Infiltrados

En la mañana de ayer el reclamo que protagonizan los empleados por el pago de los haberes correspondientes al mes de agosto se desvirtuó por completo. Inmiscuidos entre los manifestantes se encontró gente perteneciente a distintos ámbitos, desde personas ajenas al Municipio, miembros de hinchadas de fútbol, hasta desocupados de la intervenida Alpesca. No es la primera vez que ocurre un hecho de éstas características.
El martes de furia, donde los empleados municipales ingresaron al edificio central y los efectivos policiales actuaron de oficio desalojando el lugar, también expuso algunos rostros y actitudes que más que apoyar el reclamo de los trabajadores, buscan agredir y generar caos. El lunes por la mañana, estos mismos personajes se hicieron presentes en el Concejo Deliberante, dividiendo las posturas en dos, a favor y en contra del juicio político. Y como era de esperarse los insultos y las agresiones físicas no tardaron en llegar.

Sudán sudó frío

La historia política de Ariel Sudán, el protagonista de estos días, es corta pero contundente, lo que permite entender también algunos disgustos colectivos. El hombre proviene del sindicalismo como representante del Centro de Patrones de Pesca, y logró un lugar excepcional de representación merced al lugar que le cedió el FpV en una lista a la CGT, espacio que le cedieron a Sudán. Así fue como se convirtió en concejal por la lista que postulaba a Ricardo Lázaro como candidato a intendente y a Carlos eliceche como candidato a gobernador. Pese a entrar por ese segmento, en la primera sesión donde juró como edil, Sudán anunció su pase de bando al sastrismo-dasnevismo. Con esto se ganó en gran medida el repudio de quienes impulsaron su candidatura.
No es un dato menor que además, en su puesto de concejal se ha excusado con diferentes problemáticas de salud en distintas oportunidades claves, donde se debían tratar incluso medidas estratégicas para el Ejecutivo Municipal. El último certificado por ejemplo fue durante el tratamiento del aumento del boleto de colectivo, donde argumentó ataque de pánico o estrés.
Ayer fue uno de esos días, donde el alguna vez ´cinturón negro´ de artes marciales, terminó puesto a prueba en varias de estas contradicciones.

Sudán al suelo

En un marco donde se pide más por el juicio político que por el pago de sueldos, los empleados municipales que se encontraban dentro del Concejo Deliberante pedían por el Concejal del Frente para la Victoria (FpV) Ariel Sudán, cuyo voto resulta estratégico para que se pudiera accionar políticamente contra Sastre. Por eso lo obligaron entrar a la sala de comisiones para que participase de la reunión que se llevaba a cabo con los concejales que se encontraban allí, a fin de conformar la Sala de Acusar. Una vez fuera de su despacho, el cual ‘custodiaban’ distintas personas relacionadas con las agresiones producidas en uno de los cacerolazos, Sudán comenzó a marchar entre los manifestantes rumbo a la sala. En un momento cayó al suelo cinematográficamente, acusando un presunto roce en su oreja de algunos manifestantes, lo que provocó la risa de éstos, quienes le pidieron literalmente que ´se pare´ y ´se fuera a trabajar´.

Problemas de presión

Luego de unos minutos dentro de la sala de comisiones, el edil intentó salir e irse a su casa, ya que sostenía que se sentía mal y no estaba cómodo con lo que estaba ocurriendo. La gente reaccionó de mala manera y, a pesar del derecho a retirarse que posee el legislador, los manifestantes volvieron a ingresarlo al salón empujando, afirmando que de ser necesario le llevarían un recipiente donde evacuar, amenazando que si otra vez se retiraba le darían otra ‘medicina’, en clara amenaza de agresión.
Si bien el primer intento fue fallido, el edil del FpV, insistió una segunda vez, aunque custodiado por dos de sus pares. Alejandra Marcilla y Virginia Menghini, ambas del FpV, quienes accedieron a dialogar con la gente con el objetivo de que les permitieran salir un minuto. Escoltado por una guardia poco usual de féminas, Sudán ingresó a su despachó para luego intentar salir del edificio.

A los tirones

Una vez en su despacho el concejal le pidió a quienes estaban allí que lo resguardasen para que pudiera salir del Concejo. La gente comenzó a insultarlo, su custodia alejaba a quienes intentaban agredirlo, y de ese modo el edil de a poco se iba acercando hacia la salida. Cerca de la puerta de ingreso al interior del edificio, dos mujeres comenzaron a tironear a Sudán para que se quedase, sin embargo quienes lo protegían fueron más efectivos, y lograron llevarlo hasta el exterior, haciendo que los manifestantes corrieran tras él.

Segunda caída

En el intento de irse Ariel Sudán resultó nuevamente agredido por los manifestantes en la puerta del área de Hacienda de la Municipalidad, donde recibió un golpe desde atrás, cayendo otra vez apresuradamente. Una vez en el suelo le propinaron varias patadas, hasta que finalmente los efectivos policiales logran ingresarlo a la Seccional Primera.
Afuera los trabajadores discutían y se agredían físicamente con quienes protegían al edil, afirmando que lo único que querían era que se quedase en el Concejo Deliberante para que avanzara de juicio político al Intendente. Además acusaron a los ‘guardaespaldas’ de “matones”, lo que terminó dividiendo a los propios empleados municipales.

Denuncia

Tras los incidentes producidos tanto dentro del Concejo Deliberante como en inmediaciones de la Municipalidad, Sudán se apersonó en las instalaciones del Ministerio Público Fiscal con el objetivo de realizar la denuncia correspondiente hacia sus agresores, a quien habría identificado en el momento del hecho. Además las agresiones quedaron registradas a través de los distintos medios de prensa que se encontraban presentes en el lugar.
El lamentable desenlace que se dio ayer en el deliberante, dejó en claro que la mayoría de las metodologías arteras que están utilizando políticamente ambos sectores mayoritarios enfrentados, sólo conducen a más caos, desencuentro y degradación de las instituciones, gobierne quien gobierne.