SE EVIDENCIA UN CORRIMIENTO DE TEMAS DE DEBATE, DE LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS A LOS SOCIALES. ¿LA CRIMINALIZACIÓN DE LA JUVENTUD Y DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, CORTINAS DE HUMO? LOS DATOS DUROS QUE DAN PÁNICO

Otros miedos

Lo que tiene la manipulación política, es que siempre, indefectiblemente termina siendo evidente. No es casual por lo menos que durante la primera quincena del año, se haya producido un corrimiento de temas de debate, desplazándose el eje de los `cucos´ económico-financieros a la cantinela sobre si hay que criminalizar a los chicos desde más pequeños, o si las FARC infiltraron a la resistencia mapuche en Patagonia. Estos, fueron de hecho, los dos ruidos que hace rato comenzaron a deslizarse por canales que arrastrarían evidentemente el debate este mes.
Sin embargo, hay los temas que en el fondo siguen produciendo miedo en la clase media, y en aquellos que superan la agenda mediática masiva con miradas propias y periodismo independiente. Lo advierte Página 12: el miedo pasa por la realidad propia enlazada de repente por otro modelo neoliberal descarnado.
“Siete de cada diez habitantes de la Capital Federal y los tres cordones del conurbano bonaerense se consideran en situación de inseguridad económica. Eso significa, por ejemplo, que casi la mitad de las personas piensa que está en peligro de perder su trabajo, no les alcanza el ingreso familiar o les alcanza apenas. La mayoría considera que la situación económica de su hogar empeoró en los últimos doce meses. Lo más grave es que una proporción importante –más de un tercio del total– afirma que redujo su alimentación en 2016 y dos de cada diez personas revelan que en su casa hubo algún integrante de la familia que pasó hambre porque no había dinero para comprar alimentos”.
Las conclusiones surgen de un amplio estudio que se llamará Monitor de Clima Social (MCS) y que se concretará cada dos meses. El objetivo del trabajo es medir lo que se llama la inseguridad social, es decir lo que cada ciudadano percibe como riesgo, insatisfacción o incertidumbre. Son todas las ideas relacionadas con la ausencia de protección estatal. El Monitor es realizado por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), un centro interuniversitario producto del acuerdo entre la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham. En total se encuestaron 1935 personas, 1832 en entrevistas realizadas por líneas de teléfono fijas y 103 a través de celulares. En todos los casos se respetaron las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y distribución en Ciudad de Buenos Aires y los tres cordones de conurbano. El director del CEM, es decir la cabeza del estudio, fue el licenciado en Ciencias Políticas, Matías Barroetaveña.
“El MCS mide mayoritariamente percepciones”, explica Barroetaveña. “En este sentido cabe aclarar que no toda inseguridad social es proporcional a un peligro real. Lo que se observa es, sobre todo, un desfasaje entre expectativas y realidades. Así planteado también se puede entender la inseguridad social como un indicador de malestar hacia los gobiernos. Es por eso que el MCS mide también a qué gobierno (nacional, provincial, local) se percibe como responsable de la situación social que cada individuo atraviesa”.
El método que se utiliza es que se construye el nivel de seguridad o inseguridad de cada uno de los ciudadanos a partir de distintas preguntas sobre cómo evalúa su situación económica, laboral, en materia de salud, educación y en cuanto a alimentación. Por ejemplo, en éste último aspecto, el índice se construye a partir de respuestas sobre lo sucedido en el último año: si en su hogar redujeron la alimentación por razones económicas o si alguno de los integrantes pasó por momentos de hambre por no poder comprar alimentos.

Miedo a no poder comer hoy

Los que están en situación de inseguridad alimentaria son el 27 por ciento del total. “Los resultados preocupantes se ven cuando se miran los valores uno por uno, es decir desagregados”, señala Barroetaveña.
El 38 por ciento de los entrevistados dijo que durante los últimos 12 meses en su hogar disminuyeron la porción de las comidas porque no hubo suficiente dinero para comprar alimentos. Ese porcentaje trepó al 45 por ciento con los encuestados del conurbano bonaerense.
Ante la pregunta “si en los últimos 12 meses, tuvo usted u otra persona en su hogar alguna vez hambre porque no había suficiente dinero para comprar alimentos”, en el conurbano bonaerense contestaron afirmativamente el 28 por ciento.
Como se ve, hay una proporción que no percibe un cuadro preocupante con su alimentación, pero es alto el porcentaje de las respuestas que tienen que ver con una situación alimentaria grave, que bordea el hambre. Que una de cada cuatro personas esté afrontando ésta última situación, es muy significativo. El dato adicional es que el cuadro no tiende a mejorar sino que empeora.

Miedo a no tener trabajo

Nada menos que el 72 por ciento de los consultados se ubica en zona de inseguridad económica. El porcentaje coincide con las encuestas que se conocen en las que siete de cada diez personas dicen que la situación en sus hogares está mal o muy mal.
El CEM evaluó los peligros que la gente siente y los resultados exhiben riesgos en casi todos los terrenos económicos. Por de pronto, el 45 por ciento de los consultados dicen que el ingreso en el hogar no les alcanza y eso provoca problemas graves o muy graves. La cifra trepa casi al 55 por ciento en el segundo cordón del Gran Buenos Aires.
Hay franjas del conurbano en el que el 62 por ciento de los encuestados afirma que está peor que el año pasado. Pero en todo el área estudiada, incluyendo la Ciudad de Buenos Aires, los que dicen que están mejor que hace 12 meses son muy pocos. En promedio, el 52 por ciento, o sea más de la mitad, afirma que la situación en su hogar empeoró.
Un dato que impacta fuertemente en la actualidad es el peligro de perder el trabajo. Nada menos que el 43 por ciento de todos los consultados señalaron que es probable o muy probable que pierda su empleo actual en los próximos meses. Seguramente esa es la madre de las inseguridades, porque es obvio que la economía de un hogar gira alrededor del puesto de trabajo.

Miedo al desamparo

El estudio del CEM indagó también sobre las responsabilidades por la situación. Lo curioso es que los encuestados no tienen en cuenta de quién dependen los distintos organismos, por ejemplo, las escuelas o la salud. En el único caso en el que se echa la culpa al gobierno provincial y al de la Ciudad de Buenos Aires es en los temas de transporte.
En todos los demás casos, para el ciudadano común, la responsabilidad principal igual es del gobierno nacional, seguramente porque es el que marca el paso de las políticas. Así, respecto de la seguridad económica, el 75 por ciento señala al Poder Ejecutivo nacional como el responsable y también se le achaca fuertemente la culpa en materia de inseguridad laboral.

Miedo al colapso de nuestro país

Como corolario, se observa que el gobierno de Mauricio Macri sigue endeudándose. recientemente el ministro de Finanzas, Luis Caputo, acordó con seis bancos extranjeros un préstamo de corto plazo por 6000 millones de dólares y la colocación de una serie de bonos en los mercados internacionales por otros 7000 millones de dólares la semana próxima. Con semejante endeudamiento el ministro de Finanzas pretende cubrir parte de los 40.350 millones de dólares de financiamiento previstos para este año. El funcionario, experto en el “arte del endeudamiento”, piensa que si se combinan la profundización del proceso de desregulación financiera y la extensa colocación de deuda en el actual escenario internacional, dominado por la incertidumbre, no aumentará la vulnerabilidad de la economía local frente al mundo. Mientras tanto, el pueblo trabajador sigue aguardando los beneficios del derrame.

Fuentes: Página/12, IP, NA.

ÚLTIMAS NOTICIAS