COSAS QUE IMPORTAN

“Sobre Métodos y Creencias”

Por: Dra.Patricia Chambón de Asencio
www.patriciachambón.com

Es “desde dónde”, más que “qué”, la clave para empezar a construir. Lo mismo para hacer un pastel, dar a luz, hacer el amor. Lo mismo para escribir una canción, criar a un niño, liderar al mundo. – Gi – La Madre de todas las Recetas.

“Si hacés como te dije y seguís cada paso como te expliqué, te va a salir bien…” Estas palabras surgieron inesperadamente de un transeúnte que pasó caminando delante mío hablando por su celular, alentando a alguien que evidentemente se aprestaba a iniciar alguna tarea. La frase quedó flotando en el aire. Sonaba bien, infundía cierta tranquilidad si la persona que recibía las instrucciones las seguía cuidadosamente… aunque sin embargo, en sí misma, esta frase encerraba una advertencia… En ese instante se me encendieron todas las luces de mi tablero interno. Sentí la disonancia de esta idea en mi interioridad.
Todos hemos seguido alguna vez un método: científico, pedagógico, religioso, de alimentación, de entrenamiento físico, etcétera. Los métodos, como el origen etimológico de la palabra lo refiere, son precisamente eso: un camino a seguir para llegar a un fin esperado. Muchas veces hemos sido metódicos y hemos logrado lo esperado. Parecería ser que para algunas cosas no es tan difícil seguir un método. Sin embargo hay otras situaciones en que la vida nos complica un poco más el escenario.
Hace poco recibí una consulta de una persona con un problema de salud en el que su estrés había tenido un fuerte protagonismo como desencadenante. Ella acudió presurosa a mi consulta, deseosa de cambiar esta situación en la que su salud peligraba. Después de describirme la situación personal y contextual que estaba viviendo, hizo un silencio y me preguntó: “¿Qué tengo que hacer? ¿Cuál es el método que tengo que seguir para curarme?” Son estas preguntas contundentes las que no admiten respuestas estereotipadas.
Hay situaciones en la vida que nos enfrentan a que descubramos nuestro Propio Método. Podemos seguir ciertas sugerencias aportadas por la experiencia de otros en situaciones similares. Pero a la hora de poner en práctica nuestro método tendremos que hacer la propia elección. ¡Y es aquí donde tenemos que estar muy atentos! Porque desde dónde estemos iniciando algo, es lo más importante. Este “desde dónde” es el comienzo de todo. Allí es precisamente donde enraízan las creencias que sustentan nuestra forma de ver y estar en la realidad. Si sigo un método para reducir el estrés y me estreso cada vez más por tratar de ponerlo en práctica, no está funcionando. Si sigo un método para adelgazar que me genera más ganas de comer, no funciona. Evidentemente hay “algo” que persiste como mecanismo activo y sigue generando estrés o voracidad. Por esto, seguir prolijamente las instrucciones de un método no es suficiente. Es fundamental que revisemos las creencias que sostienen nuestro andamiaje existencial y que por lo tanto influyen en todas nuestras experiencias.
Las creencias son ideas que hemos incorporado de nuestro entorno familiar, social y cultural. Forman parte de nuestra educación programada. No son comprobables, pero sí condicionan nuestra forma de percibir la realidad y así también condicionan lo que nos sucede. “No te mojés los pies que te vas a resfriar” nos decían nuestras abuelas. Para después de nuestro primer estornudo reafirmarlo diciendo: ¡¿Viste?! ¡Te dije que te ibas a resfriar!, mientras nos daban un té con aspirinas. Así funcionan las creencias, condicionando la experiencia. Estamos repletos de creencias, que hemos incorporado “sin darnos cuenta”, con “la leche templada y en cada canción” como dice Joan Manuel Serrat.
Por esto, es que antes de hacer nada, es fundamental que nos preguntemos. ¿ desde dónde lo estoy haciendo? ¿Qué me impulsa a tomar esta decisión? Porque desde allí estaré creando mi próximo paso. Einstein que dijo que la pregunta más importante que todo ser humano debe hacerse es: ¿vivo en un Universo hostil o amigable? Porque todas nuestras elecciones parten de la concepción que tenemos del mundo en que vivimos. Si es amigable seremos amables y estaremos atacando o defendiéndonos si es hostil. Todo depende “desde dónde” veamos nuestra realidad. Así, todas nuestras decisiones y nuestro accionar terminará definiéndose entre dos instancias: el miedo o el amor. Cualquier cosa que decida hacer: desde un comentario hasta iniciar una guerra, lo estaré haciendo impulsado por el miedo o por el amor.
El miedo aparece sustentando las necesidades básicas de sobrevivir, defenderse, proteger, competir, comparar y lograr sentirse completo por algo o alguien. El amor se manifiesta en la confianza, el aprecio y la valoración a mí mismo, a mis semejantes y al entorno en el que vivo, que nos da sentido de completud y trascendencia. Así se implementa un método, el que sea… para lo que sea. Es importante que lo podamos ver claramente. Porque si estamos haciendo algo impulsados por el miedo, en cualquiera de sus diversas formas, seguramente vamos a generar las condiciones para que esa experiencia se manifieste. Así obtendremos la profecía auto-cumplida, como nos decía nuestra abuela: “¡Te dije que te ibas a resfriar!”
Si nuestras decisiones se basan en creencias fundamentadas por el pasado, la tradición o la historia, estaremos accionando desde preconceptos que quedaron cristalizados en el tiempo y no son genuinamente propios.
Elegimos verdaderamente, cuando estamos conscientes, plenamente presentes y no reaccionemos motivados por la lógica del miedo.
Las auténticas elecciones se basan en la confianza en nosotros mismos y en algo más extenso que nos incluye. Emergen del presente y se sostienen por la certeza que surge de nuestro interior. Así, materializamos ese poder que existe en cada uno de nosotros. Cuando esto sucede producimos transformaciones asombrosas en nuestras vidas.
Para llegar aquí, se puede tener un método (…que será el mismo para hacer un pastel, criar a un niño o liderar el mundo) porque lo más importante es que podamos desprendernos de nuestras creencias y que el Amor a nosotros mismos, a nuestros semejantes y a nuestro entorno, sea el que tome el lugar para guiar todas nuestras elecciones.
.//

ÚLTIMAS NOTICIAS