El Banco del Chubut como entidad pública parece estar hoy en el centro de las miradas de los chubutenses. Y mientras continúa el debate sobre la legitimidad del Presidente en Comisión, Oscar Antonena, designado a dedo por Martín Buzzi y sin pasar por la convalidación de la Legislatura tal como lo dispone el Estatuto y las disposiciones provinciales, en la entidad, la vida continúa.
La gente sigue su vida moviendo la cuenta y la plata entra y sale lujuriosamente, pide créditos, paga intereses, espera créditos, paga tarjeta, sigue pidiendo créditos, se hace amigo de algún cajero o director, y hasta consigue publicidad. Hay empleados que se jubilan, otros que son trasladados, otros que renuncian, en fin..toda una vida propia.
Lo cierto es que hay que reconocer que Antonena no se inmuta por las discusiones en su entorno. Ahora por ejemplo se enfrentará a una presentación judicial de los propios síndicos del Banco que no aprueban la violación a la reglamentación interna. Se banca que el gerente general tenga en los hechos más poder que él y responda directamente a Buzzi, y hasta logra hacer negocios con la plata que él consiguió para el Estado tomando deuda, sobre la que hoy le cobra al propio Estado por cuidársela en el Banco.
Con este nivel de autocontrol y agilidad, el funcionario sigue haciendo carrera. No se atranca. Por el contrario, estudia y analiza formas de superación permanente. Hace unos veinte días, por ejemplo, dicen que Antonena habría viajado en comisión -con todo pago- junto a un asesor bancario a la bella Alemania, con el objeto de poner a la entidad chubutense a la vanguardia en tecnología trayendo algunas ideas y aparatos.
Más allá de que los mal pensados de siempre hablaron de un posible viaje a Suiza o a Luxemburgo a hacer alguna transacción dudosa, nada de eso pasó. Fuentes serias por el contrario d
dicen que el selecto ´tour´ habría tenido como misión real, comprobar el funcionamiento de los cajeros automáticos que poseen las entidades financieras germanas.
Al parecer, Antonena estaría convencido de la compra de varios de esos aparatos del primer mundo que allá escupen euros y se encuentran por doquier, en los lugares más insólitos incluso de las más alejadas aldeas, de ese pueblo que atesora el dinero, pero primero ama la “Einigkeit und Recht und Freiheit” (Unidad y Justicia y Libertad) que los ha enriquecido verdaderamente.
De la posibilidad de compra de cajeros, por ahora el Estado no oficializó nada formalmente, ni tampoco la entidad. No se sabe si es porque los aparatos no están a la altura del bolsillo de nuestra provincia, o porque, pero por ahora no se sabe mucho más que Antonena viajó a Alemania.

Caritos los “geldautomat”

De arranque, los especialistas aseguran que un cajero en Alemania cuesta unos 100.000 euros. O sea, de acuerdo la cotización del euro a unos $10,8, hablamos de un millón de mangos por cajero, más el costo de traslado e instalación para ponerlo andar en Chubut. Si consideramos que actualmente la entidad tiene en funcionamiento 87 cajeros automáticos, si es que piensan reemplazarlos a todos, estamos hablando de más de 100 millones de pesos entre aparatos y puesta a punto. Una inversión que seguramente Antonena empezó a meditar en su largo viaje de negocios, mientras cruzaba el Atlántico de regreso a su austera oficina de Rawson.

Ojo con los truchos

Entre otras cosas que se tendría en cuenta es que allá por 2011, los bancos alemanes tuvieron que cambiar una buena parte de sus cajeros automáticos porque eran demasiado fáciles de robar. (Aunque no tanto como los de Chubut, seguramente)
Dicen que la tecnología era muy buena y ágil, pero asi como Alemania está plagada de ingenieros y buenos profesionales que desarrollan la tecnología, también reproduce el mismo talento entre quienes se ocupan de forzar esas herramientas.
Uno de los problemas era la falta de detección de los súper cajeros, de las tarjetas truchas. De hecho, una modalidad de robo fue que colocando una minicamara en el sitio adecuado, los ´chorro´ leían los datos de una “EC-Karte” (tarjeta de débito) para luego hacer copia y a sacar dinero sin problemas y sin que los ´cajeren´ detectaran nada.
Fue por eso que en 2012 los banqueros y los fabricantes de cajeros se la trataron de hacer más difícil a los amigos de lo ajeno y cambiaron casi todos los expendedores de dinero. Ahora bien, la primera pregunta es si ¿los cajeros que quiere comprar Antonena son de los actuales o de los usados que desecharon los germanos en 2011?
La otra pregunta es si ¿las instrucciones vienen en idioma castellano o tendremos que aprender el “Deutsch”?
Por las dudas, no está demás ir agendando algunos de los instructivos del ´alemán básico para operaciones bancarias rápidas´.
Ubique su “die Bank” = el banco y en él, “der Geldautomat” = el cajero automático
Introduzca su “die EC-Karte” = la tarjeta de débito
Cuide “der Alarm” = la alarma y tenga en cuenta que están “filmen” = filmando
Introduzca sus “die Angaben” = los datos, después “der Code” = el código, luego, “abheben” = retire, “der Austausch” = el cambio, o “das Geld” = el dinero.
Bajo ningún punto le tenga miedo a “der Betrug” = la estafa, ni a las “gefälscht” = falsificaciones. Si cuide “das Prozent” = el porcentaje y ante cualquier inconveniente quéjese a “der Automatenhersteller” = el fabricante de cajeros.
En fin, vecino chubutense, no se sabe si esta nueva experiencia tecnológica se producirá, pero no podrá negar que de darse, por lo menos ir al banco será un poco más divertido y moderno… Y Guten Tag Freunde!!