LA INTENDENTA ARTERO PRESIDIÓ EL ACTO POR EL DÍA DE LA MEMORIA

Emotivo homenaje a las víctimas rawsenses de la dictadura

La intendenta Rossana Artero encabezó este viernes el acto que se desarrolló en Rawson por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, al cumplirse 41 años del inicio de la última dictadura en la Argentina. La ceremonia se llevó adelante en la Plaza Guillermo Rawson, donde se homenajeó a los hermanos José Esteban y Juan Oscar Cugura, así como a Myrddin Evans, todos vecinos de Rawson desaparecidos y asesinados por el Gobierno militar que asumió en 1976.
Además de Artero, participaron del acto el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Oscar Petersen; concejales, secretarios, directores generales y coordinadores del Poder Ejecutivo Municipal, autoridades eclesiásticas, los familiares de los desaparecidos durante la dictadura y público en general.
Participaron del acto las banderas de ceremonias del Colegio Don Bosco, de Bomberos Voluntarios, de las escuelas 702, 2.702 EMAL, 729, 190, 185 y del Instituto María Auxiliadora.

Mirddyn Evans

Luego de la entonación del himno y de palabras alusivas del cura párroco Marcelo Nievas, se colocó una ofrenda floral al pie de la placa que recuerda a los hermanos Cugura; al tiempo que se hizo la misma ofrenda a Mirddyn Evans, a los pies de la placa que lo recuerda, sobre la calle Moreno, frente al Palacio Municipal.
“Todos los años recordamos esta fecha tan significativa, que es para reflexionar y, por sobre todas las cosas, para tener memoria. Es una fecha que marca una historia muy oscura de nuestro país”, destacó la intendenta Artero. “Como siempre, acompañamos a todos los familiares de las víctimas rawsenses de esos años”, agregó.

Memoria de años de oscuridad

Por su parte, la concejal del Frente Para la Victoria Araceli Di Filippo hizo ante la prensa un repaso de su historia como detenida en los años ‘70, producto del compromiso social llevado adelante junto a su madre, también privada de la libertad entre fines de 1974 y principios de 1977, en la Comisaría de Rawson.
“Hay que recordar siempre cómo vivíamos los argentinos en esa época, sobre todo los que teníamos un compromiso social, gremial o político. Pero no siempre era necesario tener este compromiso político, porque era una época tremenda, de caza de brujas, en la que se atacaba a mucha gente que no tenía nada que ver”, dijo Di Filippo.
La edil indicó que “la famosa frase era ‘algo habrá hecho’ y en realidad en la mayoría de los casos era por pensar distinto. Había gente que participaba en las organizaciones armadas, que era otro tema; pero había muchísimos que solo pensaban distinto y tenían otra forma de encarar la dictadura. Y había gente que militaba en alguna organización política, gremial o social porque creía en una realidad distinta”.
Estos últimos también “eran los perseguidos y se los ponía también a disposición del Poder Ejecutivo, sin fecha cierta: sabíamos cuándo nos detenían pero no cuántos años iban a pasar hasta que nos dieran la libertad”.
“A esto hay que recordarlo: en la dictadura se detenía gente, se la torturaba para que delatara a sus propios compañeros, se detenía gente porque alquilaban una casa y el dueño se lo quería sacar de encima, entonces lo denunciaban como perteneciente a una organización armada”, ejemplificó.
Di Filippo consideró que “es un conjunto de atrocidades que pasó y que ahora se banaliza tanto. Por eso creo que hay que recordar estas cosas, ya que es una parte negra de nuestra historia a la que es necesario sacar a la luz. Porque si bien la democracia sigue siendo el mejor de los sistemas, es imperfecta, y seguimos con rasgos autoritarios. Afortunadamente el contexto no da para que sea tan violento pero seguimos teniendo rasgos autoritarios, por lo que hay que mejorar la participación social y política. Y es cierto que es difícil, porque desde la política se ha hecho poco para que la gente crea en nosotros”.
En este contexto recordó: “Estuve detenida con mi madre, que era militante radical. Yo era militante peronista. Acompañábamos a los familiares de los presos políticos de la U6 porque mi madre ha sido una persona siempre muy solidaria. Veíamos que hacían cola horas y horas con frío, con viento, personas mayores, entonces iban a mi casa al baño o a calentar la leche para algún bebé. Eso hizo que uno fuera tomando un compromiso distinto”.
“Estuvimos dos años y cinco meses detenidas, desde noviembre de 1974, cuando todavía había un gobierno peronista, elegido popularmente, pero ya estábamos en estado de sitio. Estuvimos en la Comisaría de Rawson mientras duró el gobierno constitucional”, recordó.
Araceli Di Filippo añadió que su recorrido involuntario siguió por “la cárcel de Villa Floresta en Bahía, la cárcel de Olmos en La Plata y después Devoto, desde donde salimos en libertad en abril de 1977, cuando todavía seguía el proceso militar y nos perseguían, nos controlaban, durante mucho tiempo. Y uno tenía mucho miedo”.
“Mi madre y yo tuvimos la suerte, dentro de todo, de haber sido detenidas durante el gobierno constitucional, por lo que teníamos un decreto del Poder Ejecutivo Nacional que nos mandaba a detener pero a la vez nos avalaba, lo cual hacía más difícil que a uno lo mataran”, añadió, “pero 30.000 compañeros han sido desaparecidos, torturados y muertos; y era mucho más fácil cuando no estaban ‘blanqueados’”.
Durante la detención, “vimos de todo, como compañeras que llegaban torturadas desde otras cárceles, muy golpeadas y lastimadas, por poner un solo ejemplo. Pasó de todo y esto es lo que debe servirnos de reflexión”.

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