CREER O REVENTAR

Ya detectaron más de 700 nuevos mundos

El observatorio espacial Kepler ha permitido la identificación de 715 nuevos planetas situados fuera del Sistema Solar, según acaba de anunciar la agencia espacial estadounidense NASA.
Estos nuevos mundos, recién verificados por los responsables cientificos de la misión, orbitan 305 estrellas, ha anunciado Douglas Hudgins, de la División de Astrofísica de la agencia espacial, durante una presentación especial de resultados emitida en streaming a través de la web de la NASA.
Cerca del 95% de estos planetas son más pequeños que Neptuno, que es casi cuatro veces más grande que la Tierra. Este descubrimiento marca un incremento significativo del número de planetas pequeños parecidos a la Tierra, según revela la agencia espacial en un comunicado.
«El equipo del Kepler continúa asombrando y emocionándonos con los resultados de su caza de planetas», ha dicho el administrador asociado para las Misiones Ceintíficas de la NASA, John Grunsfeld.
«Que estos nuevos planetas y sistemas solares se parecen de alguna manera a los nuestros. Presagia un gran futuro para el momento en el que tengamos el Telescopio Espacial James Webb en el Cosmos para caracterizar estos nuevos mundos», ha asegurado.
Kepler, lanzado en marzo de 2009, es la primera misión de la NASA cuyo propósito es identificar «exoplanetas». Desde el descubrimiento de los primeros planetas fuera de nuestro Sistema Solar hace cerca de dos décadas, la verificación ha sido un proceso laborioso planeta por planeta.
Ahora, los científicos tienen técnicas estadísticas que pueden aplicarse a muchos planetas a la vez cuando son encontrados en sistemas que tienen más de un planeta alrededor de la misma estrella.
«Hace cuatro años, Kepler empezó una serie de anuncios de las primeras centenas y después millares de planetas candidatos, pero eran sólo posible mundos», asegura Jack Lissauer, científico planetario del Centro de Investigación Ames de la NASA.
«Ahora, hemos desarrollado un proceso para verificar varios planetas candidatos de golpe y lo hemos usado para desvelar que la bonanza de estos mundos es auténtica».

La estrella más antigua del Universo

El Universo era un recién nacido extremadamente caliente y denso que comenzaba a expandirse después de la gran explosión que formó los primeros átomos. Pero a diferencia del Cosmos que conocemos hoy, los únicos elementos que había eran los más ligeros, el hidrógeno y el helio, los dos primeros de la tabla periódica de la Química. Pero eran suficientes para formar las primeras estrellas, aún gaseosas. Marea pensar que algún astro primigenio haya podido navegar en la inmensidad del tiempo astronómico para llegar a nuestros días tal y como se formaron instantes después del Big Bang. Pero así es. Un grupo de arqueólogos de estrellas, ha excavado los confines del Cosmos hasta encontrar un astro de hace más de 13.000 millones de años: la estrella más antigua del Universo.
Todo parecía haberse esfumado bajo las llamas a principios de 2003. Aquel verano austral, un incendio forestal iniciado cerca de Canberra arrasó cinco telescopios del Observatorio del Monte Stromlo y con ellos el programa estrella que permitía a Australia soñar con convertirse en líder de la Astronomía mundial. Las pérdidas se cuantificaron en más de 20 millones de euros. Pero el daño científico trascendía lo económico. Sin embargo, tras la desolación de aquel aciago año, resurgieron nuevos programas y nuevos instrumentos. De hecho, el Sky Mapper, el telescopio que sustituyó al histórico y carbonizado Telescopio Gran Melbourne, ha sido la herramienta utilizada por los arqueólogos de estrellas -los astrofísicos dedicados a la búsqueda de astros primigenios- para localizar la estrella más antigua encontrada hasta la fecha.
El hallazgo ha supuesto un éxito rotundo, pero el reto intelectual que tienen ante sí estos excavadores de galaxias tiene unas implicaciones científicas mayúsculas. Tanto Stefan Keller, investigador del Observatorio del Monte Stromlo y autor principal de la investigación publicada en Nature, como sus colegas esperan poder estudiar a partir de esta estrella cómo era el Universo en los primeros instantes tras el Big Bang y cómo han evolucionado las estrellas y la materia hasta el Cosmos moderno.
Al margen del aspecto cosmológico, precisamente es la concentración de metales, en concreto la de hierro, lo que permite a los astrónomos rastrear las galaxias en busca de estrellas antiguas. De una forma muy simple, cuanto más hierro tiene una estrella más joven es y cuanto menor contenido tiene, más antigua. Una pregunta se abre de forma inmediata: ¿Es posible encontrar una estrella sin hierro, formada sólo de hidrógeno y helio, como en los primeros instantes tras el Big Bang? Aun no se sabe…

Fuente: El Mundo

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