UN 54 POR CIENTO SON MUJERES MENORES Y MAYORES DE EDAD

En el país hay más de 6 mil personas cuyo paradero se desconoce

Un relevamiento realizado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), titulada “Búsqueda de personas en democracia”, da cuenta de que, a partir de la información brindada por los organismos provinciales y nacionales a la misma y a la organización Acciones Coordinadas Contra la Trata de Personas (ACCT), en el país existen 6033 niñas, niños, adolescentes y adultos buscados.
Los datos “exhiben las deficiencias en la comunicación y coordinación de los sistemas de registros estatales, las falencias en la labor de búsqueda de las personas con paradero desconocido y la falta de actualización de las búsquedas activas cuando se produce la aparición de la persona buscada”, indica el informe, agregando que las búsquedas de paradero abiertas “corresponden, principalmente, a varones y mujeres de entre 12 y 18 años, fenómeno que se acentúa en las mujeres”, y que “los porcentajes respecto de la cantidad de niños, adolescentes y adultos varones no son significativos, aunque los números generales de personas buscadas muestran una mayor cantidad de niñas y mujeres, 54 por ciento frente a 46 por ciento de varones”.

En más de 70 casos, se fueron del país

En el marco de dicha investigación, del total de 6033 personas que son buscadas, unas 3228 son niñas, adolescentes y mujeres adultas; 2800 son niños, adolescentes y varones adultos, y en 8 casos no hay referencia al género.
El grupo etario que concentra el mayor número de desapariciones es el de 12 a 18 años, “con una tendencia aún más marcada en el caso de las adolescentes”, sostiene el documento, aclarando que, “en el caso de los varones, las denuncias presentan una frecuencia mayor”.
Por otra parte, “en 50 casos de personas con búsqueda de paradero abiertas se verificaron movimientos posteriores a la denuncia de su desaparición; de estos casos, 38 (10 mujeres y 28 varones) fueron registrados posteriormente en dependencias policiales por hechos relacionados con delitos o acusaciones similares” y, además, “unas 72 personas buscadas y denunciadas como desaparecidas presentaron movimientos migratorios posteriores a la fecha de desaparición”.

Controles migratorios

En dicho ámbito, para actualizar y depurar el listado de denuncias “era necesario conocer si las personas buscadas habían realizado movimientos migratorios en días posteriores a su desaparición, o incluso el mismo día”, arrojó el informe, añadiendo que, por tal motivo, se envió a la Dirección Nacional de Migraciones un listado de personas desaparecidas, “conformado por un total de 1095 casos, para que se cruce esa información con la base de datos de movimientos migratorios”.
Sobre esta línea, precisa que 72 personas realizaron cruces fronterizos y, en menor cantidad, no fronterizos, y que, “en algunos casos, los cruces sucedieron en más de una oportunidad”.
Por otra parte, 23 personas no presentaban una búsqueda o paradero abierto y, en dos casos, “las personas denunciantes de la desaparición presentaban movimientos similares a los de la persona presuntamente desaparecida”.
Dichos supuestos “exhiben inconvenientes tales como la falta de interrelación entre los registros oficiales y la desactualización de los datos de las personas buscadas, ya que ambos habían retornado a su hogar pero la búsqueda de paradero seguía abierta”.
Entre los países con mayor cantidad de cruces fronterizos “encontramos a Paraguay (137), Brasil (108) y Chile (90); les siguen Uruguay (67) y Bolivia (39)”, añade la investigación, detallando, respecto de los cruces migratorios a países no fronterizos, que “se registran cuatro cruces a Perú y a Estados Unidos, tres a Panamá, tres a España y uno a Canadá”, a la vez que, “en cuatro casos, se desconoce el destino de los cruces”.
En relación con la nacionalidad de las personas buscadas, de un universo de 72 casos el 76,38 por ciento son ciudadanos argentinos (55 personas); el 8,33 por ciento (seis casos) son de nacionalidad paraguaya; el 5,55 por ciento (cuatro casos) son oriundos de Bolivia; el 4,16 por ciento (tres casos) de Uruguay; y Perú, Corea del Sur e Italia tienen cada uno un 1,38 por ciento de representación (una persona de cada país), mientras que en pocos casos no se informó la nacionalidad de las personas.
La información vinculada con las vías a través de las cuales se realizaron los movimientos migratorios “fue sistematizada y, de este modo, se obtuvo que, en relación con los cruces vía aérea, 52 se efectuaron desde el aeropuerto internacional de Ezeiza, 10 a través del aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires y uno desde el aeropuerto de Rosario, provincia de Santa Fe”.

