CAUSAS QUE NO AVANZAN, SISTEMAS QUE LEGITIMAN, SOCIEDAD QUE OBSERVA, PODER QUE RENIEGA. “HAY UNA MIRADA `NAIF´ DEL PROBLEMA”, DICE GORGAL

La narcocriminalidad y las recetas

p3Hay un tema que trasvasa y perfora las actividades cotidianas en las principales actividades y que arrastran como consecuencia un flagelo de enfermedad y miseria en las personas. No se salva la industria, el comercio, el sindicalismo, el poder político, la adolescencia, la adultez, casi nada. Como sombra de muerte se arrastra y transmuta, y tiene que ver con el consumo, venta y tráfico de drogas.
Argentina está en un problema y no incipiente. Y Chubut está en otro problema y para nada menor. ¿Que quien va primero, el huevo o la gallina? Es un dilema que solo sirve para dilatar y ampliar el problema. Se podría decir sin temor a error que hoy el enquiste no tiene límites y depende de todos y cada uno de nosotros.
Esta semana empezó con la triste noticia de la muerte dudosa de Simón Saiegg. Un subinspector de la policía chubutense, dedicado a investigar casualmente casos de drogas peligrosas. No se sabe aun con precisión como sufrió quemaduras graves y falleció sin poder contar que pasó luego de una semana de agonía en un hospital. Era el novio de la hija del ex jefe de Policía de Chubut, Leonardo Bustos que se desempeñó a cargo de toda la tropa de septiembre a diciembre de 2015.
En Madryn, la causa por los 110 kilos de cocaína en las cámaras de Omar “Cura” Segundo salpicó a gran parte del espectro político y sigue siendo una piedra en el zapato de la sociedad, de la justicia y de la clase política. Tanto como el asesinato de Espinosa, y tanto como la enorme red de derrame de dinero que genera la actividad, generando millonarios negocios disfrazados de prosperidad empresaria.
Ayer Das Neves, les transmitió su preocupación por agilizar la fijación de fechas de debates orales en materia de causas vinculadas al narcotráfico. También estuvo presente el Fiscal de Estado. En paralelo, el Gobernador cambió el Jefe de Policía y comenzó una depuración “voluntaria” y “forzoza” que no se sabe donde terminará. Porque No hay gallina sin huevo y porque no hay modo de parar esta pelota sin poner el pecho, dicen los entendidos.

Irrefutables

Este mes, Diego Gorgal, politólogo, especialista en seguridad y ex ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, viajó a la Ciudad de México para asistir a un encuentro reservado sobre seguridad con especialistas de todo el mundo que organizó el Foreing Office británico.
Gorgal aterrizó en el DF justo cuando el debate de años sobre cuál es el mejor modelo policial para combatir el narcotráfico y la violencia que golpea a México, parece entrar en la recta final, bajo la figura del «Mando Unico». En una entrevista Gorgal habló sobre estos temas y aseguró por ejemplo que: “México y Argentina atraviesan un mismo debate pero de modo asimétrico. Aquí se intenta aplicar un Mando Único, mientras que allí se habla de avanzar hacia las policías municipales”.

P:¿Qué tan importante es el modelo de estructura policial para resolver los problemas de inseguridad?
D.G.:-Hay dos factores que determinan el modelo policial. Uno de ellos es el sistema político. Porque la distribución de competencias policiales es una distribución de poder. Y por ende es una pelea política. EsTo sería analizar el modelo policial desde arriba. Desde la política. Pero, por otro lado, se puede analizar desde abajo: desde el problema. Es decir, ¿qué problemas tenés? ¿tenés problemas locales, regionales, federales, trasnacionales? Entonces, dependiendo la problemática también se decidirá qué modelo aplicar. Si tenés problemas locales, seguramente la policía municipal será la más eficiente.
Se pueden tener altos niveles de corrupción en policías descentralizadas y en policías centralizadas. Y acá están los dos ejemplos: México se queja de sus policías municipales, Argentina tiene problemas con su enorme policía de la provincia de Buenos Aires (aunque no solamente).

