Se suman datos al vínculo de Albornoz y la compra de medicamentos ilegales

La efedrina es un precursor químico utilizado en la industria farmacéutica, pero también es una de las materias primas necesarias para la elaboración de drogas metanfetaminas y desde septiembre de 2008 está prohibida su importación para quienes no resulten titulares de una especialidad medicinal.

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Ayer mismo trascendió que en el marco de la causa por el Triple Crimen y la Ruta de la Efedrina figura en el expediente el exfuncionario chubutense de la gestión Buzzi, Omar Albornoz, que además reportó en la Aduana de Comodoro Rivadavia hasta 2004 y al año siguiente estuvo a cargo de la Aduana del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Albornoz aparece mencionado en varias declaraciones testimoniales por su paso por la dirección de la Aduana de Ezeiza, y presuntos negocios con medicamentos “en el sur”, en tanto, se sindica a su hermano Diego Albornoz por ser proveedor de flota de teléfonos Nextel a que eran operados por Martín Lanatta y Sebastián Forza; varios de los cuales fueron incautados tras el asesinato de los empresarios.
Entre las declaraciones testimoniales que comprometen a Albornoz y que formaron parte del voluminoso expediente, una mujer de apellido Barrios dijo que: “Diego Gauto se iría al Sur junto con el “Pelado” Diego Albornoz en un minicooper de acompañante de otras personas, y que iban a realizar un negocio que era tratar de pasar algo por la Aduana a través del hermano de Diego Albornoz (o sea Omar), que luego su hija Natalia le dijo que lo que pasarían por la Aduana eran medicamentos (sic…)”
Otro testigo, ratificó lo del anterior, declarando en sede judicial que: “unos días después del robo Diego le refirió que se iría al sur junto con el pelado Diego Albornoz en un jet privado y que allí se encontrarían con unos empresarios y con el hermano de Diego Albornoz (Omar Albornoz) quien supuestamente tendría una farmacia en el sur (sic) y que harían negocios referidos al paso de unos medicamentos o remedios por la Aduana para luego revenderlos, que los pasaban más barato allá en el sur y luego los venderían acá (…)”
Esta declaración pone el foco directamente sobre el accionar de la Aduana y sus sedes en Chubut, además del rol que le habría cabido a Omar Albornoz en este circuito de ilícitos.
Quienes habrían agregado información regional, aseguran que Albornoz efectivamente habría poseído por aquella fecha una farmacia en Comodoro Rivadavia que se llamaría San Ignacio y ya no existiría, y como si fuera poco, coincidentemente su mujer desarrolló el rol de farmacéutica, constando habilitada por AFIP para “venta al por menor de productos farmacéuticos y herboristería”

¿Quién es la mujer de Albornoz?

