Funcionarios y empresarios del sector sugieren aumentar la participación de alcohol en las naftas. Sostienen que generará cadenas de integración de productores e industrias, aumentará la oferta de naftas y le ahorrará divisas al país. Para ello, las automotrices reforzarán ensayos en vehículos con un 12% de bioetanol.
Las importaciones de naftas representan un serio dilema a solucionar en la Argentina. Por eso ya desde hace tiempo, la desarrolladora de negocios Prospectiva 2020 viene reuniendo a funcionarios y empresarios de la industria para debatir sobre el aporte del bioetanol en la matriz energética nacional. El principal tema de discusión es definir la ecuación técnica para aumentar la participación del biocombustible derivado del maíz en las naftas que se venden en surtidores en los próximos años.
Hoy, cada litro de Súper o Premium contiene entre un 4% y un 6% de bioetanol. Manuel Herrero Rosas, representante de la Secretaría de Energía, confirmó que el objetivo de su área es el aumento del corte hasta llegar al 12% este año. Y anticipó que las automotrices que pertencecen a la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) realizarán más ensayos en vehículos con ese porcentaje de carburante orgánico. “Ninguna de las empresas automotrices radicadas en el país objeta el corte del 10%; es por eso que ya estamos en condiciones de impulsar el aumento hasta ese porcentaje”, destacó.

Buscando soluciones

Según las proyecciones de la Secretaría de Energía, en los primeros nueve meses del año se compraron fuera del país 343.000 metros cúbicos (m³) de naftas por u$s 286,6 millones, a un promedio de 38.150 m³ por mes. Por eso el objetivo principal del Gobierno es reemplazar parcialmente la importación de naftas a través de un mayor consumo de bioetanol procesado en el país. “El bioetanol es generador de cadenas de integración entre productores e industriales y valor agregado, aumenta la oferta de naftas y le ahorra divisas al país porque sustituye exportaciones”, sostuvo.
Javier de Urquiza, director nacional de Promoción del Ministerio de Planificación, explicó que el Gobierno busca diversificar la matriz energética. Por ese motivo se proyecta aumentar el corte hasta el 10% y el 12%.
El incremento del corte de bioetanol hasta el primer porcentaje implicará una demanda de 58.000 metros cúbicos mensuales (m³/mes) del carburante orgánico, según las proyecciones que manejan los especialistas. “El año que viene, la capacidad de las 14 plantas disponibles será de 850 millones de litros, por lo que habrá oferta disponible en el mercado local”, aseguró Manuel Ron, presidente de BIO4.
Entre los beneficios de la industria del bioetanol a partir de maíz, Ron también destacó la mejora de la ecuación económica del cultivo, lo que estimula la rotación agrícola y favorece la sustentabilidad. “Es conveniente que todos los actores, públicos y privados, involucrados en estas cadenas de valor realicen un esfuerzo por alinear sus intereses a los efectos de poder lograr una estrategia sustentable de provisión de bioetanol a la matriz de la Argentina”, subrayó el ejecutivo.
En la misma línea, Oscar Rojo, presidente de Cámara de Alcohol, se refirió al bioetanol de caña de azúcar y explicó el cambio de paradigma que atraviesa la producción azucarera. “El bioetanol brinda rentabilidad, estabilidad y productividad, y la actividad está evolucionando de productora de azúcar a productora de energía”, indicó.
La actual situación energética de la Argentina presenta una oportunidad importante para actividades como la producción de bioetanol, ya que estos combustibles pueden incorporarse rápidamente a la matriz energética, que enfrenta una fuerte demanda como consecuencia del crecimiento de la economía en los últimos años. Así lo sugirió Esteban Fernández Medrano, director de Porspectiva 2020. “La incorporación del bioetanol permite mejorar la balanza comercial energética de la Nación”, comentó el economista.

Déficit energético

De acuerdo con los números que maneja el mercado, al duplicar el cupo de bioetanol en los surtidores se podrían reducir a la mitad los costos de las importaciones de combustibles y, sobre la base de los números de este año, disminuir el déficit energético que atraviesa el país por la salida de divisas.
“La Argentina no tiene oportunidad alguna si no crece a partir del sector agroindustrial y de alimentos”, sentenció Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados, quien además se refirió a la importancia del bioetanol para el futuro y destacó el rol de la industria del bioetanol por su gran capacidad de promover el valor agregado en origen, diversificar la matriz energética y reducir el déficit en materia energética por la sustitución de importaciones. “Vamos a apoyar el aumento del corte de las naftas con bioetanol y apuntalar las inversiones que está realizando el sector”, afirmó Domínguez.
Otro funcionario presente en la conferencia fue Lorenzo Basso, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, quien también se refirió al aumento del corte de las naftas con bioetanol y señaló su importancia por el trabajo que éste produciría. “La distribución de las fábricas en las provincias nos permite generar empleos, además de integrar a los pequeños y medianos productores agropecuarios”, enfatizó Basso. Desde su Secretaría afirman que se hacen esfuerzos en distintos ámbitos internacionales para mostrar que no hay contradicción entre alimentos y energía.
Previamente a la exposición de ambos funcionarios, Carlos Magariños, director general de Prospectiva 2020, se refirió al crecimiento de la participación del PBI de las naciones emergentes en relación con la pequeña participación de sus empresas en los mercados mundiales de capitales. También destacó el surgimiento de una clase media global que representará una oportunidad de negocios para la Argentina. “Para nosotros es importante que tanto lo público como lo privado se puedan juntar para seguir creciendo y es clave avanzar en los marcos regulatorios para promover la investigación y la inversión”, apuntó Magariños.

Grandes beneficios

Carolina Bondolich, economista de la Fundación Argentina para el Desarrollo (FADA), presentó una investigación donde se estudiaron las contribuciones económicas y sociales de la cadena de bioetanol. Destacó que la derivada del maíz genera más de 4.800 puestos de trabajo directos e indirectos, con una masa salarial de $ 336 millones. “La importancia de la cadena de bioetanol se refleja también en los u$s 900 millones de inversión productiva y en los u$s 580 millones que el sector aporta al fisco”, explicó la economista. Además, el trabajo analizó el impacto para el fisco si el maíz no es exportado y se industrializa. “Si comparamos la industrialización del maíz con su exportación, vemos que la primera genera mayores ingresos y más estabilidad fiscal. Durante agosto de 2013, producir bioetanol a partir de maíz generaba $ 160 más por tonelada para el fisco que lo recaudado por derechos de exportación”.
Jorge Antonio Hilbert, Investigador del INTA, planteó que un gran desafío es la integración de la producción con los criterios de sustentabilidad económica, social y ambiental. “Tenemos que considerar los sistemas de bioenergía como una oportunidad de diseñar agroecosistemas productivos que agreguen valor”, agregó Hilbert.
Por su parte, Mónica Vázquez, gerente de Servicio Técnico de YPF, se refirió a la calidad de los biocombustibles y subrayó que su utilización aportó más sostenibilidad en sus productos y menos contaminación. “La incorporación de los ‘bio’ ha hecho los combustibles más amigables con el medio ambiente. Después de cuatro años de implementación, considero que el programa es todo un éxito”, destacó Vázquez.
Martín Fraguio de Maizar mostró la reciente evolución del bioetanol en Brasil. El país vecino cuenta con los dos tipos de productos: anhidro nafta y el hidratado puro. Propuso que la Argentina debe desarrollar el mercado de bioetanol hidratado. Al mismo tiempo, remarcó que la relación que existe en la industria automotriz de Argentina y Brasil permite pensar en un lanzamiento de autos flex fuel en el mercado local. (Fuente PPGQ&E)