LOS EX POLICÍAS ACUSADOS DE MATAR A ANTILLANCA INCREPARON A LOS JUECES Y FISCALES

Momentos de tensión en la audiencia al conocerse el fallo

2Luego del cuarto intermedio que realizaron los Jueces que integraron el Tribunal que condenó a los cuatro policías, algunos de ellos pidieron la palabra para manifestar su inocencia. Sin embargo la previa de ese momento como el transcurso de sus declaraciones, fue muy tensa por el nerviosismo que tenían los efectivos.
Minutos antes de que el Tribunal volviera a la sala el comisario Carlos Sandoval se dirigió a la abogada querellante y le dijo “no soy la persona que usted dice, algunos acá me conocen y saben quien soy yo. Saben el respeto que tengo por las personas. El mismo respeto por el cual me callé todos estos años y dejé que se dijeran muchas cosas”.
Dijo también que “ahí en la Sargento Cabral, viven mis papás de 80 y 75 años. Vaya y díganle que estuvieron criando a un encubridor de asesinos. A mi esposa, a Pablo y a Julián que son mis hijos, no son hijos míos pero yo los crié, viven conmigo, vayan a decirles”.
“¿Doctora nunca te dijeron quien era Argüello no? Nunca les dijeron que pasó con la declaración que tomó Williams, nunca aparecieron. Nosotros no vamos a hacer nada, no vamos a ir a golpear puertas ni a gritar a la calle, tenemos ética por eso nos vamos a quedar callados. Mucha gente nos conoce que les digan quien soy”, señaló y agregó visiblemente conmocionado “que les sirva de algo”.

Desalojan la sala

Una vez que se hubo reanudado la audiencia, el Tribunal dio la posibilidad a Jorge Abraham para que haga uso de la palabra. Sin embargo antes de que pudiera empezar se vivió una situación de tensión con Solís y Córdoba, y sus familiares que finalmente fueron desalojados de la sala.
Entre otras cosas Solís y Córdoba les gritaron a los jueces diciendo que “ya nos cagaron. Están condenando gente inocente”. Solís aseguró que “no nos permitieron defendernos, no nos permitieron traer al agente Gamboa” y ante el pedido del juez Barrios de que hiciera silencio le gritó “no me voy a callar, ¿me vas a condenar a treinta años más?”. Mientras Córdoba les gritaba “no tienen huevos”.
“¿Qué querés que te escuche? Me vas a dar cadena perpetua, pena de muerte, nos prohibiste el derecho a la defensa, el agente estaba en la casilla y nos vio y no le permitiste venir, le creíste a una mina que vende falopa”, gritó Solís.
En ese momento los policías presentes en la sala intentaron primero calmar los ánimos y luego sacar a Solís de la sala, sin embargo éste se negó a salir, mientras los familiares gritaban desde la parte de atrás de la sala.
“Barrios vos tenés que buscar la verdad, no creer las mentiras que dijo ésta”, dijo Solís apuntando a la Fiscal Moreno, mientras Córdoba espetaba que “busquen a los culpables, no a perejiles para condenar para darle algo a este viejo”, por César Antillanca.
Una vez calmados los ánimos, el Juez Barrios le dio la oportunidad a Abraham y a Solís de hablar en su defensa y mencionaron pruebas que no fueron presentadas y partes de un video que no fueron exhibidas que podrían –según explicaron- ahondar en su defensa.

“Chubut puede gritar Justicia”

Ayer por la tarde tras una marcha por las calles de Trelew, la Comisión Contra la Impunidad en Chubut difundieron un comunicado en el cual dieron detalles de la audiencia y la condena y expresaron que “luego de cinco años de porfiada lucha, de incesante movilización, de la cabeza y el corazón puestos en generar acciones con la mayor creatividad posible, el pueblo de Chubut puede gritar JUSTICIA con lágrimas de alegría y no sólo de dolor”.
Lamentaron que “en la audiencia de lectura de la sentencia no faltaron amenazas ni puñetazos a Jorgelina Domínguez, una de las testigos claves del caso. Este clima de intimidación ocurrió frente al tribunal y el público presente y motivó la inmediata denuncia ante el Ministerio Público Fiscal”.
Resaltaron que “es importante destacar que la credibilidad de los testimonios emana de su congruencia con diferentes pruebas científicas. Daiana Monsalve relató cómo los efectivos policiales golpearon a Julián, indicando algunas partes del cuerpo específicas en las que propinaron esos golpes, lo cual fue verificado en la autopsia. El testimonio de Jorgelina Domínguez no sólo permitió identificar – en rueda de reconocimiento – a Martín Paúl Solís como quien arrojó el cuerpo sin vida de Julián del móvil policial, sino que además pudo reconocer el patrullero en el que luego una pericia científica encontró rastros genéticos de Gonzalo Julián Antillanca”.
Desde la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia en Chubut “queremos destacar el intenso trabajo tanto de la fiscalía como de la querella en el marco del debate y así también del Servicio de Asistencia a la Víctima. Asimismo, agradecer profundamente a todas las organizaciones y personalidades que hicieron manifiesto su apoyo y acompañamiento a la familia Antillanca, a nuestra organización y al pueblo de Chubut”.
Aseguraron que “sin dudas creemos que este fallo es histórico para Chubut, la provincia de la impunidad. Somos la provincia de la impunidad, porque la desaparición forzada de Iván Eladio Torres, que llegó a motivar la primera condena al estado Argentino por una desaparición forzada desde la restauración de la democracia, no sólo sigue impune en la justicia local – al igual que los homicidios de los 7 testigos de la causa – sino porque todos los imputados aún trabajan en las filas de la policía de Chubut”.
Criticaron que “somos la provincia de la impunidad, porque tuvieron que pasar 4 sentencias judiciales que intimaran al poder ejecutivo a exonerar a dos policías que participaron de la violación a un menor en una comisaría, para que el gobernador se dignara a desistir del delito de desobediencia”.
Y remarcaron que “somos la provincia de la impunidad, porque los dos casos de violencia policial más emblemáticos de los últimos años (Antillanca y Almonacid) – ambos con 2 testigos asesinados -, la primera vez que llegaron a juicio terminaron en aberrantes absoluciones”.
Indica el comunicado que “somos la provincia de la impunidad porque hace 5 años tenemos homicidios a golpes como el de Julián, homicidios en comisarías como los casos de Ángelo Vargas y Mauro Castaño, asesinatos de testigos como César Monsalvez, Bruno Rodríguez Monsalvez y Sergio y Matías Aballay, violaciones en comisarías como en el caso de Maxi Almonacid”.
“Y somos la provincia de la impunidad porque las detenciones arbitrarias amparadas en legislación inconstitucional se han disparado a niveles incluso superiores a los de otras provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, sin que exista respuesta de ninguno de los tres poderes del estado”, lamentaron.

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