EL ESPECIALISTA RECALCÓ QUE TODOS LOS SECTORES DEBEN PONERSE DE ACUERDO PARA ENFRENTAR EL IMPACTO EN LAS PROVINCIAS

Gadano: “Hay que bajar los costos en el sector hidrocarburífero”

GadanoPor Mauro Fernándes – “Es una mala noticia para las provincias petroleras”. Esas palabras expresó a El Diario, Nicolás Gadano, economista, especialista en la industria hidrocarburífera, ex técnico de YPF y Repsol, y autor del libro “Historia del Petróleo en la Argentina”, al analizar el impacto que provoca -principalmente en Chubut, Neuquén y Santa Cruz- la caída del precio del barril de crudo. En los territorios más afectados, el investigador del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) recalcó que las empresas, los sindicatos y los gobiernos locales deben ponerse de acuerdo para “ajustar los costos a la nueva realidad”.

P: -¿Cuáles son los efectos que impactan en la baja del petróleo?
NG: -Hay varios que se han potenciado. En el sector de hidrocarburos se venían manejando precios muy altos respecto de la medida histórica, por ejemplo, con un barril de crudo a más de 100 dólares. Esa situación generó incentivos para explotaciones nuevas que, a partir de la aplicación de tecnología, permitían extraer petróleo en formas y lugares donde antes no era posible. El caso más conocido es lo que ocurrió con el shale en Estados Unidos, donde se pusieron en producción varios yacimientos para sacar el hidrocarburo de la roca madre. Ese escenario significó que durante muchos años comenzara a aparecer una gran oferta adicional de crudo y de gas. En la medida que Estados Unidos -junto con otros países- avanzaba en términos productivos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) –la cual jugó durante mucho tiempo como reguladora de la oferta- recortaba su propia producción. En 2014, la OPEP decidió no seguir bajando la producción y su market share. El cambio en la oferta -impulsado principalmente por Arabia Saudita- desplomó los precios porque significó que si nadie ajustaba la producción a la baja, había un excedente fenomenal, situación que provocó que los stocks llegaran a máximos históricos. Los mercados tuvieron que ajustarse en la forma estándar que muestra la microeconomía tradicional, lo cual implica que ante un exceso de oferta tienen que bajar los precios. Eso se produce hasta que se limpie a la oferta de manera tal que se establezca un equilibrio.
Al mismo tiempo, en las últimas semanas se agregó que del lado de la demanda comienzan a haber problemas que no son específicos del mercado del crudo, como lo es el escenario de la economía mundial (principalmente China y países emergentes) que al registrarse una baja de la estimación de crecimiento lo que ocurre es que todas las commodities mundiales –incluyendo el petróleo- bajan de precio por una percepción de caída de la demanda de los bienes. El mercado de crudo está afectado –lo cual también impacta en los derivados y el gas- por un aumento de la oferta que no tiene el tradicional mecanismo de ajuste que era la OPEP y, además, por un debilitamiento de la demanda. Son dos fenómenos que inducen bajas de precios.

P: -¿Se llegó a un piso?
NG: – A corto plazo es muy difícil saberlo. Dentro de la producción de petróleo está la convencional, que es muy barata porque en algunos países de Medio Oriente hay reservas que son productivas y en las que es más fácil sacar el mineral. Hay otras reservas que son más caras, como las offshore, el convencional más viejo o las no convencionales. Como los países emergentes están pocos desarrollados en términos de, por ejemplo, motorización y como crecen con una elasticidad fuerte con relación a la energía del producto, esos lugares van a seguir demandando.

P: – ¿Cómo impacta en la Argentina?
-En el país se da una situación paradójica. La Argentina está en una situación de déficit energético, lo que quiere decir que en la balanza comercial es importador neto de energía. Si la energía baja de precio es una buena noticia, de hecho se está viendo lo que se denomina la mejora de los términos de intercambio (los precios de lo que se importa se abaratan y, entonces, se gasta menos en divisas). Como además se dan subsidios para que el precio interno no sea tan alto, también impacta favorablemente en el déficit fiscal. Esas dos cuestiones repercuten en el corto plazo y a nivel de la economía agregada. Ahora bien, para la industria y las provincias petroleras es una mala noticia, porque significa menos regalías, menos ingresos, salarios que no pueden seguir subiendo y que tienen que bajar. Si los precios se siguen manteniendo muy bajos, la industria argentina también se tendrá que adaptar.

