Afirman que todos los indicadores sociales empeoraron desde 2015

Un estudio de una Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), evalúa el rendimiento de las políticas nacionales, y revela que todos los indicadores sociales empeoraron desde 2015, al tiempo que advierte que la tasa de desempleo es la más alta en 10 años.
El estudio elaborado por la UNSAM se basa en cifras oficiales, y con esos datos analiza los resultados que han arrojado las políticas públicas del Gobierno Nacional. De acuerdo a la información consignada por la entidad académica, los indicadores sociales empeoraron desde 2015.
El informe analiza que en Argentina, la desocupación está en el 9,2%, según el último dato del INDEC, lo que implica que es el peor indicador desde 2007. En el Gran Buenos Aires, la cifra superó los dos dígitos: llega al 11,8%. El estudio resalta que el 40% de los ocupados está por debajo o cerca de la línea de la pobreza, que también creció desde 2015. En Chubut la tasa de desocupación subió en el conglomerado Comodoro Rivadavia-Rada Tilly de 3,4% en el cuarto trimestre del año pasado a 5,3%. Y más preocupante fue el incremento en el aglomerado Trelew-Rawson, donde el desempleo de 5,9% trepó a 8,2%.

Ocupación y poder adquisitivo

En lo que va de 2017, el empleo registrado creció menos de un punto, lo cual se explica por “el crecimiento de las modalidades de contratación más precarias”. Según el análisis, el “empleo se expandió tan sólo 0,11 puntos por cada punto de recuperación del PIB”. La economía puede crecer, moderadamente, pero esa situación impacta poco sobre la ocupación.
En ese contexto, se resalta la crítica situación de la industria. La capacidad instalada se encuentra en el 65%, cuatro puntos menos que en 2015. A pesar de las mejoras en algunos meses, en 2017 siguió la caída industrial que ya se verificó durante todo el 2016. En parte, esa realidad se explica por el crecimiento de las importaciones (14% interanual), que compiten con la producción local.
Además, del empleo, el estudio se enfoca en el poder adquisitivo de los asalariados. “Los trabajadores perdieron más de un salario en los últimos 17 meses”, describió la UNSAM. Así las cosas, se contrajo la participación de los asalariados en los ingresos, que se redujo del 51,6% en 2015 al 49,7% en 2016. La pérdida de poder adquisitivo impactó sobre el consumo, con la caída del 8,9% en los centros de compra y del 1,7% en supermercados.
En ese contexto, sigue impactando la inflación, que fue del 10,5% en los primeros 5 meses (proyecta un 24% anual). En los rubros básicos, como alimentos, el incremento es mucho mayor. Según las consultoras privadas en julio la suba llegará al 2%.

Evolución

La evolución de los indicadores socioeconómicos y laborales del primer semestre de 2017 explica la incertidumbre que acosa a muchos hogares argentinos. El impacto de las políticas puestas en marcha por el nuevo gobierno ha modificado la organización de la vida cotidiana de todos los sectores. El golpe fue más fuerte sobre los trabajadores de las empresas medianas y pequeñas, y los sectores de ingresos medios y bajos.
El Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CETyD) de la UNSAM, sostiene que el análisis de las series de empleo y actividad económica evidencia que el modelo económico vigente redujo el empleo registrado durante la fase contractiva, mientras que, durante la incipiente etapa de recuperación, creó una menor cantidad de puestos de trabajo.
Menciona que en 2016 se quebró la tendencia ascendente de la participación de los asalariados en el ingreso, que venía aumentando sistemáticamente desde 2003. En tanto, el trabajo registrado muestra un leve crecimiento, compuesto por un virtual estancamiento del empleo asalariado en empresas privadas y un crecimiento en la participación de las modalidades contractuales con menos beneficios laborales, es decir precarización.

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