LOS GOBERNADORES IGNORARON LA PRESIÓN DEL GOBIERNO PARA QUE RECHACEN GANANCIAS PORQUE IGUAL PIERDEN COPARTICIPACIÓN. EN PATAGONIA ADEMÁS HUBO CASTIGO CON QUITA DE REEMBOLSOS. DAS NEVES SERÁ UNO DE LOS CAUDILLOS CLAVES EN EL SENADO

Martes 13…

El peronismo convocó a los gobernadores al Senado para discutir el proyecto de Ganancias que logró imponer la oposición en Diputados y creen que tienen los votos para que se convierte en ley sin cambios. La Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por Juan Manuel Abal Medina (FpV-PJ), se reunirá mañana martes 13, a las 11. Allí fueron citados los gobernadores y podrían participar funcionarios. Los senadores irían a la comisión con la expectativa de firmar dictamen ese mismo día, incluso se baraja la idea de despacharlo y meterlo en la sesión del 14 de diciembre sobre tablas. Si no hay dos tercios, la votación en el recinto se retrasaría hasta la sesión del 21 de diciembre.
En la Cámara Alta el peronismo cuenta con mayoría simple propia, y la última esperanza del Gobierno radica en convencer a los gobernadores para que cambien el curso de la ley.
En el medio de la pulseada de Ganancias, la Nación se mandó una que no ayuda: la quita de los rembolsos a las exportaciones por puertos patagónicos. Esta pelea también es en el Senado y no se presenta fácil para el Gobierno. Todo se decide mañana martes. Y como anticipo, Mario Das Neves habría logrado juntar 10 sobre 16 voluntades de la Comisión que decidirá avalar o dar por tierra con el DNU que suprimió los beneficios regionales, y por supuesto, su enojo expone que no acompañará al macrismo en su cruzada sobre el impuesto al trabajo.

Mal barajado

Ni bien Mauricio Macri convocó a sesiones extraordinarias y envió su reforma de Ganancias al Congreso, uno de los gobernadores peronistas que más frecuenta a Rogelio Frigerio llamó a sus diputados con una instrucción clara: «Tiene que fracasar». Su ecuación era simple. En su provincia casi nadie paga el impuesto a las Ganancias pero sus arcas se verían afectadas si la recaudación bajaba, porque la mitad de ese impuesto es coparticipable.
El presupuesto nacional previa 27 mil millones pesos menos recaudación por esa reforma, pero el proyecto del Gobierno se excedía no menos de 7 mil millones. Y con los cambios que le hicieron luego incorporando deducciones como el alquiler, mucho más.
Los días pasaron, la negociación con Massa no se producía y cuando llegó la sesión, el tigrense gestó un acuerdo con todo el arco peronista.
El gobernador, que también bloqueó la reforma política en el Senado pero ayudó a sancionar el pago a los holdout y el presupuesto, cambió de planes. “Hagan lo que quieran. Vamos a perder plata igual, quedo pegado a Macri y me enfrento a una campaña de Massa que va a decir que votamos contra los trabajadores”, le planteó a sus diputados, que -además- no querían votar con el Gobierno.
El gobernador no salía de su asombro: Macri había enviado el proyecto de Ganancias en extraordinarias sin acuerdo con la oposición y sin que nadie se lo pida, y ahora que la oposición se había unido, el Gobierno le pedía que evitara su sanción. Perder nunca es tentador.
La misma cuenta hicieron la mayoría de sus colegas cuando les llegó el borrador escrito por Marco Lavagna, Diego Bossio y Axel Kicillof.
Sus pronósticos eran que resignarían casi la misma cantidad de dinero que preveía el proyecto de Macri, pero quedarían generosos con los trabajadores.

