TRELEW – El oficial fue denunciado por una mujer policía con la que venía manteniendo una relación sentimental y con quien, delante de su hija de unos 8 años, protagonizó una escandalosa y violenta refriega la noche del martes, en la que habría habido golpes y hasta amenazas con un arma. Además, el efectivo está condenado por “apremios ilegales” en un fallo que todavía no estaría firme, y nadie se explica cómo andaba armado con la pistola reglamentaria si está suspendido. La Policía dice que alrededor de las diez de la noche del martes, acudió a un domicilio cercano a la Comisaría Segunda, en la esquina de Belgrano y avenida Gales, en respuesta a insistentes llamados de vecinos que denunciaban en el “101” que en esa vivienda se escuchaban gritos y el llanto de una criatura. Cuando llegó el primer patrullero al lugar, sus ocupantes demoraron a una persona salía del inmueble y que se aprestaba a alejarse en una motocicleta. Posteriormente descubrieron que estaba armado y al identificarlo, según lo que trascendió desde la misma dependencia que realizó el procedimiento, constataron que se trataba de un empleado de la repartición, perteneciente a la dotación de la Seccional Tercera, que hace poco junto a otros efectivos fue condenado por un sonado caso de “apremios ilegales” que hubo en un barrio de Trelew. Es así que quedó preso hasta la audiencia de control de detención, luego que su pareja lo denunciara en la Comisaría de la Mujer por amenazas y golpes. Según trascendió, la víctima y denunciante es también una empleada policial que actualmente está alejada de sus funciones por “problemas” psicológicos.