Luego de reiteradas reuniones entre referentes del Sindicato de Trabajadores Judiciales del Chubut y el gobierno provincial, finalmente se acordó el pago de los sueldos adeudados de 2014 en una serie de seis cuotas que se acreditarán desde agosto del corriente hasta enero de 2016.
El conflicto surgió en el marco de las protestas realizadas por los trabajadores judiciales, que se suma a la difícil situación que atraviesa el Poder Judicial, cuyos fondos dependen actualmente del Poder Ejecutivo, que no le ha aprobado un presupuesto por tercer año consecutivo.
“La primera cuota del total de seis se pagará en agosto. A la deuda, que pertenece a un año tributario vencido, no se le aplicará descuento por Ganancias. Lo que sí esperamos que se defina pronto es la variable de ajuste que se va a aplicar, si va a ser la que quiere el Gobierno, que es una tasa mensual fijada por el Banco Nación por moras de cualquier deuda, y la otra es la variable que nosotros necesitamos realmente, que se define por los distintos porcentajes de aumento que tuvimos desde 2014 hasta la fecha”, explicó Omar Quintero del Sitrajuch.

En campaña

En definitiva, “la posición que tiene el gobierno de la provincia es que, debido a los ingresos que tiene cada uno y atendiendo el hecho de que es una deuda de salario, se paga como una cuestión solidaria y lógica primero a los empleados en menos cuotas (seis), en diez cuotas a los magistrados porque tienen más ingresos, y en doce a los ministros”, preciso el dirigente sindical quien sostuvo que “lo que al gobierno le interesa es no tener a un sindicato movilizándose durante los meses de campaña (electoral). Estamos expectantes”.

Sin disculpas

Consultado sobre si recibió algún tipo de disculpas por parte de Víctor Puchi, el conductor que lo atropelló durante la movilización del 17 de junio, Quintero sostuvo: “No tuve ningún tipo de comunicación. Yo esperaba algún mensaje o algo. Por una decisión personal decidí no hacer nada por mi parte. El sindicato ha puesto un representante legal por el hecho de que lo que se ha embestido es la figura, no la persona. La figura no puede quedar en nada porque si el agresor me dice “disculpame, fue una mala reacción, me enojé”, es una cosa. Pero si esto no se atiende, se le daría rienda suelta a que cualquiera atropelle a alguien que esté realizando una protesta en la calle y no pase nada. Sinceramente, me hubiese costado tomar la decisión de que el sindicato fuese por esta vía, si la persona al menos me hubiera pedido perdón; yo entiendo que esta persona es una víctima más, porque si el gobierno hubiese cumplido lo que tenía que cumplir, yo no hubiera estado en la calle ese día. Yo no sé lo que le pasó o por qué reaccionó así, pero él se tendrá que hacer cargo y esto lo resolverá la Justicia y el Sindicato como querellante. Para mí es un caso totalmente cerrado. Gracias a Dios no lo he visto por acá. Si hay algo que tengo para criticarle es la falta de ser humano. La verdad es que si yo hubiera sabido que su reacción iba a ser la de llevarse por delante a quien tenía enfrente, en tono desafiante, lo dejaba pasar apenas lo veía. Por mi parte, agradezco que estoy entero”, indicó.