encuentran en el sistema “Coirón” del Ministerio Público Fiscal.
De tal información se desprende que, desde el 1 de enero hasta el 1 de julio, hubo en la ciudad un total de 37 denuncias sobre delitos de índole sexual. En el mismo periodo durante el año 2016, las denuncias fueron 38, por lo que la cifra se mantuvo, evidentemente, estable en carácter interanual.
Del total de denuncias, cinco son sobre abuso sexual agravado, cuatro de ellos cometidos contra menores, y todas dentro del ámbito intrafamiliar. El año pasado, las denuncias de abuso sexual agravado fueron cuatro, todas cometidas contra menores de edad por parte de alguien del círculo intrafamiliar.
Por otra parte, la mayoría de las denuncias son de “abuso sexual simple”; de las 37 que ingresaron este año, 25 se enmarcan en esa calificación, mientras que en 2016, el total fue de 29.

Un “nuevo” delito, el grooming

Del total de 37 denuncias, hubo siete que están enmarcadas en un delito que nace con las redes sociales, denominado “grooming” o “cyberacoso”.
En este sentido, el fiscal Bugueño precisó que “la ley 26.904 promulgada en diciembre de 2013 incorporó el artículo 131 al Código Penal donde pena de seis meses a cuatro años al que por medio de comunicaciones electrónicas contacta a un menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra su integridad sexual”.
Uno de los casos paradigmáticos en la provincia del Chubut es el que involucra al dirigente sindical Gustavo “Gallo” Hernández, actualmente detenido en prisión preventiva, quien irá a juicio oral y público por el delito de “grooming en concurso con abuso sexual con acceso carnal”.
El gremialista está acusado de contactar a una menor de 12 años a través de Whatsapp y, tras engañarla, abusar sexualmente de ella en un descampado; pese a que la fecha de juicio todavía no fue fijada, se estima que el mismo tendría inicio a comienzos del próximo año.

En qué se diferencian los tipos de abuso

La ley argentina distingue entre los abusos sexuales denominados “simples”, que incluyen, por ejemplo, tocamientos; de los abusos “gravemente ultrajantes”, cuando por la duración o circunstancias sean ultrajantes para la víctima y, finalmente, los abusos sexuales “con acceso carnal”.
Los delitos contra la integridad sexual ocupan el cuarto capítulo del Código Penal argentino y son 14 artículos.
A su vez, las penas de los delitos varían: por ejemplo, el abuso sexual simple está penado de seis meses a cuatro años de prisión, siendo un delito de carácter excarcelable.
Por otro lado, en el caso del abuso sexual gravemente ultrajante, la pena aumenta; su mínimo es de cuatro años de prisión y tiene un máximo de 10. El delito ya no es excarcelable y la pena, en caso de ser condenado, se cumple en prisión.
El abuso con acceso carnal, comúnmente llamado violación, tiene una pena prevista desde los seis hasta los quince años de cárcel.
La ley también prevé agravantes en la pena y la eleva de 8 a 20 años de prisión cuando, por ejemplo, el hecho fuera cometido por un pariente, o por dos o más personas, o fuera cometido contra un menor de 18 años; entre otros agravantes.

Cómo actuar con una víctima

Además de aconsejar la realización de la denuncia en las distintas dependencias de la Comisaría de la Mujer, comisarías en general, ante la Policía Comunitaria, Asesoría de Menores, Juzgados de Familia o las Fiscalías, desde el Servicio de Asistencia a la Víctima, que depende del MPF, recomiendan a los adultos una serie de acciones a llevar a cabo, ante la posibilidad de estar frente a un caso de un niño víctima de un abuso sexual; en primer lugar, se indicó que se hace necesario “creerle” a la persona que cuenta su experiencia, no dudar en lo que cuenta, aceptar su versión, escucharla con calma, atención y respeto, asegurarle que va a estar bien, felicitarlo por haberse animado a hablar y asegurarle que nada malo le sucederá por haber hablado.
Abrazarlo es otra de las recomendaciones, teniendo en cuenta que si se ha animado a contar el hecho vivido, evidentemente confía en la persona y “necesita de tu cariño y lealtad”, según indicaron especialistas.
Es necesario, también, no “revictimizar” a la persona que cuenta lo ocurrido; es decir, no se puede pedirle a la víctima que cuente una y mil veces lo que debió atravesar, así como tampoco cuestionarle por qué no lo contó antes ni lo evitó; concretamente, “si no lo hizo es porque no pudo”, indicaron; esto último también es un inconveniente que se da en muchos casos de violencia de género, donde la falta de un mecanismo dinámico a nivel interinstitucional, en ocasiones obliga a la víctima a tener que exponer su historia en cada lugar al que debe acudir para ser contenida.

