Proyecto de repudio a la pesca ilegal en aguas territoriales
El senador nacional por Chubut Somos Todos, Alfredo González Luenzo, presentó un proyecto de declaración para repudiar la actividad de pesca ilegal, que desarrollan numerosos barcos extranjeros en el mar argentino provocando una depredación ictícola.
El pronunciamiento de Luenzo, que fue acompañado por otros senadores, surge a partir del accidente registrado el último día de febrero y los primeros de marzo con el pesquero chino Hua Li 8, al ser sorprendido 800 metros dentro de la zona económica exclusiva.
En el Atlántico Sur opera una gran cantidad de navíos extranjeros que pescan sin autorización en aguas territoriales depredando la riqueza ictícola nacional, especialmente en las distintas especies de calamar y merluza.
Luenzo puntualiza que en “el pico de la temporada de pesca”, la presencia de naves ilegales en la zona “representa una ciudad flotante de unos 400 barcos depredando la región, no solo afectando el ecosistema marino, sino también las fuentes de trabajo de la pesca regulada en los aspectos ambientales, laborales y de seguridad”.
Con historial de saqueo
La sopa de aleta de tiburón apenas tiene sabor ni valor nutritivo, pero en China pagan hasta US$150 por el plato por su valor de estatus. El desarrollo económico del gigante asiático ha provocado que haya aumentado la demanda de aleta de tiburón y que se busquen éste y otros productos preciados en aguas de América Latina.
Por eso, entre las materias primas que busca China en la región no sólo están el petróleo o los minerales, sino también el pescado, ya sea el calamar gigante o el bacalao en aguas de Argentina, el atún en las de Chile, el tiburón en las de Colombia y Ecuador o la totoaba en las de México.
La semana pasada, un barco guardacostas argentino hundió un pesquero chino que estaba faenando dentro de la zona de exclusión económica. Pocas veces se llega al uso de la fuerza, pero las persecuciones y conflictos son comunes. Y aunque no sólo son pesqueros de China los infractores, los del gigante asiático son mayoritarios, según las fuentes consultadas por BBC Mundo.
«El interés por el calamar siempre es de países asiáticos, hay una invasión (de barcos)», afirma a BBC Mundo Guillermo Caille, responsable de la ONG argentina Patagonia Natural y experto en pesca.
Los tripulantes del barco chino hundido se lanzaron al mar para ser rescatados por otro buque gemelo de la misma compañía china, lo que indica la coordinación con la que actúan.
Qué dicen en China del hundimiento de barco pesquero en Argentina. «Hay una nube de barcos de bandera parecida. Están fuera de la zona de exclusión (a 200 millas de la costa). Uno o dos ingresan. A los tres días, lo hacen otros», cuenta Caille.
Potencia de ultramar
China es el mayor mercado del mundo de pescado y tiene la mayor flota pesquera de ultramar con 2.460 embarcaciones tras haber crecido rápidamente en las últimas décadas, según un estudio de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en el centro-este del país.
El tamaño de China y su crecimiento económico son dos de las claves de que América Latina esté en su punto de mira, también en lo que se refiere a la pesca.
«Hay más gente que necesita más recursos y más gente dispuesta a pagar cantidades impresionantes por conseguir peces que, de otra manera, no podrían conseguir», analiza en conversación con BBC Mundo el chileno Maximiliano Bello, directivo de The Pew Charitable Trusts, organización estadounidense sin ánimo de lucro y experto en política oceánica internacional.
China desarrolla la mayor parte de su pesca de ultramar en el oeste de África, donde Greenpeace ha denunciado intensamente la actividad ilegal. Corea del Sur y Vietnam también realizan frecuentes denuncias contra China. En América Latina, sin embargo, los activistas critican la falta de acción regional coordinada.
Socio comercial
La región se ha convertido en un gran socio comercial de China. Brasil, Argentina, Venezuela, Perú, Bolivia y Ecuador, entre otros, mantienen estrechos lazos con el gigante asiático, que encuentra en el subcontinente latinoamericano las materias primas que deben satisfacer la creciente demanda de su enorme población.
«El aumento del comercio entre las dos regiones ha facilitado el movimiento de mercancías lícitas e ilícitas», analiza el centro de investigación de crimen organizado Insight Crime, que en 2015 estudió el tráfico de vida silvestre de China en América Latina.
Los conflictos no se limitan al calamar frente a la Patagonia o al bacalao, más al sur. El mes pasado, China rechazó la queja de México por la pesca y comercio de la totoaba, una especie mexicana en riesgo de extinción que habita en el alto Golfo de California.
El pescado es muy apreciado por la bolsa llena de gas que utiliza ayudar a regular su flotación. Esa bolsa, o vejiga natatoria, es un manjar codiciado en China, donde se seca y se utiliza para hacer en una sopa que se dice que tiene cualidades medicinales Según México, hay un comercio ilegal de la totoaba que lleva a que el kilógramo de su buche se venda entre US$1.500 y US$20.000 en el mercado asiático. En 2013, las autoridades mexicanas se incautaron de unos US$2,25 millones en vejigas de totoaba ilegales, según Insight Crime.