LA SITUACIÓN ES COMPLEJA, SOLO CONSIDERANDO EL SECTOR FORMAL

El gobierno admite la pérdida de 60 mil empleos privados

efecto dominioEl gobierno nacional reconoció que en mayo se registraron 59.840 trabajadores menos en el sector privado formal que en el mismo mes de 2015. Desde diciembre, cuando asumió el presidente Mauricio Macri, la sangría es de algo más de 100 mil empleados. De acuerdo con el informe de la Subsecretaría de Políticas, Estadísticas y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo, en mayo pasado eran cerca de 6,1 millones los trabajadores asalariados registrados en el sector privado. En mayo de 2015 eran casi 6,2 millones, y en diciembre superaban ese nivel.

Datos duros

La cartera laboral toma estos datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa), que reúne sólo la información de los asalariados formales del sector privado. La medición presentada compara cantidad de trabajadores y no puestos de trabajo. Como un trabajador puede tener más de un puesto, la inferencia es que la caída es mayor.
De hecho, el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) contabilizó a fin de junio un total de 179.285 despidos y suspensiones. Esta cifra indica un incremento de 6,99% respecto de mayo.
Las fuentes de este estudio son más amplias que las de la cartera laboral, e incluyen testimonios de primera mano, información sindical, estudios gubernamentales y bases de datos de organizaciones sociales. No restringen el análisis al sector privado formal sino que incluyen a todo el universo de trabajadores. Este centro de estudios fue el que señaló hace unos meses que el gobierno había cambiado la metodología de difusión de los datos de empleo.
«Esta modificación impacta de lleno en los cálculos sobre empleo y desempleo, dado que el cálculo por persona naturalmente arroja un número menor de destrucción de empleo que la estimación anterior realizada en base a la cantidad de puestos de trabajo registrados», señalaron desde ese think tank.

Indicadores

En rigor, la presión que la política económica del actual gobierno ejerce sobre el mercado laboral se evidencia con todo tipo de observaciones. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Rosario, por caso, denunció que hay mil obreros del sector suspendidos en la ciudad, y advirtió sobre una ola de despidos y cierre de pymes en los próximos meses.
Tanto Fiel como el Indec reportaron en los últimos días caídas significativas en la producción industrial de junio. Uno de los sectores más golpeados es de la siderurgia.
Acindar frenó la producción por cinco días en la acería de Villa Constitución y activó el sistema de licenciamiento y suspensión de unos 300 empleados de la planta. La medida se tomó para readecuar stocks en el marco de una fuerte caída de las ventas.
Pero a este panorama desalentador, que viene siendo administrado en el marco de un acuerdo con el gremio metalúrgico, se sumó un nuevo frente de tormenta: el bloqueo al complejo industrial por parte de fleteros que tienen un conflicto laboral con otros empresarios transportistas.
Desde la siderúrgica denuncian que no pueden ingresar insumos ni salir productos terminados por esta pelea que denuncia como ajena. De no levantarse esa medida, dejarían de operar totalmente.
El nuevo conflicto se armó tras un reclamo de aumento de tarifas que fleteros subcontratados realizan a la empresas de transporte contratadas por Acindar. Asimismo la UOM Rosario advirtió sobre una escalada de despido efecto dominó.

De acuerdo a las cifras suministradas por el Ministerio de Trabajo de la Nación, el sector que explica el 90% de la destrucción de puestos de trabajos formales privados es la construcción, con una reducción de 54 mil puestos de trabajo. Le siguió la industria (27 mil) y la agricultura (10 mil).
Según el Cepa, los despidos y suspensiones se profundizaron en junio. De acuerdo a sus datos, aumentaron las cesantías en el sector servicios. Como elemento adicional, los investigadores de ese centro remarcaron que las empresas que ajustan planteles «son reconocidas marcas de cada rubro, información que se ubica en línea con los datos provistos por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo en torno a la destrucción de puestos de trabajo en grandes empresas (de más de 5.000 ocupados)».
«Esto confirma una hipótesis sostenida en informes anteriores: la ola de despidos del sector privado significó una virtual habilitación al poder económico local y extranjero para reducir bruscamente los costos laborales», señalaron desde esa entidad.

La construcción, en caída libre

Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio Pyme (que reúne información de empresas de entre 10 y 200 empleados, que ocupan entre el 40 y el 45% del empleo del país), dice que el fenómeno de la informalidad es enorme. Pero además, sostiene que debe aumentar la cantidad de empresas en el país. Una comparación con Chile, según Donato, muestra que la Argentina tiene sólo 13 empresas cada 1000 habitantes y creó 3000 empresas por año en los últimos 5 años, mientras que Chile tiene 53 empresas cada 1000 habitantes y creó 20.000 empresas por año en el mismo período.
«En el primer trimestre de 2016 se perdieron 6000 empleos registrados y no registrados en las pymes industriales, pero esa cifra llega a 25.000 si se cuentan comercios y servicios», agrega Donato. Asegura que «esta situación no es de ahora, sino que viene de los últimos meses. Venimos desde 2012 con estanflación y la pérdida de empleos se debe a una situación estructural que viene desde hace varios años».
La construcción es el sector más castigado en materia de empleo, con una merma de 53.000 puestos entre mayo de 2015 a el mismo mes de este año, según datos del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric). En mayo del año pasado había 421.373 empleados en el sector, mientras que en mayo pasado había registrados 368.399 trabajadores. Y según datos del Indec, la actividad del sector sufrió en junio una baja interanual del 19,6%.
Sin embargo, según fuentes de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) «en los últimos meses se registró un estancamiento en la actividad, sin grandes caídas y sin un gran crecimiento». La actividad creció, pero poco, en la Capital Federal, Córdoba y Santa Fe.
«Está demorado el inicio de la obra pública», dicen en el sindicato. Por su parte, fuentes de la cartera laboral afirman que la obra pública «no se pone en movimiento de un día para el otro. hay una serie de procesos que hay que seguir. En el segundo semestre, más hacia la primavera, hay muchas obras que estarán en marcha».
Para Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, «la caída del empleo se da en un nivel mayor en el Gran Buenos Aires. La economía está en recesión, con una caída de más del 2% del PBI año contra año. Para que crezca el empleo debe haber signos claros de reactivación más hacia el cuarto trimestre, para que en los primeros meses de 2017 ya se vean números más claros de aumento del empleo privado formal, esperemos que no del empleo público», manifiesta.

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