Torres: “Con la acusación a los cirujanos, quieren encubrir las deficiencias del sistema público”

5Por Mauro Fernándes – Al ingresar a la página web de la Asociación Argentina de Cirugía, lo primero que se puede ver es un cartel que advierte sobre el “hostigamiento” que padecen los cirujanos en Chubut. Allí, también se hace mención a la declaración de “zona de conflicto”, lo que implica que, por el momento, los cuatro mil socios que forman parte de la institución deben abstenerse de aceptar cualquier tipo de contrato laboral con los hospitales locales.
El conflicto se agravó este mes, luego de la denuncia que el Gobierno provincial hizo contra ocho cirujanos por “omisión y fraude al Estado”. Ante la presentación penal, la respuesta fue inmediata: renunciaron cerca de 37 profesionales de distintos hospitales.
“No hay antecedente en el país de un hecho que haya provocado la renuncia masiva de los cirujanos”, comenta Ricardo Torres, presidente de la Asociación Argentina de Cirugía, durante una entrevista con El Diario. Y agrega: “Con la acusación, quieren encubrir las deficiencias del sistema público”.

P:—¿Qué es lo más preocupante de lo ocurrido en Chubut?
R.T:—Los cirujanos han sufrido una serie de persecuciones administrativas y burocráticas, por ejemplo, con el horario de entrada o de salida o con la permanencia en el trabajo. Desconozco el motivo inicial que ha llevado a la situación actual. No obstante, se trata de un problema que ya tiene, por lo menos, un año. Lo concreto es que nunca se cuestionó la labor médica. Hay un concepto fundamental en la medicina: lo que no puede tener un cirujano es un horario. Eso se debe a que habitualmente las circunstancias obligan a que el profesional tenga que resolver algunos problemas fuera del horario pautado. Esto quiere decir que si una persona se encuentra realizando una cirugía y llega el horario de salida –estipulado eventualmente en un contrato de trabajo-, no puede dejar al enfermo y retirarse del lugar. Tras el hostigamiento administrativo, en Chubut se llegó a un planteo de tipo legal a partir del cual un grupo de cirujanos son acusados de utilizar parte de los horarios hospitalarios para la atención de pacientes que se encuentran fue del hospital. Independiente de que hay que analizar las condiciones del contrato, en ningún momento son acusados de no cumplir con sus funciones, es decir, que la actividad del hospital haya decaído porque ellos no estaban o porque no se encontraban durante una cirugía programada. Ese problema no existe, sino que aparentemente lo que se busca es encubrir las deficiencias del sistema público a partir de la acusación de los cirujanos. A través de los medios de comunicación, han sido planteados ante la sociedad de Chubut como unos irresponsables que no cumplen con sus horarios estipulados en el contrato.

P:—¿Entiende que la situación se debe a la difusión que le dieron los medios o bien a una decisión del Estado?
R.T:—El Estado es el que provoca la acción a tal punto que hay una denuncia penal contra ochos profesionales. Los medios sólo han informado el problema. Lo que ocurre es que cuando la información oficial trasciende se trata de hacer caer toda responsabilidad en los médicos, mediante una cuestión falaz que se vale de un incumplimiento teórico. Si se quiere juzgar a un cirujano, se debería decir si hace bien o no su función en el trabajo.

P: —Desde el Estado plantean que algunos cirujanos habrían realizado operaciones en clínicas privadas durante el horario que deberían cumplir en un hospital público.
R.T:—Se trata del detonante legal. Ahora bien, lo que no dicen es si el contrato de trabajo les permitía –por una cláusula de encaballado- hacerlo y, al mismo tiempo, tampoco comentan si los profesionales tenían durante el horario alguna función. Hay que tener en cuenta que no se puede tener a un profesional altamente capacitado ocioso para cumplir un horario en el cual no tenga nada para hacer. Es una persona que tiene que producir y estar al servicio de la comunidad. Lo que debería plantearse -en caso de que suceda- es si una persona no estaba en su lugar de trabajo cuando debía atender a un paciente. Eso no apareció durante este tiempo de hostigamiento.

P:—¿La denuncia carece de sentido común?
R.T:—Algo tiene que haber motivado la investigación para saber quién está o no en determinado momento sin tener en cuenta qué es lo que está haciendo. No se entiende el motivo del Estado para buscar esas situaciones. Al mismo tiempo, en término generales las remuneraciones en los hospitales nunca son suficientes para poder trabajar exclusivamente a ese nivel. Además, la renuncia de los profesionales forma parte de una respuesta masiva que da cuenta que se está haciendo un bien social en el hospital y que no se trata de un empleado común. Todas estas cuestiones llevan a que la situación carezca lógica.

P.—A partir de estas renuncias, ¿corre peligro la atención en el sistema público?
R.T:—Sin duda. Viendo el problema desde afuera, no podría entender que la sangre llegue al río. Por lo tanto, supongo que no se va a llegar a una situación extrema, ya que entiendo que en algún momento las partes deberán sentarse a dialogar y ponerse de acuerdo sobre las funciones. Si llegara a cumplirse la renuncia masiva de todos los cirujanos de la provincia, la población se encontraría ante un gravísimo problema. Sería una situación caótica. Estoy seguro que se va a solucionar antes.

P:—Lo que sucede en Chubut, ¿es un caso aislado a nivel nacional?
R.T:—Es absolutamente inédito con relación a los motivos que provocan el conflicto y en cuanto a la dureza por parte del Gobierno. Nunca se ha tenido una zona de conflicto como la que se ha materializado ahora. No hay antecedente en el país de un hecho que haya provocado la renuncia masiva de los cirujanos.

P:—El Gobernador puso énfasis en que la Justicia será la encargada de determinar la situación. Por lo que habla con los profesionales, ¿ve factible que pronto se solucione?
R.T:—La lógica es que tanto por parte del Gobernador como de los cirujanos va a tener que haber un entendimiento real y definitivo. La realidad es que hay que sentarse a conversar y ver cuál es el problema. Contratos iguales a los de Chubut existen en todo el país, sin embargo es el único lugar donde se desató este conflicto. Algo diferente ha ocurrido.

P:—¿Es posible que los cirujanos tomen la decisión de trabajar en otras provincias?
R.T:—Puede ser, pero lo que tengo entendido es que se van del sistema público. Es decir, se perjudicaría exclusivamente a las personas más pobres que no cuentan con seguro social y prepagas para atenderse.

P:—Se hace mención a la búsqueda de profesionales de otros lugares del país.
R.T:—En la práctica, es una situación absolutamente inviable por varios motivos. En primer lugar, porque nadie cambia en un país tan grande como lo es la Argentina de una provincia a otra con facilidad. Hay factores familiares, ambientales, sociales y económicos que hacen que cada persona se afinque en determinado lugar. Por lo cual los escasos casos de oferta serían personas que todavía no se han afincado, que aún no han logrado un prestigio profesional en su medio de trabajo y que tienen una necesidad económica. Es decir, se trata de un combo explosivo y muy peligroso para la población. Chubut se merece los cirujanos que tiene actualmente. En segundo lugar, suponiendo que hipotéticamente un profesional capacitado quisiera cambiarse de lugar en estas circunstancias, como la Asociación Argentina de Cirugía declaró zona de conflicto, esa persona sería sancionada moralmente por lo cual se trata de un arma disuasiva muy importante para cualquier cirujano que sea miembro de la institución. La peor vía es buscar una solución de ese tipo.

 

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