“Tenemos que ser conscientes de nuestra responsabilidad como ciudadanos”, afirmó Ivo Baeck

ENTREVISTA - IVO BAECK 1El gerente general de INFA trazó una radiografía de los próximos desafíos que enfrentará la región en materia económica, en el marco de las nuevas gestiones nacional y provincial y de ciertos aspectos de la sociedad que, según sugiere, “deben cambiar”. Baeck, de formación ingeniero y a cargo de una empresa que emplea unos 1200 trabajadores, insistió en que “los gobiernos “son un reflejo de la gente” y que es probable que “entre nosotros se encuentren los presidentes de los próximos diez años”.

Con una industria pesquera en crisis, ¿de qué “vive” actualmente Puerto Madryn?
Debe haber alguna actividad productiva que genere empleo directo e indirecto y que sea significativa. Creo que la situación de la baja inversión del sector petrolero va a pasar, pero este sería un buen momento para pensar cómo vamos a abastecer esa industria. Creo que la del oil & gas va a seguir tirando, pero con condiciones de precio para la compra de bienes mucho más estrictas. Si no aparece algo que genere una mayor ocupación de mano de obra, la situación va a ser compleja. La obra pública es un camino que está muy bien, por ejemplo, pero también debe haber una actividad económica que haga uso de esa infraestructura.

¿Considera la minería como una opción para la provincia?
A mi juicio, es claramente una alternativa. Los metales en general están en un precio bastante bajo, pero esto tiene ciclos y habrá un alza. Es una actividad que genera mucho empleo directo e indirecto y hay que tratar de crear valor de eso, no vender sólo el polvo si uno puede vender alguna cosa más que esté elaborada arriba de eso e intentar que todo lo que se haga para la minería sea fabricarlo localmente. Creo que a la minería la están mirando Madryn, Trelew, Rawson y en todos lados hay una gran expectativa.
Pero a partir de esa expectativa también hay grandes cuestionamientos.
Hay que ser muy prudentes, por dos cuestiones. Primero, que no estamos en un ciclo demasiado bueno, hay mucho potencial y es cierto. Por otro lado, hay que conseguir la licencia social y hacerlo en forma responsable, con muy buenos controles y para eso debemos crecer institucionalmente, los organismos de control deben tener mayor calidad en sus controles y generarle confianza a la población. El mayor beneficio que trae una minería sustentable a largo plazo es la ocupación de mano de obra que genera empleo bien remunerado, el cual luego se vuelca a la sociedad y hace ‘girar la rueda’. Hace miles de años que la minería está presente en la vida cotidiana.

¿Mejorará la situación de Madryn a partir del alineamiento provincial con el municipio y la buena relación con la Nación?
Lo veo como una condición favorable y es lo lógico. Espero que algún día crezcamos lo suficiente a nivel institucional como para que, sin importar que la Nación, la provincia y el municipio tengan colores distintos, se pueda hacer funcionar a los distintos estamentos del Estado, porque eso es parte de la democracia. Sino, pasa a ser un clientelismo o un gobierno por la ‘presión de la billetera’. Creo que todos tenemos que crecer para erradicar esa cuestión, cada cual tiene intereses particulares todos formamos parte de un colectivo mayor. Si no comenzamos a pensar en el bien común y en que hay cosas que nos competen a todos, va a ser más difícil.
¿Qué parte de la sociedad debería llevar adelante ese cambio?
En principio, habrá que poner las cosas sobre la mesa y discutir los temas seriamente, pensando en todas las instituciones. Uno lo puede ver en un club, en una ciudad, en las empresas o en la propia casa, en el seno de la familia. No debiera ser una condición tan severa no estar alineado o tener que alinearse para poder hacer funcionar un municipio y esto debe empezar a formar parte de nuestra cultura. Esto hay que generarlo desde la casa, porque el gobierno en cierta forma es una muestra de lo que es la población. Por eso pongo el desafío en toda la población, en nosotros dentro de nuestra casa, en las escuelas, clubes, cámaras industriales y medios de comunicación. Tenemos que tener cierta responsabilidad y establecer compromisos mínimos.

