La muerte de Fidel Castro

Una muerte que desnuda la brecha generacional

fidel2LA HABANA.-Las discotecas cierran temprano y los jóvenes, producidos para la noche, se vuelcan a las calles. Algunos ya se habían enterado por algún familiar que les envió un mensaje mientras estaban adentro del boliche. Otros estaban prendidos al teléfono, tratando de entender lo que pasaba: Fidel Castro había muerto.

Frente al Salón Rojo, uno de los boliches más populares de La Habana, la música frenó de repente. La gente salió a la calle. A uno que otro se lo oyó decir que ahora el país iba a estar mejor, que iba a haber más libertad, pero lo decían por lo bajo, como con miedo de que alguien los escuchara hablar con esperanza. Y justo pasó un coche fúnebre, reciclado en taxi.

«¡Aprovechá para llevarlo!», gritó un joven, y un amigo le manifestó su apoyo con una carcajada. A pocos metros, tres vecinas cincuentonas se consolaban mutuamente en la puerta de su edificio, frente al icónico Hotel Nacional. Concepción García (55 años) miraba a los jóvenes con cara de desilusión. «Qué experiencia tan rica que tuvimos al haber vivido las dos épocas de Cuba, el capitalismo y el socialismo. Se acaba de morir lo más preciado que teníamos», dice.

Se saca los anteojos y se señala los ojos. «Tengo que agradecerles a la Revolución y a Fidel por la operación de cataratas», señala la mujer, y agrega que la intervención no le costó un centavo. «Puso a Cuba en el mapa. Y el mundo eso se lo reconoce.»

Para la bloguera independiente cubana Elaine Díaz (31), la enorme diferencia entre la reacción de los jóvenes y la de los vecinos de mediana edad no debería sorprender a nadie. «Para la generación de mis abuelos, que obtuvo muchos beneficios, va a ser muy duro», dice Díaz. «En la generación de mis padres todavía hay mucha lealtad. En la mía ya se nota más la diferencia. Y entre los más jóvenes, lo que más hay es apatía.»

Díaz espera que la muerte de Fidel lleve a una mayor diversidad de opiniones dentro del liderazgo de la isla. Al gobierno cubano le gusta mostrar una unidad monolítica, pero siempre se supo que hay sectores más conservadores que otros. «Y ahora eso va a quedar expuesto», dice Díaz.

La zona del Malecón suele estar llena de jóvenes que beben ron y hacen música en la calle, pero ayer por la mañana el lugar estaba extrañamente silencioso. Para muchos, la muerte de Fidel fue una sorpresa. «Todavía faltan un par de horas para que amanezca el primer día sin Fidel que veré en mi vida», escribió en Twitter la bloquera cubana Yoani Sánchez.

Francisco Rodríguez Cruz, prominente bloguero y activista gay que apoya la Revolución, dijo que perder a Fidel era como perder a un padre.

«Es como ver pasar toda la vida delante de uno.»

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