DEBATIERON SOBRE LA NECESIDAD DE PROTEGER LOS CETÁCEOS Y PIDIERON DEROGAR LEGISLACIÓN QUE PERMITE CAZA “CON FINES CIENTÍFICOS”

Madryn fue la sede del “Día Mundial contra la caza de Ballenas”

CAZA BALLENAS - 1El pasado sábado tuvo lugar en Puerto Madryn el “Día Mundial contra la Caza de Ballenas”, en una ceremonia realizada en el Auditorio del Centro Nacional Patagónico (Cenpat-Conicet), donde asistieron representantes de la Cancillería Argentina, Uruguaya y Chilena, funcionarios provinciales y municipales.
La jornada estuvo encabezada por el gobernador, Mario Das Neves, quien pidió derogar el “infame artículo 8” de la Convención Ballenera Internacional, el cual permite “la caza de ballenas con fines científicos”, a la vez que reclamó “hacer retumbar un pedido mundial” para terminar con la matanza de cetáceos, comprometiéndose en persona y en nombre de Chubut “a impulsar una noble lucha global”.
El primer encuentro argentino por el Día Mundial contra la Caza de Ballenas fue organizado por la Administración Península Valdés y contó con la presencia de referentes nacionales y de Chile, Uruguay y Brasil, además del delegado argentino ante la Comisión Ballenera Internacional y consejero legal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Mario Oyarzábal, quien celebró la iniciativa “que reafirma el liderazgo de Chubut en la conservación de este recurso y en la promoción del turismo responsable”.
Los asistentes firmaron, además, una carta de intención para llevar a cabo el próximo año un encuentro internacional contra la caza de ballenas en Puerto Madryn, reafirmando de esta manera la política conservacionista y de protección de la provincia del Chubut.

Más de 2 mil ballenas recorren el Golfo

La bienvenida estuvo a cargo del intendente Ricardo Sastre, quien manifestó su “orgullo” de que el encuentro se realice en Puerto Madryn y defendió el recurso de las ballenas, entendiendo que “es tan importante para la región en lo económico y turístico”.
También, precisó que “más de 2 mil ejemplares dan vueltas en nuestro Golfo” y subrayó que la presencia de las ballenas “permiten mejorar la calidad de destino turístico de avistaje”.
Sastre concluyó elogiando “el compromiso de los vecinos de Madryn de cuidar el recurso” e instó “a seguir trabajando todos juntos”, así como también “a redoblar los visitantes que año a año visitan Península Valdés”.

Pidieron prohibir la caza de cetáceos con fines científicos

El Gobernador reclamó “hacer retumbar un pedido mundial” en ese sentido, y manifestó su compromiso de “impulsar una noble lucha global” para terminar con la matanza de animales.
Además, consideró a Chubut como “un santuario y refugio mundial para la Ballena Franca Austral” y, tras recordar que “en 1973 se realizó el primer avistaje en Puerto Pirámides”, remarcó que “a lo largo de los años la Provincia creó nueva legislación para regular el avistaje”; precisamente sobre “la técnica” para divisar cetáceos en las costas de la provincia, dijo que “Chubut es mundialmente reconocida”.
Das Neves recordó que “en 1999, la Unesco declaró a Península Valdés como Patrimonio Natural Mundial” y dijo que por el arribo de unos 2000 ejemplares por año, la misma se ha convertido “en uno de los mayores refugios de cría y reproducción de ballena franca austral del mundo”.
Sobre esta línea, se refirió al año 2006, en el cual durante su primera gestión “reemplazamos la legislación original y creamos una superadora reforzando la postura conservacionista y protectora” y dejó en claro que “para Chubut la preservación de la ballena franca austral está ligada a nuestro estilo de vida, pero también genera divisas al país, ingresos a la provincia y puestos de trabajo para nuestros habitantes”.

Japón caza unas 400 ballenas al año

El mandatario provincial remarcó que “el ejemplo chubutense se irradió en Chile cuando acompañamos en 2008 a la presidente Michelle Bachelet en el marco de los 60 años de creación de la Comisión Ballenera Internacional en la declaración de Chile como territorio libre de caza, captura y comercialización de ballenas, medida fundamental porque ahí vive más del 50 por ciento de la población mundial de cetáceos”, recordando que “actualmente, países como Corea del Sur, Perú y Rusia que se resistían a la caza comercial de ballenas, fueron sometidos mediante Tribunal Internacional de Justicia y otros como Noruega e Islandia aún rechazan la prohibición”.
En esta línea, remarcó que “sin embargo, es el artículo 8 de la Convención Internacional el que permite la caza de ballenas con fines científicos, y bajo ese pretexto países como Japón continúan su caza con fines comerciales para negocios millonarios como la industria gastronómica ‘premium’ japonesa, que implica una caza anual de 400 ballenas” y agregó que “hoy, el estudio sobre la reproducción de las ballenas puede lograrse sin matar a los animales, motivo y justificación original del artículo 8; para modificar ese artículo se necesitan los dos tercios de los votos de los 88 miembros de la Comisión, lo que dificulta la alteración del status quo”.
En este sentido, pidió que “hagamos retumbar desde este Primer encuentro argentino por el Día Mundial contra la Caza de Ballenas el pedido mundial de derogar este infame artículo y que cese la caza de ballenas bajo cualquier pretexto” y solicitó que “cuenten con Chubut y este gobernador para impulsar una noble lucha global, la que más temprano que tarde se impondrá la humanidad y la naturaleza por sobre todo este tipo de negocio inmoral”.