Relevan fallecidos de identidad desconocida

El documento también precisa la información de fallecimientos “NN” en el país para el 2016, e indica que, en el Registro Nacional de las Personas (RENAPER), “se relevó un total de 5329 actas de defunción de personas con identidad desconocida” y que, “de estos registros, 3015 fueron informados con sus respectivas huellas dactilares, mientras que en 2314 casos las actas no se acompañaban con registros dactiloscópicos”.
Del total de 5329 actas de defunción pertenecientes a cuerpos NN, “3615 corresponden a varones (68%) y 930 a mujeres (17%). En 784 actas (15%) no se especifica el género”.
En dicho ámbito, el informe sostiene que “la mayor cantidad de fallecimientos se ubica entre los 54 y los 61 años, con 150 casos; le sigue el rango de los cero a 8 años, con 120 casos, y finalmente, aparece la categoría entre los 45 y los 53 años”.
También, “se utilizaron otras fuentes de datos para conformar el universo de cadáveres NN; la información brindada por policías, morgues y cementerios alcanzó los 1541 registros de cadáveres NN”, añade.

Fallas institucionales

En este contexto, el reporte señala como una de las deficiencias para la identificación de fallecidos NN que “los avisos de notificación suelen enviarse sin información básica acerca de la causa del deceso y, en muchos casos, sin el acta de defunción o los datos sobre la autoridad judicial que autorizó la inhumación del cuerpo NN, lo que dificulta enormemente la tarea de localizar los expedientes iniciados a raíz del hallazgo del cuerpo y, en consecuencia, el acceso a la información concreta para que las familias puedan ser debidamente notificadas”.
La situación “empeora si la muerte es de vieja data, por la dificultad adicional de reconstruir históricamente las circunstancias del fallecimiento” y “la mayoría de los avisos de notificación enviados carecían de fichas dactilares y en un enorme porcentaje de casos no hay ninguna explicación que justifique la falta de toma de huellas”, indica.
Por otra parte, “en seis de los casos identificados se pudo establecer que las huellas de los avisos de notificación por fallecimiento NN pertenecían a personas que aún se encuentran con vida; esto salió a la luz porque la División CETRAC del RENAPER, responsable de los pedidos de información sobre ciudadanos, informó que esas personas registraban trámites de actualización de DNI de reciente data; por ejemplo, las huellas presentes en un aviso de fallecimiento de 1992 resultaron ser las mismas que las registradas en el 2010 en una renovación de DNI, y esto implica, en los hechos, que no se le tomaron las huellas a esos occisos sino a personas que, intuimos, formaron parte de las tareas que rodearon al hallazgo del cuerpo o, posiblemente, a trabajadores de las morgues”
Además, “la falta de información disponible para consulta se combina en muchos casos con la reticencia a brindar datos existentes”, explica el relevamiento, añadiendo que, “en contadas excepciones, se brindó información relevante pero la mayoría de los cementerios municipales se atienen a protocolos estrictos que en la práctica determinan que se requiera la información formalmente a la municipalidad respectiva. Una vez agotados los recaudos formales, se observa que en varios cementerios tampoco consta información sobre el organismo y el marco de la actuación judicial en la que se ordena la inhumación del cadáver NN; este dato resulta vital para rastrear la historia del hallazgo de ese cuerpo, sus causas y los insustituibles datos sobre el tiempo, modo y lugar de la aparición”.

Trece casos de NN en el Chubut

La provincia del Chubut “reportó 13 casos de personas NN, tres fueron informados por la Oficina del Ministerio Público Fiscal de la ciudad de Puerto Madryn, cuatro por la Oficina del Ministerio Público Fiscal de Rawson, cuatro por la Fiscalía General de la Circunscripción de Comodoro Rivadavia, uno por la Oficina Única del Ministerio Público Fiscal de Esquel y el restante por el Ministerio Público Fiscal de Trelew”, sostiene el documento. Los datos “cubren el período de 2005 a 2013” y “la información no sólo fue limitada por la escasa cantidad de registros, sino principalmente por la exigua información que se comunicó sobre ellos; en este sentido, resulta muy difícil elaborar estadísticas que den cuenta de los grupos etarios o las causas de muerte más representados, sin embargo, se debe destacar que, de los 13 casos, cinco corresponden a varones, de los cuales cuatro tendrían entre 40 y 55 años, y, por otro lado, cinco se relacionan con el hallazgo de restos óseos de los que no se ha determinado el sexo, y en tres casos no se aportan datos”.

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