CIMA con pantalones largos

La feliz inauguración de la ansiada sede de CIMA (Cámara de Industria de Puerto Madryn) que tuvo lugar este lunes en la zona norte de Madryn, fue motivo para que sus más de cincuenta empresas asociadas festejaran el logro de contar con una base propia. El lugar cuenta con salón de usos múltiples, aula, laboratorio y oficinas, y en breve se incorporaría una sala de reuniones. La entidad es el fruto de la escisión de fuerzas de otra Cámara, y surgió como búsqueda de aglutinar básicamente las empresas satélites de Aluar que no se sentían representadas por la histórica estructura, la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Puerto Madryn, que en todo caso fue el impulso originario para que se lograra la instalación de la planta de aluminio en Chubut, luego se obtuviera por años el manejo exclusivo del puerto, y posteriormente se consiguiera el uso casi monopólico de la energía producida por Hidroeléctrica Futaleufú. Sin embargo, la nueva camada industrial fue prefiriendo armar su propia representación, más moderna y con vistas a gestionar otras actividades, para `destetarse´ por lo menos en la formalidad del discurso de la `nave madre´.
Con esta nueva estructura, CIMA demostró que está dispuesta a avanzar en esa independencia y a encarar proyectos simultáneos a las prestaciones ligadas a la principal actividad que se desarrolla en el Golfo Nuevo.

Ventajas comparativas y otros aportes

Aunque contar con Aluar entre sus socios no es un dato menor, y por el contrario es precisamente una ventaja comparativa difícil de atemperar con gestión propia. De hecho, la sede fue el resultado, además de los tesoneros esfuerzos de aportes constantes y sonantes que facilitaron la avanzada. “La obra se realizó a través de un aporte de la secretaría de Transporte de la Nación, mediante un crédito diferido de IVA de una empresa integrante de la Cámara (sic). Mientras que el 40 por ciento es de aporte de las empresas integrantes de la misma”, reconoció un importante miembro de CIMA. Además, el terreno fue una donación del Municipio de Puerto Madryn, lo que explicó las múltiples posibilidades que se dan cuando se realizan esfuerzos conjuntos y no atomizados.

Ausentes con aviso y dichos ingratos

En la inauguración de CIMA sin embargo hubo dos ausencias notables y fue la del Gobernador Mario Das Neves y la del Intendente de la ciudad, Ricardo Sastre. Ambos mandatarios se encontraban con apretada agenda en Rawson y no lograron llegar a tiempo por lo cual avisaron al respecto y delegaron su representación en los funcionarios, Dardo Petroli, secretario de Gobierno de Madryn; y Milagros Badaloni, secretaria de Ciencias, Educación y Cultura de Chubut.
Sin embargo, no cayó bien en los industriales el recambio de representatividad y hubo comentarios poco felices que a los postres generaron chispazos intensos en el ánimo del sector público y el privado, ya que los dichos descalificantes llegaron no solo a oídos, sino a las redes sociales de los mandatarios.
En un foro común los empresarios concluyeron que el reemplazo de funcionarios era algo `personal´. Uno de sus socios profundizó “No soportan que CIMA se banca `sola´ (sic) sin políticos y les molesta mucho. Son tan ignorantes (sic) que no pueden dejar de demostrarlo, si tuvieran que salir a competir para comer (sic) como lo hacemos nosotros se mueren de hambre”.
Al dar cuenta de esto, los funcionarios se sintieron poco más que decepcionados, ya que tanto Das Neves como Sastre afinaban en Rawson la posición que llevarían en el debate por Ganancias a Nación, además de ver como seguir sosteniendo la defensa de los reembolsos que aun falta definir en dos cámaras del Senado. Sólo con eso estaban defendiendo los más de 20 millones de dólares que `la nave madre´ percibía de reembolsos por operar desde Chubut, y que ahora Cambiemos les bajó de un plumazo. “Ignorancia es mirarse el ombligo”, sintetizó una calificada fuente de Fontana 50.