El abordaje multidisciplinario

“Crea lo que el niño le dice y hágaselo saber”, es otra de las recomendaciones del Servicio de Asistencia a la Víctima; “no lo culpabilice de lo que pasó, al contrario manifiéstele lo valiente que es al contar lo sucedido; exprésele que lo sigue queriendo igual, que la relación entre ustedes no ha cambiado; hágale saber lo importante que es no guardar el secreto, y que necesita de otras personas para protegerlo. En todos los casos se hace necesario ayuda profesional; un caso de abuso sexual requiere un abordaje multimodal, médico, psicológico-social y legal”, mencionaron especialistas.
Los expertos formulan las siguientes recomendaciones a tener en cuenta para los padres y educadores en procura de propiciar la confianza de los niños factibles de haber sido abusados sexualmente. Frases como “ten confianza en mí”, “puedes contarme lo que sea”, “quiero escuchar lo que quieres decir”, “yo puedo ayudarte a solucionarlo”, se transformar en claves al momento de iniciar la conversación. Para ello se hace necesario creerles, no hay que cuestionar la veracidad de los hechos porque cuando los niños lo cuentan, en general no mienten. Se hace necesario decirles además que no se sientan culpables.

Evitar la culpa de la víctima

Casi siempre muestran sentimientos de culpabilidad, por lo que es muy importante dejarle claro que el no tiene ninguna culpa. “Tu no habrías podido evitarlo”, es la actitud a tener en cuenta. Se hace necesario hacer que se que se sientan orgullosos por haberlo contado, ya que quienes comunican estos hechos, son valientes. “Estoy muy orgullosos de ti por habérmelo contado”, “has sido muy
valiente en contarme esto”, es la respuesta adecuada.
Asegurarle que no le ha ocurrido nada, que el abuso no se repetirá y no habrá represalias. “Ahora que me lo has contado, ya no volverá a suceder”. “Se que ahora te sientes mal, pero te vamos a ayudar para que vuelvas a sentirse bien”, se aconseja decir., todo en un marco de afecto ya que es necesario hacerlos sentir seguros y queridos, sobre todo en situaciones traumáticas como en los caso de abusos sexuales.

Conociendo el perfil del abusador

En otro orden, desde el Servicio de Asistencia a la Víctima sugieren hablar de lo ocurrido y del agresor. “El niño debe reconocer sus sentimientos. Hay que animarle a hablar del abuso y hablar del agresor como alguien que necesita ayuda. “Quieres contarme cómo ocurrió?, “te ha hecho algo malo”?, son las preguntas necesarias realizar; para todo ello es necesario comunicar el abuso a la familia o a los servicios de protección de menores. Hay que informar a la familia lo ocurrido cuanto antes, para que busquen la ayuda necesaria y protejan al niño para que el abuso no vuelva a producirse. Si el abuso es intrafamiliar, se debe informar a un familiar directo del agresor. En estos casos conviene seguir el caso, llamando a la familia o concertando entrevistas con ella para comprobar si está intentando resolver el problema o si se está ocultando o negando, como ocurre muchas veces. Si esta implicado el padre, hay que comunicarlo a los servicios de protección de menores para evitar que los miembros de la familia se organicen y silencien el abuso”

Qué es lo que no se debe hacer

En todos los casos, desde el Servicio de Asistencia a la Víctima (SAVD), se recomendó no culpar al niño del abuso. “No hay que reñirle o castigarle por lo sucedido, se haya resistido o no. Lo importante es no responsabilizar al menor, incluso en los casos en los que el agresor ha logrado que colabore. Nunca hay que abordarle con preguntas como ‘¿Por qué te dejaste hacerlo?’, ‘¿por qué no me lo dijiste antes?’, ‘¿por qué no dijiste no, huiste o luchaste?’.
Existen instituciones que están preparadas para ayudar a los niños y a sus familias en estas situaciones, tanto sea en asesoramiento legal, acompañamiento en acciones legales, y superación de las secuelas y consecuencias que, a nivel emocional , dejan en los pequeños abusados y sus familias, que también sufren; el Servicio de Asistencia a la Victima del Delito está a disposición de las personas que han sufrido situaciones del abuso.

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