DEL CABALÍSTICO ATERCIOPLEADO AZUL AL INTERCAMBIO DE LINEALIDADES. EL INTENDENTE DE MADRYN ENTRE EL GESTO Y LA PERSPECTIVA.

Traje Sastre

Por Rogelio Montatanto

p3“Hace un año, nadie quería estar en sus zapatos. Ahora, varios se quieren probar su traje”. Con esta frase sintetizó un vecino lo que se le vino en mente al ver la foto que circuló del alcalde de Madryn regalándole el gamuzado azul a un joven del CERELADI. La reflexión apuntó al camino político que ha venido transitando el `mellizo´ y de paso atemperó tanto gesto entre inocente demagotorpe y sumamente espontáneo. Un estilo que ha caracterizado la simpleza de un político que destaca por su capacidad de avanzada autodidacta y precisamente de allanamiento de obstáculos.
A decir verdad, después de su trabajo cumplido como diputado del PROVECH, cuando a Ricardo Sastre se le ocurrió que quería ser intendente de Puerto Madryn, no fueron pocos en las huestes dasnevistas en dudar del perfil para salir a disputarle la ciudad a quien se había lanzado a la carrera a la Gobernación desairando la lógica polarizada entre Trelew y Comodoro: Carlos “Ganso” Eliceche. Sin embargo Sastre le torció la elección en su propia ciudad, licuando con esos votos también la ilusión plumífera de llegar a Fontana 50. Tal vez no fue puesto en valor en aquel segundo mandato de Das Neves luego de la euforia del `carajo´ con la que se festejaron anticipada y profusamente los 400 votos que terminarían luego en traición de propios. Pero posiblemente fue el primer paso del gobierno del `optimismo a ultranza´ rayano casi en la `inconciencia responsable´ que pasó a enarbolar el niño-grande de Ricardo.
No lo esperarían tiempo fáciles. Lo demostraron los cuatro años anteriores donde tuvo que dar pruebas todos los días ante propios y extraños que podía conducir el timón del Golfo Nuevo.
Sin embargo volvió a repetir mandato y en esta oportunidad sacándole una diferencia de casi 5 mil votos nuevamente a Eliceche, pulverizando toda aspiración presente y posiblemente futura.
Con esto, Sastre se convirtió en el cuidador del único bastión genuino que terminó teniendo el partido gobernante bajo el sello Chubut Somos Todos.
El aporte del mellizo derrotando nuevamente a Eliceche esta vez `colgado´ del aparato del estado, resultó nuevamente una enorme contribución a la causa provincial que le permitió un tercer mandato al `Uno´. No hay que olvidar que Das Neves logró la gobernación tras un ajustadísimo resultado y una exigua diferencia del 0,6% sobre Martín Buzzi.

Mapa, gestiones y territorios

Avanzado el primer año de Gobierno es muy esclarecedor mirar en retrospectiva tanto como en prospectiva. Saber de dónde se vino, dicen que ayuda en política tanto como en la vida, a saber a dónde se va.
Si Das Neves ganó con el 0,6% de los votos (tal como analizó tiempo después un minucioso estudio sobre percepción ideológica de los comicios de Cippec) es interesante revisar el mapa del poder actual.
En aquella diferencia porcentual, el oficialismo logró volver a fidelizar a 10 sobre 26 municipios y a 5 comunas rurales sobre 19.
En esa ecuación, donde los Municipios lastraron la mayor parte de la sumatoria, Trelew mostró con el triunfo de Adrián Maderna aún con pulserita verde (en parte gracias a la tracción de Norberto Yauhar por entonces distanciado del FpV en versión libre), 26 mil votos esenciales. Pero Maderna no tardó en mostrar una dispersión de afiliación tal que no se sabe aún con que ficha y color político continuará gobernando los próximos tres años.
En ese marco, es para tener muy en cuenta que Puerto Madryn, con el triunfo de Ricardo Sastre por 18324 votos, fue la ciudad clave que representó ella sola, el doble que la sumatoria de las demás localidades ganadas. Y lo más importante es que continúa siendo la bandera de ChuSoTo que más se agita en el grueso de los armados territoriales.
Si bien se sabe que el entramado que exponen las elecciones legislativas se suele modificar radicalmente de las generales, es como para destacar el peso que ha comenzado a evidenciar el sucesivo éxito electoral de Sastre. Casi un aura superadora que no pocos quisieran proyectar sobre sus aspiraciones en las urnas.
Todo indicaría que para ese lado va tanto acompañamiento que recibe permanentemente de Rawson. Todo un reconocimiento a la aguantada estoica y a la permanencia que le podría significar incluso en el próximo turno, pensarse como alternativa heredera. Excepto que lo licúe el famoso dicho donde el sistema se termina `comiendo´ a los mas fieles y propios, por obvios.
Posiblemente todas estos cómputos sean parte de la tranquilidad con la que el `mellizo´ que con casi 45 años lidera el pelotón de la camada joven y el recambio generacional que propugna Das Neves, se desprenda de un saco casi cabalístico, para pensar en probarse en algún momento, otro traje más grande.

`El hábito no hace al monje´

…Pero lo distingue de los demás. El saco aterciopelado fue una de las caracterizaciones de la vestimenta de Das Neves en su enfilada presidencial pasada. No pasó mucho tiempo para que Sastre adoptara la moda, como varios políticos más de la provincia, aunque lejos de la actitud de los que juran y perjuran que ya acostumbraban a usar este tipo de telas suavizadas antes de aquella lejana aventura de expansión federal.
No por nada es soporte de capas. Aquellas telas más reales y magníficas en épocas medievales eran los terciopelos italianos. Densísimos y suavizantes, placebos de rispideces con solo el roce de su fibra, y también gratos al momento de asociar trabajo y protección corpórea, cual sedante escudo.
El azul de tercio-pelo de Ricardo era un elegantísimo clásico que lo acompañó en reuniones nacionales, en trances complejos y también en momentos emotivos. El desprendimiento de lo que considera superado también es un rasgo del madrynense. El otro, el impulso en excepcionalidades impensadas que marca patrones de conductas adaptativas al extremo, carismáticas de tanta franqueza y hasta encantadoras de tanto ruido encontrado.
-“¿Me lo regalás Ricardo?” dicen que Le preguntó el viernes Carlitos, un joven del CERELADI, a Sastre. Y Ricardo no dudó porque tampoco pensó, y sacándose el azul marino enmantó al chico en un deseo simple y concreto. Un traspaso que fue literal. Un idioma que mantienen los que llegan, que en definitiva no sólo viven de gestos ni doble sentidos, dicen los que saben de la psicología de masas.
Ahora, muchos se interrogaron: ¿le habrá devuelto la campera a Carlitos? Ese es otro capítulo y otra foto oficial.

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