Por unanimidad, el tribunal de enjuiciamiento integrado por los jueces Mirta del Valle Moreno, Laura Servent y Sergio Pineda condenó a Pablo Catrihual a la pena de 15 años de prisión por haber asesinado a Héctor Lamami en un hecho ocurrido en Rawson el 12 de febrero del año pasado.
Oportunamente, el Ministerio Público Fiscal representado por el fiscal general Osvaldo Heiber, destacó, al momento de la imputación y el pedido de pena que comprometían a Catrihual, la naturaleza de la acción, el medio empleado para llevar a cabo el delito y la violencia desplegada, la que consideró “excesiva e innecesaria” por el estado delicado de salud de la víctima. A su vez agregó que debía valorarse la violencia ejercida como agravante al momento de la imposición de pena. Agregó el fiscal que también deben tenerse en cuenta los antecedentes del condenado, quien oportunamente purgó una condena de cuatro años de efectivo cumplimiento por robos varios, además permaneció prófugo de la justicia durante la investigación por este caso. En virtud de ello, el MPF indicó que no había circunstancias atenuantes a valorar en favor del imputado. Cabe destacar que como querellante y en representación de la familia de la víctima, lo hizo el abogado particular Javier Romero.

El caso

Lamami murió como consecuencia de los golpes recibidos cuando al menos dos delincuentes ingresaron a su departamento del barrio Malvinas Argentinas de Rawson con intenciones de robo. Fue golpeado ferozmente especialmente en el abdomen y tórax además de inmovilizado de pies y manos con alambre. Así quedó y fue abandonado por los ladrones, agonizando hasta morir.
La víctima tenía 64 años de edad y vivía solo. Al momento del robo se hallaba además muy enfermo. Resultó ferozmente golpeado en el abdomen por los ladrones, además de que fue amarrado con alambre en sus brazos y piernas Su estado de salud no soportó la agresión y murió en su habitación. Un golpe en el abdomen le produjo fracturas de costillas que afectaron sus posibilidades respiratorias. Además se le cubrió el rostro por lo que la sofocación en sus vías respiratorias, incidió en la agonía y posterior muerte. El cuerpo de Lamami fue hallado por familiares suyos cerca de las 19 hs. del 13 de febrero del año pasado. Los ladrones buscaban una importante suma de dinero que no pudieron encontrar. En el departamento se verificó un importante desorden. El trabajo de los forenses determinó que habría muerto el día anterior.
Una de las pruebas en su contra resulta muy importante. Se trata de restos del ADN de Catrihual hallados en los alambres usados para maniatar a la víctima. En su momento el hecho fue considerado grave por la fiscalía y la querella por la violencia innecesaria ejercida contra la víctima, la incriminación que realizaron en su contra dos testigos y las amenazas contra ambos. Cabe destacar que entre las pruebas determinantes –además de las científicas- existen llamadas telefónicas y los testimonios de allegados al imputado.