“Las quieren todas para ellos”

Pero los desencuentros no son de ahora. El nivel de `mezquindad´ que se le endilga al sector privado se puede decir que es directamente proporcional a la dependencia de la principal empresa del Golfo y a la falta de generación e impulso de otras actividades productivas que padece el sector público.
Uno de los temas claves que ha venido históricamente mostrando el perfil industrial poco afecto a tirar del mismo carro que la administración de lo público, es el poco ánimo por la “devolución” que tienen algunas empresas para con la ciudad, que acá y en la China se denomina: Responsabilidad Social Empresaria. Una materia casi reprobada por la mayoría. La discusión por ejemplo por la tarifaria y los impuestos que deben tributar los que “puentean” al territorio en donde comen, pero pagan afuera por convenio multilateral, llevó incluso a trabar la aprobación este mes del Presupuesto 2017 de Madryn, lobby político mediante, con la negativa del concejal de Cambiemos, Claudio Tortoriello. Del mismo partido del Presidente Macri que prefirió por Decreto bajarle los millonarios beneficios de reembolsos por zona sur. Así las cosas, mal puede estar el Intendente contento y feliz como para ir de festejo con un sector que al decir de un concejal del oficialismo, “las quieren todas para ellos”

Para pensar `en familia´

Así como “el hábito no hace al monje” tampoco la sede hace a los empresarios pymes “industriales” lo que se dice “industriales”, se quejó ayer un funcionario municipal. “Exceptuando unas pocas empresas, la mayoría son prestadoras de servicios, expendedoras o asistentes satélites”, reflexionó. Los dichos por supuesto sonaron fuertes y en el fondo son comprensibles. Pero más allá de esta cuestión de cartelería, lo preocupante es la vereda poco común en la que se está parando el sector privado “grande”. Porque en definitiva, el aislamiento y el microclima que prevalece en los breves discursos que trascendieron ayer, siguen exponiendo a un sector económico poco afecto a sentir la ciudad como propia, que a su vez muestra enormes asimetrías y requiere de otras `grandezas´. Exceptuando la minuciosa labor social, educativa y cultural que sistematizó Aluar desde hace años, la mayoría de las demás empresas no aportan casi nada a los sectores más vulnerables de la Gran Aldea. Y no se trata de `mangueos´ irrelevantes, se trata de considerar entidades sumamente importantes para todos. Por ejemplo Cainar sigue sin apoyo, clamando por ayuda pese a la enorme labor que realiza. El Comedor Infantil “para la olla´ gracias a la solidaridad individual ciudadana. El Mini Hogar enaltece con silencioso trabajo y sin unas mini vacaciones a Playa Unión o algun pueblo vecino con una trafic que preste algún vacacionador que no la use en Punta Cana. En fin, se podrían apuntar múltiples situaciones que un poco más integrados, saltarían a la vista de tan emprendedor grupo de privados (53 empresas para ser exactos). Saliendo de lo social que en esos ámbitos puede confundirse con demagogia, y pasando a otro ejemplo más concreto: el Municipio logró después casi de un año que la inundación se llevara el desagüe de la Galesa, rehacerlo con esfuerzos públicos y alguna manito privada. Increíblemente y pese a tantos licitadores históricos de megaobras, no hubo muchos aportes ni voluntades como para acelerar el trabajo y aunque sea descontarlo de impuestos. Un dato no menor. Incluso, los turistas que vienen por ruta N7 siguen pasando de largo el ingreso de Madryn, con todos los exitosos que crecen con la metalmecánica que tenemos en el pueblo, y ¿a nadie se le ocurrió todavía donar una colita de ballena, o una arcada para delimitar la entrada a nuestra casa común? En fin…reflexiones múltiples recogidas esta semana, que a la par de la alegría que genera el crecimiento de un sector, permiten también profundizar sobre el sentido de “comunidad”.

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