Al menos 40 civiles, y 20 policías y militares fueron las víctimas fatales de una seguidilla de ataques suicidas en el norte de la península egipcia del Sinaí, que fueron reivindicados por la milicia Wilaya Sina, leal al Estado Islámico. El ejército egipcio aseguró haber abatido a unos 30 jihadistas. Esta cadena de ataques tiene lugar dos días después de que fuera asesinado el fiscal general, Hisham Barakat, en un atentado con coche bomba en El Cairo, y de que en las últimas 24 horas se registraran otros ataques menores en la capital. Según la edición en árabe del estatal Al Ahram, los enfrentamientos se desataron cuando los yihadistas de Wilaya Sina atacaron varios puestos militares en la ciudad de Sheij Zuweid, en el norte de la península. El portavoz del Ejército egipcio, Mohamed Samir, informó que las dos principales bases del grupo fundamentalista aliado al EI en el Sinaí habían sido destruidas y la aviación egipcia estaba bombardeando posiciones menores. Los hospitales de las ciudades de Ismailía y Port Said, en el Canal de Suez, fueron puestos en alerta para recibir heridos, debido a que la capacidad del hospital de El Arish estaba desbordada, y ya habían remitido veinte ambulancias a la zona de enfrentamientos. Wilaya Sina reivindicó el asalto por medio de una declaración por Internet, en que destacaron que «los leones del califato atacaron de forma simultánea más de quince posiciones del Ejército apóstata».