¿Como cuáles?
Hay que tener en cuenta que, muy probablemente, ya estén entre nosotros los próximos diez presidentes de la Argentina, que no sabemos quiénes son. Ellos están haciéndose de esta cultura, viendo qué hacemos nosotros frente a la transición de un gobierno, ante la oposición a una determina idea y eso lo estamos generando. Uno piensa que la persona a la que está tratando bien o enseñándole a hacer algo correcto, puede llegar a ser nuestro futuro presidente, no lo sabemos, lo cual nos carga de una responsabilidad y nos hace entender que es un problema de todos generar un cambio. No es algo que le podamos pedir únicamente al gobierno, que tiene un rol y responsabilidad y tenemos que hacérsela cumplir, pero los ciudadanos también tenemos una responsabilidad y un rol.
En general, la tendencia es buscar un culpable afuera y no mirar tanto hacia adentro.
Efectivamente. A mi juicio, una gran deuda de nuestra sociedad es que da muchísimo, como educación y salud pública, entre otras cosas, pero a cambio es poco lo que hacemos. Compramos algo y no exigimos la boleta, lo cual generaría impuestos que atenderían dichas necesidades, o algunos compran en negro y piden un descuento. Toda esa informalidad está fuera del circuito, pero después todos hacemos uso público de la salud, la seguridad y la educación. Este es un problema cultural y tenemos que ser conscientes de cuál es nuestra responsabilidad en esa cadena y hacer todo lo posible en el ámbito que nos competa.

En relación a la política económica y laboral del gobierno de Mauricio Macri, ¿qué solución aportaría el levantamiento del cepo a la compra de dólares?
La industria argentina que no ha sido suficientemente desarrollada en los últimos años requiere un dólar alto para ser competitiva. Es decir que (levantar el cepo) es una solución de corto plazo, porque se agota ni bien se ajusta. No creo que levantarlo y dejar que el dólar esté libre sea una solución de largo plazo, sí coyuntural que puede llegar a convenir, muy especialmente a las empresas exportadoras. En el caso de las empresas que producen, las puede poner sustancialmente en una situación de mayor competitividad, pero para que esto sea de largo plazo hay que desarrollar la industria.

¿Cuándo se refiere a un dólar alto, habla de un valor específico?
La cuestión no es el valor sino dónde se congelan las variables económicas. Con commodities bajos y costos en dólares altos, los márgenes de rentabilidad se van achicando. Debe ser un dólar competitivo y también debe haber un cierto poder adquisitivo en el porcentaje que les queda a los asalariados, sino el mercado interno se cae a pedazos y eso trae desocupación y consecuentemente conflictos sociales. Si hay un modelo puramente exportador, el mercado interno se ve resentido y hay poca actividad, no hay consumo y por lo tanto ocurre una serie de problemas, por lo que no hablamos de una ecuación lineal.

¿Se trata de tecnificar la industria?
Nosotros exportamos mucho. Tenemos una industria poco especializada por lo que también importamos mucho y cuando hay una devaluación, la balanza comercial se acrecienta y es positiva, no tanto por los dólares que entran a través de las exportaciones sino por lo que se deja de importar, porque eso implica recesión. Ahí es donde uno debe ver hacia dónde va a apuntar el modelo, la ideología o los equipos económicos. No se puede hacer magia, una cosa es pasar la coyuntura, desde donde creo que la única alternativa es tomar deuda. Hoy tenemos muchas importaciones y sacan divisas, muchas empresas extranjerizadas giran dividendos y hay un índice de reinversión de la industria relativamente bajo. Por lo tanto, si no desarrollamos un perfil industrial serio que sustituya verdaderamente las importaciones y que eso implique una ocupación y un tramado industrial competitivo, vamos a volver a repetir ciclos. Eso requiere un plan de largo plazo que no es de cuatro años, sino que debe ser una estrategia puntual.