P:-¿A qué llamamos específicamente un «problema local»?
D.G.:-Delitos comunes. Robo de celulares, por mencionar uno. Violencia contra la propiedad, violencia doméstica, menudeo de estupefacientes, complicidad policial. Todas aquellas manifestaciones del delito y la violencia que se originan y agostan en esa jurisdicción.
Pero es muy interesante observar los argumentos encontrados. Se dice que las policías locales son muy débiles, mal remuneradas, y entonces son cooptadas por el crimen organizado. Por otra parte, la policía centralizada es inmanejable por su tamaño.
Este debate lo que nos muestra es que los niveles de corrupción no derivan del modelo policial.

P: -¿Cuál sería la fuente de corrupción?
D.G.:-Esa es la pregunta crucial. La fuente de corrupción hay que buscarla, entre otras cosas, en el ejercicio del poder y las condiciones de trabajo de las policías. Tiene que ver con los regímenes de carrera, con los mecanismos de evaluación, con la moral y ética para el servicio público con privilegios como el uso de la fuerza, con la cultura institucional, con los costos-beneficios de un servidor público. Hay que preguntarse además: ¿Tenemos una cultura que penaliza la corrupción o una cultura que justifica la corrupción? ¿Qué mecanismos de rendición de cuentas tenemos? Debemos pensar el mecanismo para que el buen policía, el honesto y profesional, progrese en su carrera. Y el que no, el sistema lo vaya marginando.

Internas eternas

D.G.:-Hay varios factores para definir el modelo policial. La distribución de competencias policiales es una distribución de poder. (…) Por estos días, la oposición intenta convencer o negociar con el oficialismo un modelo «mixto»: evaluar a todas las policías locales, y disolver -para centralizar- sólo aquellas que no pasen un examen de confianza. Las que trabajan bien, mantenerlas.

P: -¿Ese modelo podría ser más eficiente?
D.G.:-“Esa es una metodología que al menos pretende establecer un criterio en función del desempeño. Y no es función sólo del organigrama. Y ahí surge otro tema bien interesante. Si decimos que uno de los principales factores del modelo policial es el propio sistema político, es muy difícil que una policía tenga niveles de integridad y de ética altos cuando el sistema político los tiene bajos. Una policía no puede ser honesta y confiable, si el sistema político que lo rige es corrupto”.
Analizar esto también es importante al momento de decidir el modelo policial que uno quiere establecer. Porque no es una decisión en abstracto. La policía no es una isla aparte del sistema político. En conclusión, toda reforma policial debe venir de la mano de una reforma política que tiendan también a incrementar la rendición de cuentas de los políticos. Porque en ese ecosistema más transparente es más fácil lograr policías con estándares más profesiones.
(…) Hay que analizar el tamaño del mercado, ese dato te muestra el tamaño de jugadores y el incentivo a la competencia, que en el crimen organizado deviene muchas veces en violencia.
En un mercado chico, no hay mucho incentivo para nuevos jugadores o para la utilización de la violencia para competir. En un mercado en expansión empiezan a aparecer esos incentivos, porque cada grupo se quiere apropiar de la ganancia futura, de la información y del manejo.
Pero lo que me parece más importante es que el narcotráfico genera una violencia directa -enfrentamientos entre los grupos- pero también una violencia secundaria o lateral, que tiene que ver con la forma en que las bandas o cárteles se convierten en los barrios en articuladores de una red social. La pertenencia a un grupo criminal da armas, plata y un estatus. Y ese rol de defiende incluso ante conflictos interpersonales que hace unas décadas se resolvían a las piñas y hoy se resuelven con un tiro en la cabeza.
Y cuando los niveles de violencia se desbordan empiezan a complicar el ejercicio de gobernabilidad. No es un solamente un tema policial o judicial, es eminentemente político. (…)

Al hueso

D.G.:-Creo que hay una mirada naif, que se resumen en el ‘combate al narco’. Es naif porque se basa en el supuesto de que existen consumidores porque existen vendedores, ergo si combato a los vendedores se acaba el problema. Y eso no es así. La mejor forma es planteando un plan integral que te permita controlar los distintos aspectos que tiene la problemática. Por un lado, controlar el tamaño del mercado. Por otro lado, las condiciones de suministro de ese mercado.
El especialista insiste que el problema “es al revés”: “hay una fracción de la población que está dispuesto a pagar un producto ilegal para consumirlo. Y frente a esa oportunidad de negocio, y pese al riesgo que conlleva, hay grupos que están dispuestos a generar dinero en la ilegalidad, además de los que ayudan a legitimarlo y a disfrutarlo sin nada preguntarse sobre su origen.

Fuente: LPO, NA, propias

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