A pocas semanas de la primera Sesión Ordinaria del Concejo Deliberante, que tendrá lugar el próximo 9 de febrero, desde la Comisión de Receso se encuentran analizando una serie de expedientes de cara al inicio del trabajo legislativo, a la vez que los distintos bloques analizan cuáles serán las propuestas que someterán al estudio y escrutinio por parte de los concejales, durante el curso del año.
Una de las propuestas, mencionada por Claudia Bard (Frente para la Victoria), apunta a concientizar respecto del uso de polietileno en la comunidad, a través de las bolsas de residuos que, en su mayoría, están formadas por dicho polímero, con las respectivas consecuencias ambientales que el mismo provoca a largo plazo.
En este sentido, la concejala aseguró que, actualmente, los vecinos no clasifican, en su mayoría, debidamente los residuos hogareños, a la vez que adelantó la iniciativa que se encuentra en desarrollo y prevé que los supermercados, además de ofrecer las conocidas “bolsas ecológicas”, también provean al consumidor la posibilidad de utilizar bolsas biodegradables, las cuales también puedan ser empleadas para almacenar la basura y, de este modo, disminuir el consumo de polietileno.
“Puerto Madryn, anteriormente, tenía una legislación en particular, que establecía que las bolsas de los supermercados tenían que estar reforzadas, para que uno las pueda reutilizar, por ejemplo, en la basura y demás”, recordó, a la vez que sostuvo que “nosotros consideramos que, actualmente, no se consume menos polietileno que antes, ya que si bien uno no utiliza más la bolsa de supermercado, sí usa la bolsa de residuos, que antes no compraba y ahora sí, por lo que el polietileno que consumimos es el mismo”.

Sin cambio de hábitos

Al respecto, la edil detalló que, entre las iniciativas por parte del bloque para el comienzo de las sesiones en el Concejo Deliberante, “las primeras tienen que ver, seguramente, con algo que estamos estudiando y sobre lo cual nos falta algún visto de gente especialista en el tema, y tiene que ver con el tema de las bolsas de los supermercados”.
Sobre este punto, aclaró que “estamos estudiando el proyecto y no me quiero adelantar, pero buscamos generar el debate en la sociedad a partir de la presentación del mismo” y fundamentó que “creemos que las bolsas de tela y demás no vinieron a solucionar la cuestión del polietileno que cada uno de nosotros consume; pensamos que, tal vez, se pueda volver a trabajar con bolsas con determinada resistencia”.
Además, recordó que “la ciudad de Puerto Madryn, anteriormente, tenía una legislación en particular, que establecía que las bolsas de los supermercados tenían que estar reforzadas, para que uno las pueda reutilizar, por ejemplo, en la basura y demás”, aunque remarcó que “nosotros consideramos que, actualmente, no se consume menos polietileno que antes, ya que si bien uno no utiliza más la bolsa de supermercado, sí usa la bolsa de residuos, que antes no compraba y ahora sí, por lo que el polietileno que consumimos es el mismo”.

Bolsas biodegradables y reutilizables

En este contexto, aclaró que “estamos viendo las distintas alternativas cerca de la región, de bolsas biodegradables, para ver de generar la obligación de los supermercados de tener bolsas biodegradables reforzadas, y que nosotros las reutilicemos en la basura y demás, tal vez con los colores de la clasificación de residuos, para también generar alguna legislación que impacte en la sociedad, respecto de cómo deberíamos clasificar los residuos” y lamentó que “en la mayoría de las casas de la ciudad no se clasifica, y eso hace que el Girsu nos salga muy caro a todos”.
La concejal planteó que “en realidad, si la comunidad se uniera e hiciera la clasificación de residuos como corresponde, seguramente bajaríamos mucho los costos del Girsu; por eso, queremos ver algo que impacte en ese sentido, por lo menos para que se ponga en debate el tema, más allá de que la propuesta sea buena o no, o bien superadora, quizás con ideas de algunos integrantes del Concejo o con la misma voz de la comunidad en general”.
También, hizo hincapié en que “sí, buscamos que se debata la cuestión para ver si se puede lograr algo mejor, ya que evidentemente hoy, la recolección de residuos no está funcionando, ya que la gente no clasifica la basura, creemos que su funcionamiento no es óptimo y demasiado caro para la comunidad”.

