El presidente de la Sociedad Rural del Valle, Javier Trucco, advirtió que la presión tributaria hace insostenible la continuidad de muchos establecimientos. Alertó que es diario el cierre de campos en la zona de la Meseta.
«Hubo muchas negociaciones con las autoridades. Una de las alternativas que nos hicieron fue entrar en un convenio de lo que llaman responsabilidad gremial, pero el gremio no está de acuerdo y se está negociando. Pero tampoco tenemos muy claro si eso significará un real beneficio para el productor», relató Trucco sobre la situación que atraviesan los ganaderos de la provincia frente a costos que estiman elevados.
Asimismo, precisó el presidente de la Rural del Valle que «lo que estamos pidiendo es una reducción directa porque no es posible que alguien que trabaja en blanco en un lugar muy afectado y donde no hay rentabilidad, como la meseta, se lo castigue cuando quiere tener un empleado en blanco como corresponde con cargas sociales que son impagables».
En este sentido, detalló por ejemplo que un empleador debe afrontar el pago de zona desfavorable, lo que no cuestionó, pero «ahora el empleador que invierte tiene que pagar más porque las cargas sociales en plena Meseta Patagónica son mucho más altas que en Capital Federal. Por lo menos un 20%».
De esta manera, «frente a esta situación que se viene dando hace mucho tiempo -relató Trucco- pedimos una reducción por zona como se hizo en la década del ’90 que era una reducción en las cargas sociales que en la Meseta fue del 75%».
El ruralista apuntó en Fm El Chubut a la existencia de «un combo perfecto para perjudicar las economías regionales». Agregó que «hay un tipo de cambio atrasado para todos los productos exportables, una alta inflación con lo cual la producción que se vende una vez al año está muy afectada, muy alta presión impositiva ya sea desde los impuestos habituales a los bienes personales. Y además las cargas sociales van aumentando y una zona alejada con riesgos de trabajo más costosos».
En definitiva dijo Trucco que «todo esto hace que la producción en la Meseta sea cada vez más difícil. Y cada día se cierran más campos porque es imposible mantenerlos, porque hay que poner dinero desde afuera simplemente para mantenerlo bien».
La concreción de un crédito por la Ley Ovina implica un trámite de entre seis meses y más de un año y «hay necesidad de préstamos ágiles para capital de trabajo, que es lo que no existe en este momento».
«La expectativa es esperar un cambio de política económica que beneficie a las economías regionales», concluyó Trucco.