En derecho penal, “cómplice es aquella persona que es responsable penalmente por un delito o falta pero no por haber sido el autor directo de ese delito, sino por haber cooperado a la ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos”.
Las ganancias que produce el tráfico y venta de drogas no solo sirven para acrecentar las fortunas multimillonarias de los grandes capos. Sirven, también para sobornar, para abrir el juego, para aumentar la producción de droga, para experimentar con nuevas, más adictivas, más destructivas, más caras. Sirven para pagar funcionarios, pagar policías, pagar sicarios que ´limpian´ territorios controlados por bandas de menudeo. Las ganancias silencian y generan complicidades, mientras sirven para matar, para destruir, para condicionar, para llenar las calles de sangre y para llevar el luto, el dolor y las lágrimas a cientos de familias y comunidades completas.

Complicados

Ayer hubo otro “golpe monumental” al narcotráfico en Puerto Madryn, con un componente que ya es habitual: el ingenio para ocultar la droga. La punta de este ovillo que empezó a desenrollarse implicó 67 pedidos de detenciones de los cuales al cierre de esta edición se habían efectivizado 45 casi de manera simultánea. Autos mellizos, dinero

enterrado, negocios varios y relaciones con importantes empresas fueron algunos de los componentes que se comenzaron a ventilar a partir de la intervención de Prefectura, Federal y Policía Provincial en el mega operativo denominado “Arenas Blancas”. ¿Todo porqué? Porque enterraban los cargamentos en zonas costeras, como las tizas halladas hace una semana atrás cerca del basural. Una línea delictiva con tipos vinculados a los áridos, a camiones y a la construcción contratados por importantes empresas locales.

De la arena al yeso

Lo del ´modus operandi´ es todo un tema. En el año 2011el mismo Juez, Hugo Sastre dio otro golpe espectacular en Madryn, porque se descubrió que la droga se pasaba en un lugar inimaginable: el altar del Gauchito Gil, en el Parque Industrial Pesado. Allí también enterraba la cocaína una banda de narcos que operaba en Buenos Aires, Madryn, Trelew y Caleta Olivia. Esa investigación, bautizada operativo “Yeso Blanco”, porque había un yesero en el medio, también duró dos años de investigación y culminó con 28 detenciones en diciembre de 2011, siendo el golpe al narcotráfico “más grande en la historia policial chubutense” hasta ese momento. Controlaba casi la mitad del mercado en Madryn y al menos el 10 por ciento en Trelew y Caleta Olivia. En agosto de este año recién se produjo el proceso donde se pidieron penas de hasta 9 años de cárcel para los 23 detenidos de los 28 iniciales.

De la arena al yeso y a las lajas

Pero si lo del yesero fue sorpresa grande, en el mes de mayo pasado nos desayunamos por ejemplo que un juez de España llevaba adelante una investigación por el ingreso de varios cargamentos de drogas en dicho país, enviado a través de piedras lajas, involucrando otra vez el puerto de Madryn y a otro sector ´productivo´.
Esta investigación arrastró todo un sector comercial e inmobiliario que aparentemente se vería involucrado en relaciones directas con los sospechosos, sin saber de donde provenían las inversiones.

De la arena al yeso a las lajas y al pescado

En junio de 2013, el golpe “fortuito” al narcotráfico que también se dio en Madryn con intervención del juzgado de Hugo Sastre, se dio en torno a un cargamento de 110 kilos de cocaína disimulada en langostinos congelados. Esta vez en la mira de los imputados quedaron tipos vinculados al negocio de la pesca, pero sobre todo de un sector de la estiba y del puerto.

De la arena al yeso a las lajas al pescado y a otras ´industrias´

Más allá del análisis tal vez correcto del juez de las diferentes tipologías de delito que se vienen dando en Madryn, y sin entrar en debate sobre los más ´perejiles´ y los más ´gordos´, o sobre su consideración sobre ´lo más malo o más bueno´ respecto a la escandalosa cantidad del envío de droga a otros países en contraste al peligrosísimo derrame local para consumo interno de nuestros pibes, el dato es que los delitos vinculados a la droga, en lugar de decrecer han ido por el contrario aumentando. Y más allá de la cinematografía de los operativos con los que lograron atrapar a algunos actores, estas bandas siguen teniendo relevo, inmortales y perpetuas postas, cosa que no podría suceder sin la complicidad de sectores políticos y económicos, mal que nos pese.

Constante y sonante

Lamentablemente cada ´golpe´ a la droga en Madryn muestra en el fondo que hay muchas constantes dando vueltas. Demasiadas, como para no preocuparnos por el definitivo fracaso que estamos teniendo en el crecimiento de este flagelo. Fíjense sino el dato que aporta el archivo: uno de los presuntos involucrados, el “Miyi” Busto, en estas ´Arenas Blancas´ en 2014, es el mismo que dicen regenteaba a Vanesa Retamal (17) en un perverso circuito de drogas y prostitución infantil quien apareció muerta y quemada en Cerro Avanzado en el año 1998, y paradójicamente él mismo que habría vendido el arma con el que se asesinó a “Cacho” Espinosa en 2003. Rueda jodida la del delito, no?
Y así la rueda gira y gira en constantes que aunque no parezca, le allanan el camino a estos derredores delictivos. Sobre todo aquellos que aceptan -por las buenas o las malas- legitimar a estos ´personajes´ a quienes, por el contrario, deberíamos ir rodeando de vacío, parando la rueda, quitándole espacio, negándole circuito. O sea, para que se entienda: los ´yeseros´ por ejemplo usaban el monumento al Gauchito Gil cerca de Aluar para actuar, algunos de los otros narcos posiblemente actúan más cerca aún, no del Gauchito, se entiende.
Así como hay algunos que les dan trabajo ´legal´ a los ilegales sin que se les mueva una pluma, del mismo modo hay un circuito inmobiliario que no pregunta de dónde viene la guita, hay profesionales que avalan con sus firmas las más variadas operaciones, y hay entidades financieras que hacen circular fondos sin tapujos. ¿Qué lleva a hacer caso omiso del circuito delictivo? No puede ser otra cosa que una cómoda y redituable complicidad.
En la Argentina hace 14 años que hay herramientas para no ser cómplice si no se quiere. Exactamente desde el 13 de abril de 2000 la Ley 25.246 de ´Encubrimiento y Lavado de Activos de Origen Delictivo´, crea en el plano preventivo la Unidad de Información Financiera, encomendándole el análisis, el tratamiento y la transmisión de información a los efectos de prevenir e impedir el lavado de activos provenientes de delitos graves, como la venta de droga. También hay otros muchos mecanismos de denuncia y actuación incluso de manera anónima. O sea, el que omite y permite a esta altura del partido, sencillamente es cómplice, señores…

*Soy Juana de Arco, amiga de Juan de la Sota, fiel del Furia, seguidora de la Sombraonline, y ceniza de tantos…