EL INGRESO DE BIENES DE CONSUMO DE OTROS PAÍSES AUMENTÓ UN 22,5%

La apertura de importaciones amenaza con colapsar la industria nacional

La importación de bienes de consumo masivo creció un 22,5% en el arranque del año, poniendo en riesgo a las pymes, que deben salir a competir en un escenario adverso. Así se desprende de un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la cual precisó que mientras en 2016 las importaciones habían crecido a un ritmo del 17% promedio, ahora ya lo están haciendo en un 22,5%.
«Por el tipo de cambio atrasado, los altos costos internos y la falta de controles aduaneros, están comprometidas buena parte de las pymes industriales que no pueden competir con los productos que ingresan», dijo la CAME en un comunicado.
La organización empresaria advirtió que «están cerrando fábricas y hay más de 45 mil despidos en el sector. La avalancha externa se presenta también en el comercio informal, por las fronteras con Chile, Paraguay y Bolivia».
Según agregó la CAME, paulatinamente las importaciones están volviendo a copar el mercado y desplazando al fabricante local.
Estas industrias son, entre otras, la indumentaria, la naval, de calzados, juguetes, electrónicos, muebles, cueros, bicicletas, bebidas alcohólicas y las producciones regionales.
«No se trata solo de manifestaciones aisladas de algunos fabricantes proteccionistas como suele decirse cuando aparecen las advertencias. Hay evidencia estadística concreta que avala esta preocupación», alertó la entidad que conduce Osvaldo Cornide.
En 2016 las importaciones bajaron 6,7%, pero el declive se explicó porque los precios cayeron 10,4% y en cambio, las cantidades importadas subieron 3,8% en el año.
En los bienes de consumo, la entrada del exterior creció 9,1% en dólares en 2016, a pesar que los valores promedio de esos productos bajaron 6,7%, por lo que en realidad las cantidades importadas de estos artículos crecieron 17%.
En un mercado donde las ventas minoristas cayeron 7% promedio en el año, ingresaron bienes de afuera más baratos, pero en mayor cantidad, justo en un año donde los argentinos consumieron menos.
«Eso explica la caída de casi 5% en la producción industrial, especialmente en la industria PyME», afirmó la CAM

Medidas descontroladas

La semana pasada, el gobierno nacional oficializó la medida sobre la eliminación del impuesto del 35% a los productos tecnológicos importados. Si bien el gobierno había hecho un anuncio previo en el mes de noviembre de 2016, poco se sabía tanto sobre los productos que entrarían dentro de la quita, como de la fecha de implementación de la medida.
Con este escenario futuro, las empresas ensambladoras y fabricantes locales se hicieron eco con cierto grado de preocupación sobre esta medida que los dejaría en desventaja de cara a una competencia directa con productos importados a precios más acomodados.
Desde el Ministerio de Producción aseguran que «los productos que entrarían en la quita de impuestos serian notebooks, tabletas y componentes». Acerca de por qué se recurrió a esta medida, decían que «las computadoras son vitales para cualquier actividad productiva y educativa y bajar su precio y aumentar su calidad va a hacer más competitivas a las cientos de miles de PyMEs de la Argentina. Solo por hablar de software para quienes la computadora es el insumo clave junto a la formación: en 2016 el empleo del sector creció 8,9%, se crearon 7000 nuevos puestos de trabajo. ¿Cuántos nuevos empleos de calidad podemos crear con computadoras buenas y baratas? Ése es el desafío».
Para ser precisos, y si bien un 35% parece un numero astronómico si lo trasladamos al precio final de un producto, es importante destacar que en el costo final de un equipo será menos representativo. «Los precios bajaron en términos nominales un 20% comparados con el precio máximo de 2016 y un 10% comparados con el precio promedio de las notebooks durante los primeros cuatro meses del año (2016). En términos reales, es decir, tomando en cuenta cuánto varió el precio pero además calculando la inflación, hoy una notebook es un 27% más barata que el precio promedio de los primeros cuatro meses de 2016, y un 29% más barata que el precio máximo alcanzado en 2016», decían fuentes del Ministerio de Producción en diálogo con La Nación. Nada se decía sobre dos temas claves: la quita del 12% para componentes y la cláusula de exclusión para la compra de netbooks a empresas internacionales para el programa Conectar Igualdad.

El escenario de las empresas locales

Acompañando el anuncio del mes de noviembre, la repercusión no tardó en llegar: Banghó, uno de los fabricantes locales, cerró una de sus plantas despidiendo a varios de sus empleados.
Luis Szychowski es presidente de EXO y fue uno de los que se mostró preocupado por esta medida. «Daña a los fabricantes locales. A los 10 o 15 fabricantes más importantes y a las 4000 PYMES armadoras de PC desplegadas por todo el país las que van a terminar desapareciendo en silencio y dejando sin soporte técnico a muchos lugares del interior. De ninguna manera estas PYMES van a sobrevivir haciendo servicio técnico de marcas multinacionales porque ese servicio y la garantía inicial se canaliza hacia pocas empresas. Ninguna industria nacional puede ser competitiva sin algún grado de protección. Si se quiere dar trabajo algo de protección debe haber. De lo contrario, en la Argentina solo sobrevivirían algunos pocos sectores del campo», dijo el ejecutivo.
«Ninguna industria nacional puede ser competitiva sin algún grado de protección. Si se quiere dar trabajo algo de protección debe haber»
CX es otra de las empresas locales preocupadas por la medida. «Sin duda es un golpe fuerte para la industria local. Es muy difícil competir contra la mano de obra china afrontando al mismo tiempo todo el peso del costo argentino, por lo que la producción local queda minimizada a producciones puntuales. Sólo queda espacio para la producción de productos de caja blanca sin marca, el histórico «clon», un producto que se enfoca en la oferta por precio, dejando de lado la estética y el marketing. Es un mercado muy reducido», dijo Sergio Airoldi, propietario de la firma rosarina.
Dentro de este nuevo paradigma, Positivo BGH fue una de las empresas que se mostraron más cautas al opinar sobre este nuevo escenario. Así lo indicó durante la entrevista Leandro Pugliese, gerente de Positivo BGH Group en la Argentina. «Desde la empresa tenemos un ambicioso plan para fortalecer el liderazgo de mercado a través de la comercialización y distribución tanto de la marca Positivo BGH como de marcas internacionales tales como Vaio. En este sentido, la empresa permanecerá con sus operaciones productivas en el continente, comerciales, de distribución y brindando servicio técnico», dijo el ejecutivo.

Afarte, la asociación que integran varios fabricantes locales como BGH, Radio Victoria y Newsan, entre otras, también opinó sobre la medida. «Desde el sector existe la expectativa de que repunte el consumo, pero todavía no se verifica ningún indicador de ello. A su vez, los efectos de la medida ya se comprobaron: los puestos afectados a la producción de informática eran 500, 300 se reabsorbieron en otras líneas mientras que 200 se perdieron», dijo Federico Hellemeyer, presidente de Afarte.

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