Los Estertores del Paradigma Patriarcal

Por: Dra.Patricia Chambón de Asencio

www.patriciachambon.com

 

“¿Dios tiene barba?”

–  Camila a los 4 años.

 

Las calles se abrieron como ríos de siluetas oscuras. Miércoles Negro manifestando el hartazgo de la violencia hacia las mujeres.

 

En un mundo convulsionado por la violencia generalizada… la violencia hacia lo femenino parece ser una cosa más… pero no lo es.

 

Las mujeres somos la encarnación de lo Femenino. Aunque no seamos las únicas poseedoras de la energía femenina. De hecho, los varones también la tienen. Sin embargo, históricamente las mujeres hemos sido las encargadas de manifestarla físicamente… al menos hasta esta parte de la Historia. No se nace violento por ser varón. Ni se nace feminista por ser mujer. Hay mujeres… que las hay y muchas… que educan a sus hijos sosteniendo las ideas de un viejo Paradigma Patriarcal.

 

Si se desea comprender ampliamente los momentos que como Humanidad estamos transitando, es necesario observar y rastrear en forma profunda, en la propia historia y en la de la Humanidad, para ser conscientes de qué creencias validamos cuando expresamos una opinión. En palabras de Carl Sagan: “La idea de que Dios es un hombre blanco más grande de lo normal y con una barba flameante, que se sienta en el cielo y cuenta la caída de cada gorrión es ridícula. Pero si por Dios uno quiere decir el conjunto de Leyes Físicas que gobiernan el Universo… entonces claramente hay un Dios así.”

 

¿Qué es el Paradigma Patriarcal?

 

Un Paradigma es un modelo conceptual, desde el cual se interpreta la realidad. El término “patriarcal” proviene del latín y del griego “patriarches” que textualmente significa “mando descendente” o puede interpretarse como “mandar sobre la descendencia”.

 

Históricamente se ligó este término a los personajes de la historia bíblica quienes fueron los primeros jefes de las tribus y familias hebreas, que a través de sus hijos varones continuaron el linaje patriarcal. En este contexto histórico-religioso aparece el patriarcado. Es así como luego vemos que se repite esta jerarquización de los varones como guías espirituales en el orden eclesiástico de la iglesia cristiana, como así también en otras religiones como el judaísmo, el islamismo y en otras cosmovisiones donde la mujer siempre fue relegada de las funciones directivas, por considerársela confusa, poco fiable y fuente de tentaciones “non sanctas”.

 

Así es como el Paradigma Patriarcal  se nos fue instalando en el Inconsciente Colectivo de forma aceptada y fundamentada por antiquísimas creencias. Así fue como generó oposición entre los géneros y se validó nutriendo una enemistad histórica entre mujeres y varones generando una grieta dolorosa y sufriente entre los aspectos femeninos y masculinos que en cada Ser Humano existen.

 

Hoy estamos viendo que este antiguo Paradigma es la manifestación e institucionalización del dominio de lo masculino sobre lo femenino. Aquellas partes de la sociedad que representan a  los más vulnerables como los niños, los discapacitados, los ancianos los descendientes de etnias no dominantes, los que pertenecen de una forma u otra a grupos minoritarios distintos de lo que la mayoría valida como “normal” son desvalorizados y avasallados por este viejo paradigma. De la misma forma, el Paradigma Patriarcal hoy se manifiesta haciendo ejercicio de su autoridad en las diversas instituciones que componen nuestra sociedad. Desde la célula familiar, en donde el “padre jefe de familia” ejerce la autoridad, muchas veces en forma injusta, hasta en las formas de gobierno despóticas que se aceptan sin cuestionar… porque ambos están respaldados por ese “modelo mental no consciente” llamado Paradigma Patriarcal.

 

En nuestro Planeta Tierra podemos ver diferentes grados de opresión patriarcal de acuerdo a la evolución y desarrollo de cada sociedad. Así no es raro que accedamos a través de las noticias de tv a imágenes y relatos que nos llegan de otras culturas y confines del Mundo. Estas noticias puede que nos conmuevan, nos llenen de impotencia y exclamemos “¿Cómo es posible que esto suceda?” Sin embargo, a la hora de opinar acerca de la realidad que nos circunda, nos cuesta más verlo. Es posible que entonces surjan comentarios no conscientes tales como “y… viajaban solas”, que denotan el paradigma que está operando. Como se trata de un modelo que se ha ido adaptando a cada una de las etapas de la historia, podría decirse que ha cambiado en apariencia, pero en la raíz sigue siendo el mismo que nos ha regido durante miles de años.

 

Es interesante poder relacionar y ver su impronta sobre distintos aspectos de nuestra realidad. Por ejemplo, hasta hace muy pocos años las Leyes favorecían al varón con mejores remuneraciones laborales que la mujer y menos responsabilidades hacia sus hijos. El ejercicio del voto como derecho civil en las mujeres se efectivizó hace sólo 65 años en nuestro país.

 

Asumimos estas formas sin cuestionarlas a través de la transmisión automática a nivel transgeneracional de mecanismos que perpetúan el Paradigma Patriarcal. Esta transmisión se refleja en “modelos sociales” avalados por la publicidad y citados en los medios de comunicación por líderes de opinión. Por otra parte, la educación basada en el desconocimiento del propio organismo y su funcionamiento dejó su impronta en varias generaciones de mujeres invadidas por una insatisfacción permanente con su cuerpo. El miedo a la libertad, la poca confianza en obtener logros, el sentimiento perpetuo de inseguridad física y debilidad, son otras formas de expresar este desconocimiento del propio poder. Así al no valorar ni confiar en el propio saber durante mucho tiempo nos ha llevado a delegar en figuras de “autoridad” el propio conocimiento y a sufrir las consecuencias de ello. Los ejemplos sobran… dolorosamente.

 

Es tiempo de rescatar, valorar y reverenciar lo Femenino. Mujeres y Varones estamos involucrados en esta tarea para expresarla cotidianamente en una Nueva Realidad. Un Nuevo Paradigma que ya está naciendo.

 

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