Presentarían la iniciativa a Ecología

Consultada sobre la posibilidad de haber dialogado con el que sería el organismo de contralor en el caso del proyecto en carpeta, esto es, la Secretaría de Ecología y Protección Ambiental (SEPA), Bard mencionó que “queremos, justamente, terminar un informe que nos está haciendo un grupo de profesionales relacionados al medio ambiente, en el marco de esta iniciativa, y una vez concluido el mismo, veremos en qué podemos modificar el proyecto de Ordenanza, adecuando tal vez algunos parámetros nacionales e internacionales respecto de la ecología, para luego presentarla ante la cartera de Ecología local, para ver qué otra visión o alternativas pueden tener desde allí” y concluyó que “todo lo que sea superador en nuestra legislación, bienvenido sea; lo que queremos lograr es que esto funcione para la comunidad en general y que el servicio de recolección salga más barato para todos los madrynenses, en un futuro”.

Acuerdo entre bloques

Bard también contó que, a pocas semanas del inicio de las Sesiones Ordinarias del 2017, “estamos trabajando a partir de la Comisión de Receso, y si bien nos turnamos entre todos los concejales para cubrir todo el mes, desde nuestro bloque en particular estamos proyectando algunas cosas en las que queremos trabajar durante el año, además de tratar lo que va ingresando desde la Comisión de Receso en sí”, y agregó que “tratamos de trabajar fuertemente todos los integrantes del bloque en distintos horarios, principalmente durante la mañana, siendo esta una época en la que no viene tanta gente al Concejo, por lo que nos reunimos para ir proyectando lo que vamos a ir haciendo durante el año”.
Una de las cuestiones destacadas por la propia presidenta del Concejo Deliberante, Xenia Gabella, semanas atrás, fueron los pocos expedientes pertenecientes a años anteriores que quedaron pendientes para su posterior tratamiento durante el año legislativo en curso; en este sentido, y consultada respecto de si se está actualmente “liquidando” expedientes de 2016, Bard respondió que “no, porque siempre hay como una especie de ‘pacto’ entre todos los bloques, ya que, como no están todos los integrantes de los mismos, que no se traten temas trascendentales, a excepción de cómo se hizo la semana pasada, a partir del llamado a Sesión Extraordinaria, donde sí se trataron temas más urgentes”.

Analizan los expedientes de mayor envergadura

Por otra, parte, sostuvo que “ahora, tenemos más tiempo de analizar expedientes que están en las comisiones y demás, que van ingresando en la vorágine del año y sobre los cuales uno no siempre tiene tiempo de verlos minuciosamente, por lo que enero es un mes como para agarrar los expedientes más importantes y analizarlos de manera detallada”.
Sin embargo, “no se toman determinaciones durante el receso, por esto de que no está todo el cuerpo, en definitiva, así como tampoco están representadas las mayorías y las minorías, ya que somos un integrante por bloque; entonces, estaríamos en igualdad los que tienen mayoría con los que tienen minoría, por lo que se trata de no tomar decisiones determinantes y ponernos al día con el trabajo, además de proyectar lo que vamos a ir haciendo durante el año, y más allá de lo que vaya surgiendo, tener una idea de una base de proyectos que cada uno irá presentando durante el año”.

Cuál es el impacto ambiental del polietileno

Según especialistas en materia ambiental, de las más de 500 mil millones de bolsas de polietileno usadas cada año, millones nunca llegan al basurero, ya que el viento las atrapa y viajan extraordinarias distancias, sólo para aterrizar al engancharse en un árbol, en un alambrado o desagüe, algo que generó que, desde hace años, varios países prohibieran el uso de las bolsas de dicho material.
Cuando las bolsas de polietileno bloquean los desagües, pueden causar inundaciones extendidas. En este contexto y a modo de ejemplo, Bangladesh prohibió el uso de estas bolsas en 2002, alegando que habían contribuido a las severas inundaciones de 1988 y 1998. Animales tanto terrestres como marinos las ingieren por error, causándoles enfermedades y, en muchas ocasiones, la muerte. Algunos animales quedan atrapados en estas bolsas o sus residuos, y o bien mueren por estar atrapados o bien quedan permanentemente desfigurados. Cuando estas bolsas finalmente se descomponen, depositan químicos en el suelo, ríos, lagos y océanos.
Por otra parte, las especies marinas pequeñas e inmóviles tales como los briozoarios, los percebes, los poliquetos, los hydrozoas, los cangrejos y moluscos, forman colonias sobre el plástico y son transportadas con las corrientes del océano a nuevas ubicaciones, en donde estas especies nuevas pueden potencialmente alterar y destruir el ecosistema.
En estudios con ratones, el polietileno ha sido vinculado al cáncer de colon, además de que cuando dichas bolsas entran en contacto directo con la comida, como en el empaque, los químicos dentro de la bolsa pueden filtrarse a la comida y contaminarla.
El petróleo, recurso natural no renovable, es utilizado para hacer polietileno, y consecuentemente, el proceso de fabricación de bolsas a partir del mismo libera químicos nocivos al ambiente.