COSAS QUE IMPORTAN

Yin Yang

Por: Dra.Patricia Chambón de Asencio
www.patriciachambon.com

Muchos años de mi vida me tomó comprender lo que significa “integrar”. Muchas experiencias duras tuve que afrontar, heridas que asumir y rencores que soltar para recién entonces comprender el significado profundo de esta palabra. Integrar deriva del latín integratio y significa completar un todo con las partes que faltaban o hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo.
Cuando observo en estos días cualquier encabezado de noticias locales o internacionales me urge hablar, escribir y practicar la integración.
Ya todos sabemos que vemos la realidad de acuerdo a nuestra “forma” de ver, a la perspectiva que asumimos y al cristal con el que miramos. Este cristal es nuestra percepción formateada de acuerdo a nuestra programación, a nuestras creencias. De acuerdo al condicionamiento de la percepción así se interpreta la realidad circundante. Si no se conoce el color gris, se ve todo en blanco y negro.
El Mundo Externo es un reflejo de nuestro Mundo Interno. Vemos afuera lo que adentro tenemos. Interpretamos la Realidad de acuerdo a nuestra escala de valores, a nuestras creencias, a nuestra educación familiar y social. Tomamos nuestras decisiones basándonos en este bagaje de ideas que nos “aseguran” que si actuamos de determinada forma todo saldrá bien. Es allí donde reside el problema, en nuestra forma de percibir la Realidad.
Hasta mediados del siglo pasado nos guiábamos por conceptos basados en una visión dualista de la realidad. Así veíamos la mente separada del cuerpo, el espíritu de la materia, lo femenino de lo masculino, lo interno de lo externo, etc. Esta cosmovisión comenzó a transformarse rápidamente con los descubrimientos de científicos como Max Planck, Albert Einstein, Weiner Heisenberg y muchos más, que nos iniciaron en una mirada inclusiva de la realidad donde el Observador y el Objeto observado se integran e interactúan, demostrando una ligazón invisible que los une más allá del tiempo y el espacio. La física Cuántica nos acerca una Cosmovisión que antiguas civilizaciones ya tenían cuando describían la realidad como el resultado de la interacción de dos aspectos: el yin y el yang.
Todos conocen la imagen del Yin Yang que popularmente se está utilizando en múltiples aplicaciones. Esta imagen divide un círculo en dos mitades, una blanca y otra negra. Cada mitad tiene en su interior un pequeño círculo del color opuesto.
En la Filosofía Taoísta el yin yang es utilizado para describir cómo fuerzas opuestas se interconectan y son interdependientes en el mundo real, siendo la una la causa de la otra y viceversa. Muchas de las dualidades naturales; la luz y la oscuridad, el día y la noche, el amor y el odio, el nacimiento y la muerte ejemplifican esta relación. Es una manera universal de describir las interacciones e interrelaciones que tienen lugar en el mundo entre las fuerzas de la naturaleza. También es aplicable a las estructuras sociales, a las relaciones interpersonales y en el mismo individuo.
El Yin y el Yang son extremos opuestos complementarios dentro de una totalidad mayor. Representan aspectos diferentes de una misma naturaleza, por ejemplo frío/calor; noche/día; oscuridad/luz. Uno depende del otro; y por sí solos no pueden existir. Es imposible hablar de uno sin hablar del otro.
Tanto el Yin como el Yang, interactúan constantemente y nunca predomina uno de ellos de forma permanente. La máxima expresión del Yin marca el inicio de la expansión del Yang y su declinación para luego volver a iniciar el ciclo. Así se transforman mutuamente, de ciclo en ciclo. Todo avance es seguido de un retroceso, y toda ascensión se transforma en una caída. Toda victoria encierra en sí misma el germen de la derrota y viceversa. Así sucede en el Mundo de la polaridad representado por estas dos instancias. En última instancia, el yin-yang no es una sustancia o fuerza tal y como se puede concebir en términos occidentales. El Yin es negro, femenino, receptivo, dócil, negativo y alimenta. Está asociado con la noche, los valles, ríos, riachuelos, agua, metal y tierra. El Yang es blanco, masculino, activo, dominante, positivo y creador o catalizador. Se le asocia con el día, las montañas, colinas, el fuego, la madera y el aire.
El concepto de dualidad en la unidad es común a muchas filosofías desde las enseñanzas de Heráclito a las filosofías no-dualistas tales como; el Hinduismo, el Taoísmo, el Budismo, el Agnosticismo, el Zoroastrismo y el Nuevo Pensamiento. No obstante, el Yin-Yang es único, tanto en su naturaleza dinámica como en su amplia aplicación a la naturaleza.
En la cosmovisión taoísta el Yin y el Yang surgen de un vacío inicial muchas veces representado por un círculo vacío, son parte de un Todo Mayor y se mueven entrelazados hasta lograr el equilibrio. Su interacción produce un equilibrio dinámico. Dado que surgieron juntos son iguales, no estando ninguno supeditado al otro, si uno desaparece, el otro tiende a desaparecer también, dejando tras de sí el vacío. Ese es el momento de la integración total y la salida de la Polaridad hacia otra instancia.
Me miro y miro afuera. Observo el mundo exterior y observo el oleaje de mi mundo interno. Veo figura y fondo interactuando, moviéndose. Dolor y alegría se entremezclan.
Adentro/ Afuera. Observador/Observado. Es tiempo de integrar.
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