Que Albornoz figure en la causa de la Ruta de la Efedrina y el Triple Crimen vinculado a presuntos negocios con medicamentos “en el sur” y en paralelo posea una farmacia, una esposa habilitada para actuar con sustancias toxicológicas, es por lo menos una coincidencia curiosa. A la que se suma que la mujer se desempeñó además como “directora de compra de medicamentos en el SI PRO Salud, como directora técnica de la Farmacia del Hospital de YPF en Caleta Olivia y del Hospital Santa Teresita en Rawson, además de ser directora técnica de farmacias privadas”, de acuerdo a lo que reza su currículum.
Irma Elida Lacalle, oriunda de Comodoro Rivadavia, es Magíster en Gestión de Salud Ambiental, además posee estudios de postgrado como Especialista en Salud Pública y Seguridad Social, y Auxiliar de Justicia de la Asociación Argentina de Farmacia y Bioquimica Legal.
Es profesora de Toxicología y Salud Ambiental en la Licenciatura en Saneamiento y Protección Ambiental de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y profesora del área de ciencias naturales en escuelas públicas y privadas y miembro titular de la Asociación Toxicológica Argentina, la Asociación Argentina de Farmacia y Bioquímica Legal y de la Confederación de Farmacia Argentina.
Durante la gestión Buzzi, mientras su marido Omar Albornoz fue titular del Brokers de Seguros Provincial y luego presidió la Comisión Interventora de Alpesca, su esposa Irma Lacalle ocupó en paralelo y desde el 31 de Agosto de 2012 hasta 2015 el cargo de Directora de Gestión Ambiental, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Chubut. (ver http://www.elchubut.com.ar/nota/21878/)
De enero de 2015 en adelante reportó como Directora Provincial de la Tercera Edad (Ver http://www.chubut.gov.ar/portal/wp-organismos/medios/2015/05/15/trabajo-conjunto-entre-provincia-y-nacion-en-politicas-publicas-para-adultos-mayores/) , pasando presuntamente luego a planta permanente, ya que en junio pasado aún figuraba como Agente Provincial con “categoría 01, horas cátedra media y $7.583,56 de sueldo” según figura en la página web del actual gobierno de Chubut.
Presuntamente los Albornoz desarrollaron una farmacia conocida como “San Ignacio” que alguna vez funcionó en Ingeniero Huergo 4027. Una esquina de barrio donde actualmente figura un autoservicio.

¿Efedrina y crimen en Caleta Olivia?

En agosto de 2008 se produjo un asesinato que conmocionó a Caleta Olivia y donde se vinculó el hecho al presunto tráfico de efedrina en la zona. Por esto, el fiscal que investigó el homicidio del transportista que apareció baleado y con su cráneo aplastado en esa ciudad s y cuya esposa vinculó el hecho con el narcotráfico, pidió que se investigue si el caso tenía vinculación con el triple crimen de General Rodríguez. Se trataba del homicidio de Dalmacio Antonio Gómez, de 52 años, dueño de una empresa de transporte de agua “Gota Servicios” y socio en una empresa petrolera, quien había desaparecido la noche del 11 de agosto y su cadáver fue encontrado cuatro días después.
En ese momento el fiscal de Caleta Olivia, Martín Sedán, le solicitó al juez a cargo la causa por el homicidio de Gómez que le envíe un exhorto a los investigadores del triple crimen de General Rodríguez para que se informe si hay puntos en común entre ambos hechos. La hipótesis manejada sería que la empresa de Gómez, transportara en la zona -consciente o inconscientemente- precursores químicos para la fabricación de drogas sintéticas.
«El sabía quién vendía la droga acá en Caleta Olivia, a eso apunto porque otra cosa no hay», dijo Mabel Cordero, esposa del transportista asesinado horas después de descubierto el hecho, dando cuenta que “el martes en la noche su marido había llamado a la policía porque había advertido la presencia de un hombre dentro de un vehículo estacionado cerca de su casa, en actitud sospechosa en el barrio Miramar. Cuando el móvil llegó ya no estaba, pero Gómez decidió salir tras el rastro. Se subió a su camioneta y luego desapareció”. Luego aparecería asesinado. (Télam)

¿Cómo era el negocio?

