En los últimos días, habitantes del barrio Presidente Perón, al Oeste de la ciudad de Puerto Madryn principalmente, cuestionaron que los montos recibidos a través de créditos otorgados por el Instituto Provincial de la Vivienda, no coinciden con los valores anunciados y tampoco se ajustan a la realidad de sus necesidades.
En varios casos, las diferencias rondaron las cinco cifras y el dinero recibido a tasa de “cero interés” constituye una cifra irrisoria, la cual según denuncian “sirve más para que se saquen la foto” que para utilizarla para refaccionar sus viviendas.
Hay por lo menos tres casos donde los vecinos que figuran con nombre y apellido en planillas de los créditos otorgados a través del IPV como “créditos de honor” alcanzaban los 60 mil pesos, pero en realidad a la gente les llegó unos 10 mil pesos. En otro caso, el dinero ya había sido otorgado hace meses, pero se utilizó el hecho para lo foto de campaña. La gente reclamó que “estas prácticas no ayudan a creer en la política”

El primer caso concreto

“Por intermedio de una gente conocida, nos comunicamos con el director general del IPV y él dijo que esto era un movimiento político, a lo cual le dije que movimiento político no es porque a nosotros nos entregaron el dinero en noviembre (de 2014)”, relata Edgardo Quinteros, esposo de Jorgelina Molina, beneficiada con un préstamo de 10.808,44 otorgado por el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano. Además, el vecino agrega que sintió que a su mujer la “usaron políticamente”, y que en su momento se acercaron a su domicilio dos asistentes sociales, quienes tomaron registro de las reformas que la pareja necesitaba en su domicilio, una casa de dos plantas ubicada en el barrio Presidente Perón. Quinteros comenta que le resultó llamativo el hecho de que no hubiera un arquitecto presente durante la visita oficial. “Miraron todo y anotaron, pero resulta que nada que ver, nos dieron 10.808 pesos”, agrega en relación a la cifra que le resultó irrisoria, en virtud de las reformas que el matrimonio necesitaba para habilitar la segunda planta, entre ellas la colocación del techo y los cerámicos del suelo. El vecino cuenta que en la lista de materiales presupuestados “la mujer puso ‘durlock’ pero no incluyó la solera ni los tornillos. ¿Dónde atornillo el durlock?” e insiste en que “vinieron para la foto, para figurar en algo”, además de mencionar que varios vecinos del barrio se encuentran en una situación similar.

Fondos insuficientes

El marido de la beneficiaria cuenta que, tiempo después de ser visitados por el personal oficial que certificó los materiales que necesitaban ser adquiridos para la obra “a mi mujer la hicieron ir a una escuela, le dijeron ‘pase por acá’ y estaba el Gobernador, que le entregó la carpeta y cuando la abrió, vio que eran diez mil ochocientos ocho pesos con cuarenta y pico de centavos”. Lejos de la indignación inicial del matrimonio, Quinteros afirma que desde el IPV se comprometieron a enviar un arquitecto a su domicilio para que apunte de forma precisa los requerimientos de las refacciones, que según comenta estarían muy por encima del monto inicial otorgado. Sobre esta línea, el marido de la mujer beneficiada con el crédito afirma que “un piso vale mucho más de diez mil pesos” y manifiesta que “somos ocho personas, por eso la verdad es que venían bien las mejoras”. Quinteros sostiene que “vinieron, hicieron un circo diciendo que nos iban a ayudar y todavía ni habilité la habitación arriba”, además de contar que tuvo que vender un vehículo que tenía y utilizar el dinero para comenzar con algunas refacciones por cuenta propia, explicó a El Diario, donde solicitó hacer público su caso para dejar aclarado lo percibido dado que habían trscendido planillas con montos muy diferentes con sus propios nombres.
“Nosotros no queremos que nos regalen nada, realmente queríamos un préstamo, pero no una escena para la foto de campaña, porque somos humildes, pero tenemos honor”, culminó su declaración