P: -¿Las provincias más afectadas son Chubut y Neuquén?
NG: -Sí, y también Santa Cruz. Así como en el momento de las vacas gordas fueron las que más se vieron beneficiadas, ahora son las que más sufren pero con rasgos distintos. En Neuquén, depende de cómo se logre acomodar en la producción del shale, ya que allí se ha invertido mucho dinero en Vaca Muerta. En Chubut, está el problema de las características del crudo, el cual presenta menos posibilidades de que sea refinado en la Argentina y, entonces, debe ser exportado en un contexto donde en el mercado se registran precios muy bajos. En ambas provincias el impacto es fuerte.

P: -En algunas provincias -entre ellas Chubut- se habla de la pérdida de fuentes de trabajo.
NG: -Frente a un shock negativo, si no se da un ajuste con flexibilidad de los propios precios, el ajuste se termina dando por el lado de las cantidades. Las empresas de servicios, sindicatos y el gobierno tienen que aportar cada uno lo suyo para que los costos bajen de manera tal que sean rentables para producir. Si todos quieren seguir ganando lo mismo que cuando el barril estaba a 100 dólares, en algún momento el efecto va a ser que se deje de producir, que se bajen los equipos y el empleo. La única forma que no se afecte el empleo, las cantidades y la inversión, es que haya flexibilidad para ajustar los costos a la nueva realidad.

P: – Según lo que usted plantea, es fundamental la voluntad de todos los sectores.
– Claro. No es posible que se diga que es un problema de las empresas porque ganan mucho dinero. Tampoco nadie podría pretender que el ajuste se vea reflejado en el sueldo de un obrero. Si los sectores no se ponen de acuerdo para acomodarse a la nueva realidad, todos van a salir perdiendo. Hay que entender que el problema es real y no se trata de un verso de las empresas para sacarle dinero a los sindicatos, porque es evidente que los precios cayeron. Al mismo tiempo, el impacto también se da en los sectores que de manera indirecta viven del sector. Se tiene que registrar una reacción rápida en la economía que está vinculada de forma directa o indirectamente al sistema petrolero, así se puede continuar con la producción y la venta, aunque sea a precios más bajos.

P: -“El precio del crudo a 63 dólares en el mercado está garantizado hasta el 10 de diciembre”, dijo el gobernador de Chubut, Martín Buzzi. ¿Coincide?
-Falta muy poco hasta el 10 de diciembre. Es bueno y ayuda a las provincias petroleras a que haya una transición, para que todavía no se sienta el precio pleno. Pero tampoco se puede pretender que los precios en la Argentina sigan siendo más altos que en resto del mundo. Me parece que puede llegar a ser un engaño.

P: -A nivel interno, ¿los precios van a tener que bajar?
-Si los precios continúan en el plano mundial como están actualmente, en el corto plazo (2016 y 2017) es difícil que la Argentina permanezca sistemáticamente tan por arriba, porque significa un enorme costo para otros sectores de la economía. Es positivo amortiguar, pero no puede ser una cuestión permanente. Lo que se observa en el mundo es que los costos empiezan a desinflarse porque es la única manera de acomodarse a la realidad. Se podría mantener un precio interno más alto, pero hay un montón de vínculos entre la industria y el resto del mundo, porque –por ejemplo- hay un tipo de crudo que no se procesa en el país y se exporta, como ocurre también con determinados derivados. De una u otra forma, los precios bajos se van a colar en la Argentina. Entonces, hay que estar preparado y hay que evitar que la situación pegue en el empleo y en la producción, para lo cual todo el sistema tiene que tomar conciencia de que hay que bajar los costos.

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