Ibar Esteban Pérez Corradi, por entonces un financista y narcotraficante desconocido pero exitoso, tenía la impunidad para negociar la compra de toneladas de efedrina vía mail, con vendedores ubicados a 18.900 kilómetros, en China.
Desde una casilla de la droguería Masterfarm, que la Justicia le atribuyó como propia, le contó a una empresa oriental cuáles eran los secretos de sus negocios ilegales: «Hola, tengo una compañía farmacéutica de ventas en Argentina, Sudamérica. Estoy interesado en comprar Ephedrine HCI (por Efedrina) y Pseudoefedrina HCI 1000kg de cada una. ¿Puede decirme precio y método de entrega?».
Ese es el texto de un correo firmado por una persona llamada Jorge Ochoa, pero que la Justicia afirma que fue enviado por Pérez Corradi. Ochoa admitió haber sido empleado de Pérez Corradi, pero negó tener algo que ver con el tema drogas. Pérez Corradi mandó mails a varias compañías de medicamentos de China.
Además de comprar esa sustancia, pedía que llegue al país escondida como «pólvora». Según él, eso le permitía «limpiar» los controles aduaneros.
Para distintas fuentes judiciales, este narcotraficante lograba esa impunidad debido a sus contactos con el Registro Nacional de Armas (RENAR), donde trabajaba de manera informal su ex socio, el hoy preso Martín Lanatta.
El RENAR era manejado en el 2008 por Andrés Meiszner. Su asistente era Alejandro Giacristófaro. Ambos eran subordinados políticos del ex candidato a gobernador de Buenos Aires del PJ, Aníbal Fernández.
Los mails son parte de una de las investigaciones de la fiscalía en lo penal económico número 7, de María Gabriela Ruiz Morales, que analiza una de las tantas causas en las que Pérez Corradi está imputado por narcotráfico.
Los correos constan también en el expediente de la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal de Mercedes, que condenó a Pérez Corradi como el autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez; y que determinó que los hermanos Martín y Cristian Lanatta, y Víctor y Marcelo Schiallaci fueron los ejecutores de tres narco-farmacéuticos que aparecieron muertos en 2008 en esa localidad bonaerense, Sebastián Forza (aportante de la campaña del 2007 de Critina Kirchner), Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
En China, el narco-financista podía comprar la efedrina a 130 dólares el kilo si adquiría de a una tonelada a la vez. En México, ese precursor químico está prohibido y su precio empezaba a negociarse en los 3.000 dólares el kilo.
Recién el 15 de febrero de 2016, el nuevo Gobierno le quitó a la Sedronar el manejo de los precursores químicos, pasándolos a la órbita del ministerio de Seguridad debido al vínculo sospechado con el tráfico.

Datos duros

La cantidad de efedrina que se importó a la Argentina pasó de una tonelada y media en 2003 a 20 toneladas en 2007, es decir un 1.363 por ciento más, debido a la falta de controles por parte de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar)
Los números indican que en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, se importaron al país 1.500 kilos de efedrina y a partir de allí las cifras fueron creciendo: en 2004 se compraron 2.599 kilos, en 2005, 3.925 kilos; en 2006 se a llegó a 6.100 y en 2007 se alcanzó un pico máximo de 20.450 kilos. Esto implica un rol sospechoso del circuito aduanero por el que se manejó la sustancia, dado que lo llamativo de estos datos es que el uso de efedrina en la industria farmacéutica para colirios, jarabes para la tos y pastillas para adelgazar era sumamente bajo en relación a los miles de kilos importados, según surge de la causa.
Por ejemplo, entre 2000 y 2010, un famoso laboratorio utilizó sólo 423 kilos del precursor para producir unas 600.000 unidades de jarabe para la tos y en base a la declaración de varios testigos se llegó a la conclusión de que con un kilo de efedrina se pueden fabricar 20.000 pastillas de 50 miligramos.
Evidentemente el excedente era claramente desviado a la venta ilegal, presumiblemente en México donde se aplica a drogas sintéticas. Para los mecanismos de importación se utilizaron testaferros de todo tipo. Un dato: Raúl Guillermo Ascona, de 37 años, vive en una casa humilde en la localidad de Ezpeleta, partido de Quilmes. Es analfabeto. La casa tiene una puerta fabricada con maderas rotas. Debería ser un hombre solvente de acuerdo a los papeles que lo sindican como el mayor importador individual de efedrina en la historia reciente de Argentina. Sin embargo fue un obrero que reparó parte de una droguería y que terminó prestando el nombre a cambio de un sueldo mensual. Nunca se hizo rico con el negocio. Lo único que se ganó fue una condena por desviar 1.900 kilos de esa sustancia hacia el narcotráfico. Su caso ilustra uno de los mecanismos que el crimen organizado usó para inundar el país de efedrina.

 

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