EL CRUCE DE LLAMADAS CONDUCIRIA AL ACUSADO CATRIHUAL

La ruta del teléfono que llevó a Lamami a la muerte

celuEn el juicio oral y público por el robo y la muerte del vecino de Rawson Héctor Lamami, se conocieron detalles de lo que los ladrones hicieron con el teléfono celular de la víctima y la utilidad que su operación tuvo para la investigación y así poder con los primeros sospechosos. Así se realizaron allanamientos en las ciudades de Rawson y Trelew. Por el hecho hay una sola persona imputada. Se trata de Pablo Catrihual sometido en esto días a juicio oral y público, imputado del delito de homicidio simple en ocasión de robo.
Lamami murió cuando al menos dos ladrones ingresaron a su departamento del barrio Malvinas de la ciudad de Rawson. Tenían el dato de que la víctima tenía dinero ahorrado en su poder. Además de lo que tenía en su billetera –cifra que no se pudo precisar- se alzaron con su teléfono celular. Fue entre las 21 y las 22 horas del día 12 abril del año pasado cuando testigos vieron bajar a dos hombres de la planta alta del edificio donde tenía su departamento Lamami. Acababan de golpear a la víctima de 63 años de edad, dejándolo además reducido, atado de pies y manos con alambres. No les resultó difícil el atraco. Lamami dejaba siempre abierta la puerta de su departamento. Su salud era muy precaria, no podía caminar y padecía además una enfermedad terminal.

Datos erróneos

Una ambulancia fue convocada por una persona de sexo masculino que no se identificó al momento de llamar al Hospital. Fue tres horas después del robo. Pero los datos acerca de la localización del departamento de Lamami fueron erróneos. Por eso los paramédicos regresaron al Hospital sin auxiliar a nadie y dos policías que colaboraron con los médicos, siguieron su recorrida sin mayores novedades.
Al día siguiente, cerca de las 21, una hija de la víctima halló el cuerpo sin vida. Un golpe en el abdomen le fracturó costillas afectando los pulmones y su sistema respiratorio en general. Sumado a su precario estado de salud, no sobrevivió muchas horas, sin poder moverse, boca abajo en su dormitorio.

Regalo para la suegra

Dos teléfonos celulares resultaron claves para la investigación. El número registrado en la guardia del Hospital convocando a la ambulancia, y el número del aparato celular de la víctima, que había sido parte del botín de los ladrones. Ambas líneas fueron intervenidas y monitoreadas permanentemente por los investigadores.
Catrihual había obtenido el dato de que Lamami tenía dinero ahorrado en su casa. Jubilado de la Unidad 6, la víctima vendía “telebingos”, a pesar de sus dificultades para caminar. Esta incapacidad hizo habitual el pedido de apoyo a los vecinos para que le realizaban mandados o lo acompañaran a realizar trámites a los bancos. En los departamentos de las plantas más bajas vivían jóvenes relacionados por parentesco o amistad con Catrihual. Los ladrones revolvieron todo el departamento y se llevaron el dinero que Lamami tenía en su billetera –según una de sus hijas siempre solía tener entre tres y cinco mil pesos- y su teléfono celular. Fue el primer teléfono intervenido. Tras el asalto ese teléfono fue operado por Juan Faguada, con domicilio en el barrio Tiro Federal de Trelew y con un importante prontuario policial. Se había conocido con Catrihual compartiendo un pabellón de la Alcaidía de Trelew. Luego Faguada le cambió el chip al aparato y se lo regaló a su suegra. La casa de la mujer también fue allanada por la policía. “Habían como 20 carteras de mujer y como 20 celulares. Las carteras obviamente que ninguna tenía plata, y el celular que buscaba la Policía no fue encontrado. La mujer dijo que lo había perdido unos días atrás”, dijo un testigo civil del allanamiento realizado también en el barrio Tiro Federal, a pocas cuadras de la casa de Faguada.
Nunca se pudieron hallar pruebas contundentes contra la persona que acompañó a Catrihual durante el robo. Este fue el único imputado. Tras el hecho fue reconocido por un testigo que se hallaba en la planta baja del edificio en el momento en que los dos autores salían del departamento de la víctima. Además lo compromete seriamente una prueba de ADN.

Dos líneas más intervenidas
El otro teléfono intervenido fue el de Figueroa, el usado pocas horas después del robo para avisar a la guardia del Hospital Santa Teresita de que había una persona “descompuesta” un departamento del barrio Malvinas Argentinas.
Y la tercera línea de teléfono celular fue la del propio imputado Catrihual. Con su aparato al día siguiente del hecho le realizó varias llamadas a Figueroa y se intercambiaron numerosos mensajes de texto sospechosos. Esta intervención permitió luego localizarlo y detenerlo 10 meses después en Entre Ríos.
El tribunal está integrado por Mirta Moreno, Sergio Piñeda y Laura Servent. El Ministerio Público Fiscal está representado por el fiscal general Osvaldo Heiber, defensor del imputado es Abdo Manllauix y en carácter de querellante representante de la familia, el abogado Javier Romero.

Fuente: Ministerio Público Fiscal del Chubut, oficina Rawson.

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