Más de 36 mil muertes desde 1986

Por su parte, el delegado argentino ante la Comisión Ballenera Internacional y consejero legal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Mario Oyarzabal, llamó a “defender” la moratoria aprobada hace 34 años contra la caza de ballenas por el organismo internacional, pero también lamentó que “desde 1986, se han matado más de 36 mil ballenas, de las cuales tres países han matado 30 mil, es decir los desafíos son permanentes”.
Sobre esta línea, instó a “estar alertas para defender principios que consideramos esenciales, como el uso no letal y extractivo del recurso y los derechos de las comunidades costeras a beneficiarse de este recurso”, a la vez que afirmó que el encuentro desarrollado en Puerto Madryn “sirve para reafirmar el compromiso de Argentina y de Brasil, Chile y Uruguay”.
Asistieron a la jornada el vicegobernador Mariano Arcioni; diputados provinciales; el intendente de Puerto Madryn, Ricardo Sastre; la ministra de Turismo del Chubut, Cecilia Torrejón; el vicepresidente del Área Natural Protegida Península Valdés, Héctor Castro y la directora de Desarrollo de Destinos Turísticos del Ministerio de Turismo de la Nación, Mariana Pérez Márquez, entre otros.

Continúa la caza furtiva de ballenas

El 24 de marzo de este año, una flota de cuatro barcos japoneses llegó a puerto tras una travesía de más de cien días en los mares de la Antártida, tras haber cazado 333 ejemplares de ballenas “minke”, 230 de las cuales eran hembras y un 90 por ciento estaban embarazadas.
La misión fue blanco de fuertes críticas por parte la comunidad internacional, pero el país asiático se resistió a renunciar a ella alegando “fines científicos”.
En 2014, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya determinó que el programa de caza de ballenas japonés no se ajustaba a los “fines científicos” exigidos por la ley, y obligó a revocar cualquier licencia relacionada con el proyecto, que suponía la captura de unos 950 ejemplares por año.
En un principio, Japón prometió cumplir la sentencia y durante esa temporada, la expedición no zarpó.
Sin embargo, las autoridades presentaron luego un nuevo plan de captura con más detalles y una reducción de la muestra de ballenas cazadas, que asciende a las 333 anuales en promedio, que sorteaba formalmente el dictamen de la corte internacional. Los científicos de la Comisión Ballenera Internacional concluyeron igualmente que la nueva propuesta “no demuestra la necesidad de un muestreo letal” pero admitieron “no ser capaces de determinar si los métodos no letales pueden ser utilizados para lograr ciertos datos”.
Por su parte, Japón se aferró a esta última declaración para continuar con el programa.
La Comisión Ballenera Internacional prohibió, en 1982, la captura de ballenas para comerciar su carne, pero mantuvo la práctica para aquellos casos cuya finalidad sea la investigación científica o la subsistencia de la población aborigen.
Algunos países partidarios de la caza controlada de cetáceos para su uso comercial, como por ejemplo Noruega e Islandia, simplemente ignoraron la norma, pero Japón, ante las presiones de los Estados Unidos, decidió acogerse a la primera cláusula, aunque sus programas de investigación han sido ampliamente cuestionados, dado que una vez llevados a cabo los estudios pertinentes, la carne termina en los mercados y restaurantes del país.

“Los japoneses están orgullosos de esto”

La Agencia de Pesca de Japón, organismo competente en esta materia, sostiene que hay ciertos datos que solamente se pueden obtener “mediante métodos letales”, como la edad de madurez sexual o el análisis de los contenidos estomacales, y también defiende que la carne termine vendiéndose porque la Comisión Ballenera Internacional establece que, una vez estudiados, los restos de estos cetáceos “deben aprovecharse lo máximo posible”.
Desde la Agencia de Pesca nipona argumentaron que “hay pruebas históricas de que el pueblo japonés ha vivido desde tiempos inmemoriales en estrecha relación con las ballenas” y que “es el momento de reconocer la importancia de las actividades balleneras en nuestra tradición y cultura culinaria, los japoneses están y deberían estar orgullosos de esto».

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