EL SÁBADO A LAS 18, EN EL CINE AUDITORIUM DE LA SOCIEDAD ITALIANA

La Máquina de Hacer Chorizos cerrará el Festival de Teatro Infantil

MurgaEste fin de semana, el segundo Festival de Teatro Infantil llegará a su fin, con la presentación de la murga La Máquina de Hacer Chorizos, la única agrupación de murga estilo uruguayo de Puerto Madryn. El festival, que arrancó el 27 de abril, ofreció a chicos y grandes de la ciudad portuaria variados espectáculos, incluyendo payasos, circo, relatos y música, tanto en el Cine Auditorium de la Sociedad Italiana, como en las propias escuelas madrynenses a las cuales el festival se acercó con sus espectáculos.
El sábado, a partir de las 18 horas, La Máquina de Hacer Chorizos presentará un espectáculo especial, dirigido esencialmente al público infantil, el cual vienen ensayando hace ya varias semanas, y con el que le pondrán la frutilla del postre al Festival. Quienes quieran estar presentes podrán adquirir su entrada en las instalaciones de la Cine Auditorium a un valor de 45 pesos.

La murga más austral del mundo
La Máquina de Hacer Chorizos es considerada como la murga de estilo uruguayo más austral del mundo. El viernes 16 de mayo, La Máquina se presentó en el mismo escenario junto a Alejandro Balbis, en un espectáculo que quedará grabado en la retina de los amantes de este género, con el condimento especial de que, al día siguiente, Balbis, uno de los más altos exponentes de la murga uruguaya, les diera una “clase especial” a los músicos de la agrupación.
A diferencia de las típicas murgas que recorren los escenarios porteños, en las de estilo uruguayo el texto original es expresado en forma de canto coral, canciones individuales y partes representadas por actores. El espectáculo murguero consta de tres partes bien definidas: Una presentación en que la murga canta acompañada de una batería lo que ella siente y es; una segunda parte llamada “cuplé”, en donde se despliega todo el potencial del espectáculo, se habla con sentido crítico y mucho humor, de la actualidad local, y de la forma de ser y sentir de los madrynenses, y por último, en la retirada, la murga se despide de su gente y en forma simbólica baja del escenario y vuelve con el pueblo, todo esto acompañado con el ritmo implacable de la batería murguera, que consta de bombo, platillos y tambor.

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