LA PREFECTURA REALIZÓ LA ADVERTENCIA AL GOBIERNO E INTIMÓ A QUE ACTÚEN CON URGENCIA

Hay riesgo de derrame de combustible en los barcos de Alpesca

La Estación de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental de la Prefectura Naval de Puerto Madryn remitió un oficio de notificación al interventor de la empresa Alpesca SA, Omar Albornoz, a quien lo impusieron que se encuentran en “Etapa de Alerta” en virtud del “riesgo de derrame de hidrocarburos” por parte de los buques de la pesquera varados en la costa. «Los mismos poseen a bordo tanto combustibles como lodos y lubricantes», por lo que se «deben extremar las medidas para el cuidado del medio ambiente», exigió la autoridad naval.
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La sala de máquinas está inundada y los motores del barco quedaron bajo agua tomando contacto con los lubricantes y el combustible, y hay un severo riesgo de fuga de hidrocarburos a la playa madrynense.

El oficio firmado por el Oficial Principal PNA, Maximiliano Hernán Gro, por medio del cual se lanzó la severa advertencia al gobierno, agrega que «se lo insta a realizar el achique de combustible, lubricantes e hidrocarburos de los buques a su cargo mediante las empresas habilitadas a tal efecto». Por otro lado, y en referencia al congelador Promarsa III, el cual se encuentra amarrado en muelle, «deberá contar con combustible a bordo necesario para realizar maniobras de emergencia en caso que lo necesite».

Banderas del ambientalismo

Hace una semana se detectó que el barco fresquero de altura Cabo Buena Esperanza tenía sus motores cubiertos de agua de mar, lo que implica que tomó contacto con los aceites y combustible de la sala de máquinas la cual está inundada. El hecho le fue inmediatamente advertido el jueves pasado, por parte de un gerente de Alpesca, al Comité de Administración, pero el organismo que libera Omar Albornoz no adoptó ningún tipo de acción conducente a evitar el daño ambiental.
No obstante, la extrema peligrosidad que provocaría un derrame de combustibles en las costas de la turística ciudad de Puerto Madryn, que se la vende al mundo como el paraíso de las ballenas, y que hace escasas horas la UNESCO declaró a la Península Valdes como una Reserva Mundial de Biosfera, contrasta con la poco diligente gestión estatal que hoy tiene a su cargo el control de los barcos y la planta de la empresa privada.

En custodia de Albornoz

El fresquero Cabo Buena Esperanza terminó varado en la costa en el mes de abril tras un fuerte temporal que azotó la región, y ya estaba técnicamente bajo “la custodia” del Gobierno de Chubut. Los barcos no tenían seguro, y desde abril hasta el día de la fecha no se adoptó ningún plan de recupero para que la flota no siguiera dañándose en su condición de encallamiento en la zona de playas.
El paso del tiempo coadyuva al deterioro progresivo de la embarcación, que en el caso del merlucero en cuestión, está recostado sobre su banda de babor, a favor de la pendiente de la playa por lo que el ángulo de escora que adopta es muy grande. La tripulación del pesquero que a pesar de no cobrar desde noviembre siguen casi a diario observando el estado del buque y consideran que ha entrado agua por el trancanil de la planta de procesamiento a bordo ya que debido a la escora, el trancanil queda debajo del agua antes de que el barco flote y se adrice cuando se produce la marea alta.

En manos de Dios

En este momento, la sala de máquinas del Cabo Buena Esperanza está a más de 2 metros bajo agua de mar, lo que deja al motor principal, motor auxiliar, caja reductora, generadores, alternadores principales, bombas de incendio, de achique, compresores de aire, purificadoras y tablero eléctrico principal debajo del nivel de agua.
Asimismo, se pudo verificar que fuera de la sala de máquinas, sobre la cubierta principal, el guarda calor de babor, el cuarto del auxiliar de puerto, el cuarto del timón y el taller de máquinas han estado bajo el agua, estando actualmente con 0,50 metros de nivel de agua. El agua que hay en el interior del buque está muy contaminada con los aceites de los motores y las sentinas, por lo que el riesgo de contaminación es muy alto.
El motor está inutilizable, por el ingreso de agua de mar desde hace una semana. El barco cortó amarras el 7 de abril, y de haberse remolcado y zafado de su condición de varamiento esta situación era perfectamente evitable. El deterioro que hoy presenta hace técnicamente imposible que este año pueda salir a pescar, porque su reparación demandará que una vez reflotado, deba ingresar a dique para una revisión general.
Con todo, a esta hora, las costas de Puerto Madryn corren el severo riesgo de ser contaminas con hidrocarburos, sin que hasta el momento el Comité Estatal de Intervención haya acusado recibo de la gravedad del hecho.

 

 

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