CIUDAD DE BUENOS AIRES CREARÍA UNA INSTITUCIÓN QUE REGULE LAS ELECCIONES. SIN LA BOLETA ELECTRÓNICA, EL PRO ESTÁ A MERCED DE LOS ARMADOS TERRITORIALES

Afinando los aparatitos

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, presentó en el Palacio Legislativo un proyecto de ley que busca crear la Agencia de Gestión Electoral, una institución que pretenderá “entender en la administración los procesos electorales regidos por el Código Electoral, velando por el normal desarrollo de las elecciones conforme a lo previsto en la Constitución de la Ciudad y la normativa electoral, así como también coadyuvar en la promoción de la cultura política democrática y la educación cívica de los ciudadanos”. Con esto, busca impulsar un organismo directamente ocupado de administrar los procesos electorales.
Entre las competencias de la Agencia se encuentran la “organización y administración del proceso electoral”, “aprobar el cronograma electoral”, “distribuir el aporte público para el financiamiento de las agrupaciones políticas y el espacio en los medios de publicidad de campaña previstos en el Código Electoral” y “programar y ejecutar las actividades logísticas y de aprovisionamiento de materiales para el correcto funcionamiento del proceso electoral”.
A su vez, “designará a las autoridades de mesa receptoras de votos”, “aprobará los instrumentos de sufragio así como también las boletas o pantallas electrónicas” y “organizará el debate público entre los candidatos a jefe de gobierno y miembros de las juntas comunales, en coordinación con el Consejo Consultivo de Partidos Políticos”, entre otras funciones.

La máxima autoridad

La Agencia de Gestión Electoral contará con un director que será “designado por el Poder Ejecutivo, con acuerdo de la Legislatura”, el cual durará en su cargo durante 5 años y podrá ser reelegido solamente una vez más. Además deberá ser argentino o residir en el país con la ciudadanía correspondiente por un plazo no menor a 5 años.
Entre las exigencias para ser la máxima autoridad de la institución se encuentran “tener experiencia laboral en materia electoral o afines por 10 años”, un “título universitario de grado que corresponda a planes de estudio de universidades autorizadas por la autoridad nacional de duración no inferior a 4 años, con incumbencia para el cargo” y “gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delitos dolosos”.
En este sentido, el texto de la normativa presentada sostiene que el director “no puede haber ocupado cargos electivos o partidarios en el ámbito federal o local en los últimos 6 años”, además no podría “haber estado afiliado a algún partido político en los últimos 4 años” y “no haber sido proveedor del Estado en los procesos electorales en los 8 años anteriores a su designación”. A su vez, la autoridad no podrá candidatearse a ningún cargo público durante los 4 años posteriores al cese de sus actividades en la Agencia.

Quién será el jefe del `curro´?

Entre las principales funciones que desempeñará se encuentran “realizar los actos, compras y contrataciones necesarias para la organización del proceso electoral”, “designar a los coordinadores técnicos que intervendrán en las elecciones” y “diseñará, modificará y aprobará la estructura orgánico – funcional de la Agencia, previa intervención del Ministerio de Hacienda de la Ciudad, a efectos de verificar la disponibilidad presupuestaria respectiva”. En este marco, no se sabe aún quienes podrían ser los candidatos a ocuparse de tan loable tarea, pero que no será gratis para los ciudadanos de CABA, ni en términos de presupuesto ni de resultados, eso no cabe ninguna duda.

Sin boleta electrónica, al PRO se le complica

Dicen que parte de todo estos nuevos pergeñes es consecuencia de haber perdido la batalla legislativa por la reforma política, en concreto por la utilización de la boleta electrónica en todo el país, empiezan a notarse en los movimientos del oficialismo.
Según el columnista carlos Tórtora, casi con desesperación, el equipo de María Eugenia Vidal está a la caza de los dueños de los tradicionales aparatos políticos que iban a ser barridos por la boleta electrónica y no lo fueron: los intendentes del conurbano.
Así es que, en esta creciente necesidad por abrir el juego captando peronistas y fraccionando el voto de los que no lo son, el PRO blanqueó como aliados a Eduardo Duhalde, Mario Ishii y Aldo Rico. Esta necesidad del aparatismo tradicional tendrá su precio en el armado de las listas, que Macri imaginaba plenamente amarillas.
A los otros que se les hace agua la boca es a los radicales, que en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y muchas provincias chicas multiplican las débiles estructuras de sus aliados gobernantes del PRO.
No es el caso de la Coalición Cívica, que gira en torno a una figura mediática como Elisa Carrió pero que carece de estructura territorial en gran escala.

La cruda realidad

Así las cosas, no es de extrañar que el discurso presidencial de la última semana, desde la salida de Alfonso Prat Gay del gabinete, haya girado en torno a la profundización de la línea ortodoxa del oficialismo. En parte este relato opera como cortina de humo para tapar esta otra realidad: sin boleta electrónica el PRO es en cierta medida rehén de sus aliados y dependiente de la manipulación que pueda hacer del peronismo. En esto juega el gran déficit de la dirigencia macrista en general y es no haber podido construir todavía estructuras territoriales sólidas, dejándose llevar por la tentación de identificar el caudal electoral con el control de las redes sociales.
Hasta en Capital, el bastión por excelencia, Horacio Rodríguez Larreta se precipitaría a convocar a elecciones para legisladores locales a mediados de año para, con la boleta electrónica en este caso, intentar sustraer a los ediles del arrastre que tendría, con la UCR atrás, una lista con Martín Lousteau como primer candidato a diputado nacional. Habrá que ver…

Fuentes: NA, LPO, AF.

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