El Servicio Protección de Derechos trabaja a diario con chicos que presentan distintas dificultades, que muchas veces discontinúan el colegio o que no tienen capacitaciones y busca darles las herramientas necesarias para que se incorporen a la sociedad de la mejor manera.
La titular del área Marta Da Silva y su equipo de trabajo se esfuerzan para que los chicos continúen con sus estudios, les brindan capacitaciones laborales y elaboran posibilidades de empleo.
“Uno de los problemas que generó tanta desocupación es haber perdido la cultura del trabajo, por esa razón, hay que recuperar eso y cuando se consigue un trabajo no hay que fallar, hay que cumplir, y en esa ideología trabajamos” indicó Da Silva.
Recuperar una cultura de trabajo, recuperar la capacitación que el trabajo brinda, ya que haga lo que se haga, desde limpiar una oficina, atender un teléfono, escribir una nota, llevar cosas de un lado para otro, requiere ciertas formalidades aunque parezcan “absurdas” o “insignificantes”.
Da Silva contó que las capacitaciones van “desde el saludo formal, decir ‘buen día’, llegar a horario como corresponde, reconocer quiénes son los superiores, quiénes son los compañeros, cómo manejar el contacto personal, etc., todo eso implica mantener una relación laboral”.
Hay que estimular a los chicos para que no dejen su educación que corresponde en la escuela formal. “Lo estamos haciendo”, dijo Da Silva, que además comentó que han conseguido el aval del municipio con un pequeño grupo de chicos. Llevan pocos meses en este proyecto pero están contentos ya que se están cumpliendo las metas día a día que eso es lo más importante en estos casos. Algunos están en Veterinaria, otros en Turismo y en el Vivero Municipal que diariamente produce verduras saludables para el consumo de la comunidad.
Por parte, desde el Área de Protección de Derechos acompañan constantemente y siguen de cerca los casos particularmente de cada chico, en conjunto con los responsables de esos lugares ya que esto conlleva que estén conectados. “Estamos contentos y los chicos también”, afirmó la Da Silva.
“Nosotros hemos intentado que los lugares sean lugares receptivos, que le puedan dar capacitación a los chicos y puedan estar dentro de las cosas que les gustan”.
Ocho son los chicos que se encuentran en esta situación actualmente, con la idea de seguir sumando ya que esto recién empieza. Hay que tener en cuenta el comportamiento, el aprendizaje, las necesidades, porque también hay que tener en cuenta que ellos quieran hacer otra cosa o conseguir otro trabajo, entonces cambiarían sus rumbos ya que esto es solo una ayuda y no una obligación.