Hace dos meses, aproximádamente setenta ballenas, de la especie Piloto, vararon en la isla Clemente, a unos 1.500 kilómetros de Santiago de Chile, en la región de Aysén, pero recién se supo en estos días, cuando por informes de pescadores el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y la Policía de Investigaciones (PDI) comenzó una investigación.
Por este motivo, un equipo científico formado por médicos veterinarios y biólogos marinos formará parte de la expedición que viajará hasta la Isla Clemente, para analizar el varamiento de 70 ballenas, según comunicó la Agrupación de Médicos Veterinarios de Chile.
«Hemos reunido a un grupo de profesionales, tanto médicos veterinarios como biólogos marinos, en el tema de necropsias en la fauna marina», señaló la presidenta de la organización, Betsy Pincheira.

La investigación

Los animales fueron detectados a unas seis horas de navegación desde Puerto Chacabuco, región de Aysén, y por su tamaño se descartó que pertenezcan a la misma especie (Sei) de las más de 330 ballenas varadas el año pasado en un apartado fiordo del extremo sur. «Son más pequeños de lo que observamos la vez anterior, alrededor de 60 a 70 ejemplares, que están en un lugar bastante más accesible» que permitirá un proceso de inspección en los próximos días, dijo el director de Sernapesca, José Miguel Burgos.
El hecho fue denunciado al Ministerio Público, que designó a un fiscal para investigarlo. En cuanto a los plazos para concretar la investigación, Pincheira aseguró que las malas condiciones meteorológicas impedirán su inicio inmediato, pero que se realizará un traslado por un corto periodo de tiempo para recabar datos sobre el suceso.
«Lo que condiciona todo tipo de acción son las condiciones meteorológicas, y viene un mal tiempo la próxima semana», afirmó la investigadora, a la vez que subrayó que «hay tiempo para hacer un viaje muy corto en el cual se va a documentar, y después se va a planificar una expedición».
Pincheira considera además que, «a pesar de haber muchos estudios focalizados por áreas geográficas, aún no ha habido un estudio profundo y a lo largo de todo el país en varios aspectos de su biología».
Por otra parte, la oceanógrafa Susanah Buchan consideró que «todas las hipótesis son válidas» y añadió que «estamos mejorando la respuesta ante estas situaciones».
Sin embargo, Buchan consideró que «se está creando una institucionalidad para enfrentar los varamientos en el futuro, pero aún faltan fondos para que el Estado pueda aportar los recursos y los científicos no tengan que poner el dinero de su propio bolsillo».
En un año marcado por las muertes masivas de distintas especies a lo largo de la costa chilena, las autoridades del Sernapesca prometieron una exhaustiva investigación para determinar las causas de la muerte de los mamíferos.
Los cuerpos están «todavía enteros, por lo tanto estamos optimistas de poder realizar necropsias, la toma de muestras adecuada» para determinar las hipótesis a seguir.

Determinar las causas

El nuevo hallazgo está en una zona accesible, por lo que la posibilidad de que la actividad humana tenga que ver con las muertes es mayor. «Lo primero que tenemos que abocarnos es si hay intervención humana o no», «determinar «si no son causas atribuibles al hombre», comentó Burgos.
Otro de los aspectos que tendrán en cuenta los investigadores es considerar los salmones asfixiados por la proliferación de algas nocivas (Bloom), mariscos muertos y varamientos masivos de sardinas y otros peces transformaron este año a los más de 4.000 kilómetros de costas chilenas en un cementerio de especies marinas.
Especialistas apuntan al Fenómeno climático de El Niño como posible causante de algunos de estos varamientos, pero no de todos, siendo en la mayoría de los casos imposible determinar a ciencia cierta los desencadenantes de este año fatal para el océano chileno.