¿Cómo influyó, entonces, la decisión del kirchnerismo de no tomar deuda durante tantos años?
Pudieron hacerlo porque había un excedente fenomenal de exportaciones, convengamos que el gobierno dejó al país en el orden del 40 por ciento de endeudamiento, lo cual está muy bien y nos pone en una situación relativamente sencilla para tomar deuda. Por supuesto, se deberá llegar a un arreglo con los ‘holdouts’, que deberán solucionar de la mejor manera y con el menor costo posible, sin hipotecar el país a futuro.
¿Qué asignaturas le quedaron pendientes al Gobierno Nacional saliente?
Pienso que la deuda pendiente fue la falta de estrategias de largo plazo. Hubo ocho años de viento de cola en materia económica, pero en los últimos cuatro la situación no fue tan favorable y por eso tuvieron que poner el cepo, además de que cayó el precio de la soja. Y si bien cayó el precio del petróleo, que circunstancialmente nos baja el déficit, durante varios años el barril estuvo a unos 100 dólares, donde el déficit energético implicaba una fuga de divisas que compensaba la balanza comercial. El barril se pagaba a setenta en el mercado interno cuando afuera estaba a cien, y ahora está a la inversa. Afuera está 40 y acá se sigue pagando setenta.

¿Quién debería regular las paritarias, el Estado o el mercado?
Paritarias implica una negociación de partes, si las fijara el Estado dejarían de serlo. A diferencia de 2001 y 2002, donde estábamos en una situación muy crítica y la devaluación que hubo, que fue de 4 a 1, es decir un 400 por ciento, hizo que la participación de los asalariados en el PBI bajara violentamente. Todo el mundo soportó esa situación porque estábamos en el medio de un caos. Hoy en día, no creo que sea tan fácil llegar a ese mismo escenario. Claramente, debe haber un ajuste y actualmente los salarios en dólares nos sacan de competencia.

¿Es decir que tenemos salarios altos en dólares?
En 2007, nosotros fabricábamos bienes para el mercado interno, que sustituían importaciones. Hoy, con la misma cantidad de horas hombre y el precio del acero, que el mercado interno es muy alto, estamos al triple o cuádruple del precio internacional. Mejoramos la productividad y nos equipamos, además de otra serie de cosas, pero hoy para ser competitivos hay que tecnificarse mucho más o los productos que tenemos que hacer tienen que tener mucho más valor agregado. Hoy, los salarios industriales argentinos en dólares son relativamente altos. Está el tema de la inflación, la cuestión de por qué el valor del dólar no acompaña dicha inflación y todo lo que ello implica. Pero la solución no es fácil, hay tensiones entre sectores que pujan por sobrevivir o ganar más poder. En lo que se refiere a los salarios, la preocupación de la industria es que necesita de buenos salarios y plena ocupación, entre otras cosas. Debe haber un equilibrio entre lo que se quiere y lo que hace desaparecer ciertos negocios. Por parte del Estado o de la macroeconomía, obviamente se requiere tener un contexto de inflación controlada.

¿Traería mayores beneficios o consecuencias abrir las importaciones?
Si abriese la economía y tuviéramos que competir con bienes para la industrial del oil & gas de afuera, hoy no lo podemos hacer. Obviamente, dejo afuera de este análisis a China, que es un caso aparte. Por ejemplo, hoy en día un separador bifásico de petróleo cuesta menos en España que acá. Es decir que convendría traerlo de ese país que fabricarlo acá, en el caso de que se abrieran por completo las importaciones. Parte de eso es por el precio del acero en el mercado doméstico y la otra es la mano de obra, que abarca un 30 o 40 por ciento del costo de ese separador bifásico. Tenemos, claramente, un problema de competitividad que es complejo de absorber porque no abarca una sola variable.

Un próximo año marcado por la incertidumbre y la cautela
Ivo Baeck anticipó que en INFA “tendremos un año complejo, creo que el primer semestre habrá baja inversión y pocas obras. Nosotros no trabajamos en obra pública y todo el mundo está a la expectativa de ‘qué es lo que va a pasar’. Habrá que ver como evoluciona el precio de los commodities y las reglas de juego locales, hoy hay algunas restricciones energéticas que entendemos que en el largo plazo se van a solucionar”. A su vez, indicó que “INFA tiene un cliente local muy importante al cual le da servicios, lo cual garantiza una base mínima. El resto está preparado para hacer grandes obras de ingeniería y construcción, esa es la parte que hoy es la más incierta. Hay dos o tres proyectos dando vueltas pero todos están con mucha expectativa”.

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