Para la Real Academia Española, el “filibusterismo” es una “técnica específica de obstruccionismo parlamentario, mediante la cual se pretende bloquear la aprobación de una ley o acto legislativo gracias a un discurso de larga duración”. Es eficaz en los sistemas parlamentarios en los que los representantes de la voluntad popular no tienen fijado un tiempo límite para intervenir, y ha tenido significación histórica en algunos momentos de la vida parlamentaria de algunos países.
Las reglas son muy simples: un congresista puede hablar lo que desee siempre que no se siente o se detenga. Normalmente, se suelen leer en voz alta libros de recetas, novelas, hasta que se pospone la sesión. Lo que diríamos en la jerga, una “chicana dilatoria”
A qué viene toda este explicación? Es que la interpelación del ministro de Salud, Manuel Corchuelo Blasco se interrumpió intespestivamente al ser acusado precisamente de “filibusterismo”.
Resulta que coincidentemente o estratégicamente, según quien lo cuenta, el oficialismo armó todo como para que los legisladores que arrancaron a la mañana trabajando en Comisiones y siguieron al mediodía con la sesión ordinaria, llegaran a la tan esperada interpelación del Ministro nada menos que a las 11 de la noche, cuando llevaban transcurridas ya casi catorce horas de trabajo. No sólo eso, sino que el funcionario se acomodó como para quedarse hasta el amanecer con pizarra y ayudas memoria en mano, transcurriendo las dos primeras horas de palabrerío con nutrida verba apocalíptica, interpretaciones libres del sistema y las políticas posibles, y sobre prolongando todo el nostalgioso halo setentista al que apela recurrentemente.

Los dasnevistas se enojaron mucho por la presunta “avivada” de Corchuelo Blasco, que quienes lo conocen en este último tramo de su función pública dicen que no es tal, sino que se trata tal vez de un pecado de elocuencia, donde el doctor en esta etapa socializa y verbaliza tal vez demasiado cosas que requieren de más hechos y menos palabras.
Un caso histórico famoso parecido pero diferente al de “Maní” Corchuelo Blasco, fue el de Catón el Joven, de quien se decía que era capaz de hablar durante días enteros con tal de frenar las iniciativas legislativas de Julio César. Por extensión se ha denominado “filibusterismo” a cualquier forma de obstruccionismo parlamentario o de interpretación interesada de los reglamentos y usos parlamentarios que resulte favorable a un bando.

Filme zone

En la película Caballero sin espada, 1939 de Frank Capra, el pintón James Stewart hacia uso del filibusterismo para denunciar la corrupción existente, haciendo de su intervención en el senado una maratónica sesión en la que se negaba a ceder el uso de la palabra, amparado por la ley. Alñgo muy parecido a la actuación de “Maní”.
Pero esta película no fue vista por el ministro coordinador de Gabinete, Juan Garitano, que salió a avalar plenamente la técnica del ministro de Salud, que a propósito dicen que la utiliza en las negociaciones salariales también. Por lo menos así lo certificaron públicamente los cirujanos en una oportunidad, y lo confirma el personal sanitario que le escribe carteles con el comprensible texto “No te escucho”.
Garitano aportó un poco más a la maniobra y calificó como “una falta de respeto a la Constitución Provincial, a los principios democráticos y a la misma Legislatura”, el resultado de la interpelación, poniendo el foco sobre los que se hartaron del “filibusterismo” y se levantaron y se fueron.
El cálculo fue sencillo. Eran la una de la madrugada y le habían formulado veintisiete preguntas concretas al ministro de Salud, que hacía dos horas transitaba por memorias heroicas sin alcanzar a esa altura ningún tema sanitario. Por lo que todo indicaba para los diputados rápidos con la calculadora y la sistematización, que según esa fórmula debían multiplicar cada una de las 27 preguntas por 20 minutos de ego, otros 20 de dilación política base más otros 20 por análisis de costos y proyección presupuestaria inexistente de cada tema, lo que daría la insostenible suma de 1620 minutos, algo así como un día y medio escuchando a “Maní”, con lo que concluyeron que “no estaban dispuestos a que los encontrara la víspera de la Navidad en tan confuso trámite”, apuntó una fuente cercana.

Respetos

Garitano defendió a su coequiper aduciendo que “los legisladores tienen el derecho de reclamar la presencia de un funcionario del Estado para que dé explicaciones sobre determinadas cuestiones y es un derecho que tienen los legisladores y los ciudadanos”, pero lo que sucedió al levantarse e irse, “fue una falta de respeto a la institución, a la Legislatura y a la propia Constitución Provincial.
La diputada provincial, Mirtha Romero también cuestionó la falta de respeto pero del ministro de Salud, que haya sido tan tarde y que “lo único que dijo es que los pacientes se mueren, que le produce mucho dolor y que la culpa la tiene la historia y los trabajadores, como siempre, el hilo en esta gestión se corta por lo más delgado”, apuntó.

Politizando la gestión

Increíblemente el ministro de Gobierno ayudando poco y nada a la campaña de Buzzi, no tuvo mejor idea que politizar el paro sanitario también con mala técnica. Primero minimizó la medida de fuerza, que no es la de cualquier sector sino la de uno que es absolutamente testeable por la ciudadanía: nada menos que el servicio público de salud. Al respecto Garitano dijo que se trata del 5% de los trabajadores. “Hoy el 95 por ciento o más están cumpliendo con su tarea, están trabajando en los hospitales. Son muy pocos los que están en una postura de no trabajar”. Con esto pueden pasar dos cosas, o que la medida se amplíe o que alguien salga a demostrar que hay muchas más prestaciones que no se están cumpliendo.
El segundo punto que confrontó tal vez apresuradamente fue el salarial. “El tema paritario está cerrado. Evaluamos la posibilidad de hacer los incrementos y todas las normalizaciones del personal, pero aspiramos a hacerlo en el ámbito de la mesa de negociación de paritaria”, agregando que “la mesa está abierta y los sindicalistas y delegados están invitados a estar en la misma”. Un planteo que se dio en simultáneo con la decisión oficial de imponer el aumento por decreto, dada la negativa gremial de aceptación.
El tercer punto también sonó capcioso: “Permitimos el diálogo, el disenso, siempre con la voluntad de llegar a los acuerdos”, reconociendo que hoy “no tenemos diálogo con los referentes sindicales porque no lo están solicitando, no lo están considerando necesario”.
Una apreciación de Garitano disociada de algunos acontecimientos como la ida del ministro de la mesa de negociaciones hace unas semanas, donde dejó prácticamente hablando solos a los referentes sindicales, aduciendo que había puesto su renuncia por sms, la que posteriormente no fue aceptada por el Gobernador. Un antecedente poco serio que no se puede dejar de tener en cuenta al momento de analizar la cadena de desencuentros que se han ido dando.
En fin, para completar el combo de cinismos, dicen que hubo amenazas de despidos y mensajes encriptados para algunos profesionales y hospitales. Otro paso poco recomendable en épocas festivas donde si algo se debe evitar es atacar algunos de los buenos deseos que lanzamos en las tarjetas Navideñas: léase “Salud, Dinero y Amor” en ese orden. No?

*Soy Juana de Arco, amiga de Juan de la Sota, fiel del Furia, seguidora de la Sombraonline y ceniza de tantos…