Trump y las ‘fake news’ atacan de nuevo

La guerra del presidente de Estados Unidos contra los medios hace un uso masivo de la provocación e incluye ahora una posible ley mordaza
Lo necesitaba para vivir. Cada día, de seis a siete de la mañana, Donald Trump dedicaba su tiempo a devorar la prensa. Ahí buscaba con ahínco su nombre y el de sus empresas. Escudriñaba a sus enemigos. Perseguía oportunidades de negocio. Aparecer en The New York Times suponía la gloria. No hacerlo reflejaba un fracaso. Para bien o para mal, como escribiría años después, salir en los medios se había vuelto necesario. A veces, tan desesperado estaba que era él mismo quien llamaba a los diarios y, haciéndose pasar por un inexistente portavoz suyo daba jugosos detalles de sus pretendidas relaciones con artistas como Madonna, Kim Bassinger o Carla Bruni. “Carla ha dejado a Mick Jagger por Donald”, llegó a decirle a una reportera de la revista People.
Todo era mentira. Fake news (noticia falsa). Pero
su actitud hacia los periodistas fue cambiando. Alcanzada la Casa Blanca, llevó esta pulsión hasta el paroxismo y emprendió la mayor batalla planteada por un presidente de Estados Unidos contra el cuarto poder. “No hay parangón. Teme tanto el descrédito que, para evitar que los suyos crean a quienes le critican, ha iniciado este ataque”, explica Peter Beinart, analista y profesor de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. La ofensiva pasará a la historia. En la diana figuran The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, CNN, la BBC… La plana mayor del periodismo mundial. Trump los desprecia. Ha acuñado el término fake news para referirse a sus exclusivas y les ha declarado “enemigos del pueblo”. Ahora no descarta impulsar una ley mordaza. La controversia y el embate vende, pero también cansa a una sociedad sobresaturada de shows mediáticos y de sobreactuación política. Los ciudadanos norteamericanos también esperan resultados, y pese a los festejos por los 100 días, la gestión de Donald no repunta en imagen.

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