HABÍA SIDO CONDENADO A PERPETUA, PERO ENFRENTA LA ETAPA FINAL DE UN CÁNCER

Benefician a un femicida con prisión domiciliaria por padecer una enfermedad terminal

Roberto Marcelo Valdez, de 46 años, el hombre que en agosto pasado fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja Noemí Maliqueo, recibió días atrás el beneficio de la prisión domiciliaria, pero no fue a raíz de las instancias de apelación pendientes, sino porque se encuentra en la etapa terminal de un cáncer.
La condición médica del condenado sorprendió a los operadores judiciales durante la feria, ya que en noviembre, cuando se rechazó un pedido de liberación, nadie, ni siquiera él, sabía que padecía una enfermedad terminal.
En apenas un mes, se le detectó un cáncer de pulmón que lo postró en una cama del hospital Castro Rendón, en la instancia de cuidados paliativos; así se plasmó en la audiencia realizada la semana pasada, en la que la jueza de Ejecución Penal, Raquel Gass, accedió al pedido de prisión domiciliaria que, en términos concretos, será cumplida en un hospital y según sostuvo la jueza “hasta que fallezca”.
Noemí Maliqueo recibió un disparo en la nuca el 20 de septiembre en la casa donde vivía con Valdez, en la toma Las Florcitas. La joven agonizó durante 72 horas hasta que finalmente murió la noche del martes 22 de septiembre.
Testigos aseguraron que, después de haber escuchado los disparos, vieron que el acusado salió de la casa a los gritos pidiendo ayuda diciendo que “se le había escapado un tiro” y que “había sido un accidente”.
Seguidamente, fue a buscar a su expareja, una enfermera, para que atendiera a la víctima. Ella fue la que llevó a Maliqueo al hospital y luego se transformó en testigo clave del femicidio.

Femicidio y condena

En julio del año pasado, un jurado popular declaró a Valdez culpable de asesinar bajo la figura de femicidio a su pareja, Noemí Maliqueo, de 21 años, el 20 de septiembre de 2015 en el oeste neuquino.
Un mes más tarde, se le impuso la pena de prisión perpetua y al mes siguiente Valdez reclamó ser liberado por cumplir un año en prisión preventiva, pero en su lugar se ordenó que comience a cumplir la condena.
La defensora oficial, Laura Cancela, explicó en la audiencia que Valdez padece un cáncer de pulmón del “tipo 4”, que se encuentra en la etapa final de la enfermedad, internado desde fines de diciembre en cuidados paliativos.
Por otro lado, la mamá de Noemí, Irma Tardugno, aseguró que la noticia le cayó como “un balde de agua fría” y remarcó que “yo no quería que se muera así, quería que se pudra en prisión”, a la vez que señaló que “él tenía que pasar más de 30 años preso por lo que le hizo a mi hija”.
Por otro lado, recordó que “logramos la primera condena a prisión perpetua por un femicidio en Neuquén pero no fue por la Justicia sino por todo lo que luchamos”.
Tras el crimen, Valdez buscó primero ocultar lo ocurrido forzando a una expareja a decir que encontró a Noemí en la calle, pero la mujer se quebró y contó la verdad.
Luego de esa instancia, se dio a la fuga y fue capturado tiempo después en una chacra de la zona de Allen en donde se lo encontró armado.
“No merecería morirse así de rápido sino pagar lo que le hizo a mi hija, tendría que pudrirse en la cárcel los treinta años de condena”, sentenció la madre de la víctima.

A sangre fría

Valdez había sido declarado “culpable” por unanimidad tras ser juzgado por un jurado popular en julio de 2016. En las audiencias del juicio, se estableció la responsabilidad por el delito de homicidio calificado por ser la víctima su pareja, ser mujer y mediar violencia de género, es decir, femicidio, agravado por la utilización de un arma de fuego, en calidad de autor, según los artículos 80, incisos 1 y 11, 41 bis y 45 del Código Penal.
La teoría del caso presentada por la representante del Ministerio Público Fiscal y avalada por un jurado popular fue que el 20 de septiembre del 2015 cerca de las 16 horas, el agresor asesinó a quien era su pareja, Noemí Elizabeth Maliqueo, disparándole con un arma de fuego. La agresión, ocurrió en el interior del domicilio donde habitaban, ubicado en la calle Amuyen del barrio Valentina Norte Rural de la ciudad de Neuquén.
Durante el juicio, recordaron que en 2007, Valdez se fugó de la penitenciaria de General Roca, donde estaba cumpliendo una condena de 6 años de prisión por un robo con armas; nunca logró ser capturado por la Policía rionegrina y esa condena prescribió en 2013, por lo que, con esos antecedentes, el fiscal solicitó que permaneciera detenido hasta el juicio.

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