Todas en contra

En tema Ganancias, el cierre de filas entre el massismo y el kirchnerismo se podría decir que es un hecho. El jueves pasado como anticipo de lo movido que sería el fin de semana largo, el jefe de Gabinete de Macri logró el respaldo de tres gobernadores que casi no tienen senadores para aportar, como Uñac (Ruperto Godoy se declara kirchnerista, Marina Riofrío responde a Gioja), el rionegrino Alberto Weretilneck y otra vez Lifschitz. Los socialistas no tienen senadores nacionales desde diciembre.
Se esperaba una aparición de Gerardo Zamora, senador y jefe de su esposa y gobernadora Claudia Ledesma. Sus seis diputados votaron contra el Gobierno por primera vez y sus 3 votos en el Senado serán importantes.
Peña logró también que Urtubey pida “responsabilidad”. Es un juego cínico: sus 3 diputados votaron con la oposición y uno de ellos, Pablo Kosiner, escribió parte del dictamen.
La unidad opositora, además, incomodó a muchos gobernadores que habían logrado disciplinar a sus diputados en ciertos momentos, como le entrerriano Gustavo Bordet.
Reunido con Marcos Peña, el entrerriano llamó a Carolina Gaillard y Lautaro Gervasoni para que se fueran de la sesión. Ambos lo habían obedecido cuando les pidió votar a favor el presupuesto, a diferencia de Juio Solanas, Juan Manuel Huss y Hugo Barreto.
Gaillard le dijo a Héctor Recalde que debía volver a su provincia, pero la reacción de su jefe de bloque logró hacerla cambiar de idea. Con Massa y Bossio plantados en frente, no era fácil quedar junto al Gobierno sin costo político.

Una sesión chispeante

El día en que se aprobó en diputados el proyecto opositor de Ganancias, temprano, Juan Pedrini, cercano a Jorge Capitanich, envió un comunicado para dejar claro que el gobernador Domingo Peppo no iba a presionarlo. Votaba con la oposición.
Dilemas así se sucedieron durante toda la jornada y fueron alterando a Peña, quien creía poder torcer la votación con promesas de coparticipación anticipada. Claro que como es habitual en estos casos, los gobernadores jugaban a dos puntas.
Como Miguel Lifschitz, el socialista santafesino, quien garantizó la abstención de dos diputados de su provincia, mientras la tercera, Alicia Ciciliani, participaba de la conferencia opositora.
El ex intendente de Rosario siempre quiso mantener su perfil opositor y había llegado a cruzarse con Ciciliani a comienzos de año, cuando no la veía muy confrontativa. Esta vez se entendieron a la perfección.
Sergio Uñac, de San Juan, logró que Alberto Tovares votara en contra, pero José Luis Gioja sólo se opuso al artículo que restituía las retenciones mineras. Los dos riojanos (Teresa Madera y Luis Beder Herrera) sí aceptaron rechazar todo el proyecto.
La estrategia del Gobierno empezaba a desmoronarse. Habían mandado a Alfonso Prat Gay y Alberto Abad al Congreso a romper la negociación con Massa, mientras dejaban que pasen los días para presionar a los gobernadores sobre el filo. La idea inicial era sacar su proyecto y además demostrar que podían hacerlo derrotando a Massa.
Confiados, en la Rosada permitieron que Frigerio viajara a China en el punto crítico de las negociaciones y apartaron a Emilio Monzó de toda conversación importante. Se libró una interna al interior de la coalición oficialista. Algunas fuentes apuntan a que Marcos Peña se puso al comando de la estrategia y buscó demostrar que podía conseguir un triunfo sin la sociedad parlamentaria con Massa. Eso lo consagraría como nexo con el Congreso y acaso se buscara escarmentar al díscolo Monzó. Graciela Camaño y Teresa García frustraron ese sueño. Mientras desde la Rosada llamaban a los gobernadores, esta dupla muy fogueada en peleas políticas llevaron a sus bloques al recinto y adelantaron la votación.

Mucha parla

En la hora crítica el Gobierno ordenó que se anotaran todos los oradores posibles para ganar tiempo: Le hicieron caso y la lista llegó al extravagante números de 127 oradores. Eso les daba tiempo para aumentar la presión sobre los gobernadores y así lograr que levantaran algunos diputados y la sesión se cayera. Pero las peronistas advirtieron la jugada y cortaron la lista de oradores, por eso estalló la oficialista Silvia Lospenatto: En ese momento el Gobierno supo que la pelea estaba perdida.
“Marcos Peña tiene que entender que la política argentina no es tan básica. Los legisladores necesitan su diálogo. Y los gobernadores no pueden ser socios de desgracias. Urtubey pagó el costo este año”, interpretaban los más experimentados del bloque kirchnerista, nuevamente en el centro de la escena. La semana comienza con un pronóstico en línea a todo esto, y sin muchas sorpresas. El gran interrogante es que peso real expone Ganancias como para poner en crisis la propia gobernabilidad nacional, un ruido que no deja de sonar y que se ambienta con los históricos procesos que tienen su memoria colectiva en el estigmático mes de diciembre, principio y fin de tantas cosas. Habrá que ver…

Fuentes: LPO, Parlamentario, NA.

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