La Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), la Cámara Pesquera de Chubut (CAPECH), y empresas independientes no agrupadas mantuvieron una reunión con representantes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), en lo que significa el reinicio de las negociaciones salariales para el sector.
En el primer encuentro se barajaron diversas alternativas y variables, además de exponerse desde el sector empresario una coincidencia respecto de la realidad de la industria, con la elevada estructura de costos, retraso cambiario y pérdida de reembolsos a las exportaciones patagónicas; por su parte, el representante gremial expuso sobre la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

Incremento del 35 por ciento

En julio del año pasado, se firmó un acuerdo que incluyó el pago de 3.500 pesos no remunerativos, más 300 pesos de asistencia perfecta, y un bono extraordinario de 6.000 pesos, en dos cuotas. Allí se pautó que los sueldos básicos, factor y sueldo garantizado se discutirá recién en marzo de 2017.
En aquel momento, tanto las empresas, como el Sindicato de la Alimentación aceptaron que “teniendo en cuenta la situación económica, el proceso inflacionario actual, la situación de los mercados, ambas partes coinciden en fijar como fecha, con el fin de dar continuidad a las tratativas llevadas adelante, en febrero de 2017, las cuales concluirán el 31 de marzo de 2017, donde se acordarán los valores de sueldos básicos, factor y sueldo garantizado a aplicarse a partir del 1 de abril de 2017”. Así se firmó el año pasado, lo que en términos porcentuales representó una suba del 35 por ciento en los ingresos de los obreros de la industria pesquera de Chubut.

Por un acuerdo global

En el encuentro de la semana pasada, realizado en Puerto Madryn, participaron representantes de las empresas Iberconsa, Veraz, Food Partners, Mirabella, San Isidro, Ian Fish, Greciamar, Estrella Patagónica, Altamare, Congeladores Patagónicos, entre otras; y el Secretario Pro-Gremial del STIA.
Tras la reunión se cruzaron borradores, y se buscaría un acuerdo global, de modo que no se trate por separado, los ítems del año pasado, por un lado, y en un mes, volver a sentarse a discutir la pauta 2017.
Y, entre las alternativas, no se descarta que se explore algún tipo de acuerdo que termine atado a las variaciones del Índice de Precios de Consumo (IPC), tal como ha ocurrido con otros sectores de la industria o la producción, se determina un monto o porcentaje que luego se ajusta por inflación.

Inflación 2016

Asimismo, el STIA planteó que quiere aumentar un 50 por ciento el valor de la hora conformada, lo cual recogería un cerrado rechazo de las cámaras y las pesqueras independientes no asociadas.
Los 3.500 pesos no remunerativos, además de los 6.000 pesos del bono, y la suma por asistencia perfecta, representaron un aumento del orden del 35 por ciento. Otra opción sería ajustar por inflación al 41 por ciento que es lo que varió el IPC en 2016 en el país. Ese es un esquema que han utilizado diferentes gremios en otras actividades para negociar las actualizaciones de salarios.

Racionalidad

Con todo, las negociaciones continuarán la semana próxima y la realidad de la actividad hoy, es que no se percibe un clima de conflictividad ni confrontación en las plantas. La gente está trabajando y cobrando bien en virtud de el gran volumen de langostino que se mueve en esta temporada, la actividad es sostenida en este momento, y entre los trabajadores, no se percibe ninguna intención de perder días de productividad.
En el venidero encuentro se volvería a estudiar un acuerdo de esquema mixto, que implicaría cerrar una cifra no remunerativa, que representa dinero real en el bolsillo, como ocurrió el año pasado. A lo que se añadiría un ajuste por inflación, cuya estimación oficial es del 17 por ciento, pero diversos estudios privados lo proyectan entre el 21 y 23 por ciento para el corriente año. Por lo pronto, se pretende continuar conversando y mantener una negociación razonable, habiendo espíritu de lograr un acuerdo sin conflicto, porque, además, no hay clima de romper el diálogo. En síntesis, una realidad compleja que requiere racionalidad y mesura para arribar a buen puerto.
(Fuente: Revista Puerto)